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Champa Bike permite que la aventura sea accesible para personas con problemas de movilidad

Alejandro Piccione
PROTAGONISTA
Alejandro Piccione es el creador de la Champa Bike y ha sido director de la Red de Turismo Accesible de Argentina por 12 años.
CONTEXTO
La Champa Bike es el primer dispositivo de senderismo de diseño argentino en el mundo adaptado para que las personas con movilidad reducida puedan realizar actividades vigorosas de senderismo, incluido el cruce de cuerpos de agua.

En 2019, el turismo era una industria de $ 5.65 mil millones para Argentina,atrayendo aproximadamente 7 millones de turistas. Representa el 1,5% del producto interno bruto del país.

CÓRDOBA, Argentina – Hace 15 años que me dedico al turismo inclusivo y decidí abrir un complejo de cabañas en las montañas; este fue el primero del país en ser 100% accesible, pero las personas con movilidad reducida no podían llegar. La ridícula ironía de la situación me golpeó y supe que necesitaba encontrar una solución.

Rodeado de belleza, incapaz de disfrutarlo.

Alejandro López, amigo y colega en la industria del turismo accesible, me contó las penurias que tuvo que soportar su hermano, quien tiene parálisis cerebral, para disfrutar de la naturaleza. Le era imposible caminar en su silla de ruedas ya que la grava ocasionaba que las ruedas se trabaran y perdieran estabilidad, por lo que se perdió de disfrutar de miles de paisajes y se vio obligado a verlos solo en fotos.

Este fue uno de los casos que más me llamó la atención y me hizo querer buscar una solución a este problema, no podía superar lo injusto que sería vivir en una provincia con unas vistas tan hermosas y no poder experimentarlas. Esa es la realidad para ese hombre y miles de otros.

Cuando decidí construir mi complejo de cabañas, me enfoqué en hacerlas cómodas para cualquiera, sin importar la discapacidad, ya que quería que todos tuviesen la oportunidad de moverse cómodamente. Sin embargo, a medida que pasaban los meses, no venía tanta gente como esperaba.

La respuesta fue muy simple: no podían llegar de forma física a las cabañas debido a su condición.

Perseverar durante un proceso difícil

Al principio confiamos en la Joëlette, un monociclo fabricado únicamente en Francia.

Con eso como nuestra referencia, trabajamos para crear algo más adecuado a nuestras necesidades locales. Primero, hicimos una silla anfibia que pudiera cruzar los ríos de nuestra zona, luego la transformamos en algo también apto para caminatas. Lo probamos con personas que lo necesitaban, observando qué funcionaba y qué necesitaba mejorar.

En nuestro diseño, nos enfocamos en la seguridad y comodidad del usuario ya que en Argentina valoramos el movimiento vigoroso y la aventura. Así, añadimos una barra antivuelco que protege la cabeza del usuario.

Enfrenté un problema importante con las restricciones de la economía argentina, el valor del dólar no estaba del todo claro mientras trabajábamos, ya que aumentaba y fluctuaba con el pasar de las horas y los días. Esto significaba que mis proveedores de partes para hacer el prototipo no sabían a cuánto venderlas a un precio local, por lo que hubieron bastantes retrasos frustrantes.

La falta de certeza en el país me llevó a probar otras alternativas, como el uso de materiales locales, el cual me obligó a reorganizar toda la silla desde cero. En ese momento, mis tarjetas de crédito colapsaban y mis finanzas estaban al límite. El estrés y ansiedad de estar perdiendo el tiempo en un proyecto imposible jugo con mi mente.

Pero a medida que pasaban los días, nos acercamos más y más a la realización de mi sueño a pesar de todo y finalmente, el producto final fue tal como lo había soñado. Eventualmente, desarrollamos la Champa Bike como la conocemos ahora.

Nace la Champa Bike

La Champa Bike es como un carreta con un sillón en el medio, con tapicería que puede resistir los elementos, reposabrazos plegables y reposapiés ajustables.

Cuenta con una rueda con llanta reforzada y suspensión hidráulica, que cambia de posición según las necesidades del camino. Los manillares laterales se extienden tanto por delante como por detrás, para ser guiados y soportados por dos personas.

Nombramos la silla en honor al cerro Champaquí, que alcanza los 2.790 metros (9.153 pies) sobre el nivel del mar y es el más alto de la provincia de Córdoba. Es uno de los puntos turísticos más importantes de la región ya que desde allí se puede ver la ciudad por completo y admirar increíbles vistas.

Sueños hechos realidad para personas con problemas de movilidad

Hoy, usamos la Champa Bike en excursiones con personas mayores, en las últimas etapas del embarazo y por supuesto, con persona con discapacidades. Los rescatistas incluso lo han usado ocasionalmente en sus esfuerzos.

Muchas historias me han conmovido desde que empezamos a usar sillas de trekking adaptado, pero ninguna como la de un niño con movilidad reducida que convocó a 15 amigos para que lo ayudaran a subir el cerro Champaquí. Todos se turnaron para sostener la silla mientras el organizador del recorrido los conducía hasta la cima, logrando el sueño del niño.

Eso hizo que las horas de prueba, trabajo e insomnio mientras perfeccionábamos la silla valieran la pena.

Artista tatuador argentino transforma cicatrices y quemaduras en obras de arte

Diego Staropoli
PROTAGONISTA
Diego Starópoli, de 49 años, tatua desde los 21 años y es el fundador de Mandinga Tattoo, ubicada en Buenos Ares, Argentina, así como de la convención de tatuajes. Tattoo Show.
Si bien se hizo famoso por ser el tatuador de celebridades, mantiene un enfoque en el aspecto social de su negocio. Ofrece tatuajes curativos de forma gratuita a mujeres que han sufrido mastectomías o violencia de género, y a supervivientes de quemaduras.

También creó la Fundación Mandinga donde promueve la prevención del cáncer de mama y patrocina 13 escuelas rurales de diferentes partes del país.

Sigue a Mandinga Tattoo en Instagram, Facebook y Youtube.
CONTEXTO
De acuerdo al Journal of Cancer Education, el cáncer más común entre las mujeres en América Latina es el cáncer de mama. Argentina tiene la segunda tasa de mortalidad por cáncer de mama más alta de América del Sur, con aproximadamente 6.380 muertes por año.

BUENOS AIRES, Argentina—Mi amor por los tatuajes y la pérdida de mi madre, tía y abuela a causa del cáncer de mama me ha llevado a transformar la vida de miles de personas brindando tatuajes que sanan. Tatúo de forma gratuita las cicatrices de mujeres operadas para tratar el cáncer de mama, con la finalidad de que la obra de arte reemplaze la areola cicatrizada y el recuerdo del cáncer no sea tan doloroso.

También tatúo a sobrevivientes de quemaduras y violencia de género sin costo alguno. Todo comenzó por casualidad hace varios años cuando una persona llegó a mi estudio de tatuajes, Mandinga Tattoo, con gran parte de su cuerpo quemada, la tatué y fue increíble—ese tatuaje cambió su vida y también se volvió viral en línea.

Fortaleciendo mi temprana pasión por tatuar

En las décadas de 1980 y 1990, los tatuajes eran mucho menos comunes que ahora, y la sociedad a menudo estigmatizaba a quienes los tenían, sin embargo, a la edad de 18 años, decidí hacerme uno.

Un amigo me llevó al baño de un gran mercado y allí, un tatuador me recibió con agujas de coser y tinta china, yo sólo tenía suficiente dinero para comprar una pequeña rosa. Dos años más tarde, con las herramientas más básicas, comencé a tatuarme. Mi pasión se convirtió en mi trabajo y en una fuente de ingresos para ayudar a mi familia.

Mientras que mi papá odiaba la idea de que tatuara, mi mamá me compraba melones a escondidas para que practicara y sin darme cuenta, todo el vecindario llevaba mis dibujos en la piel. Muchas veces ni siquiera tenía dinero para comer, pero sabía que estaba luchando por algo más grande: quería abrir mi propio estudio.

Invertí todo lo que tenía para realizar la primera feria de tatuadores de Argentina. Si no funcionaba, terminaría sin nada, pero por suerte, tal fue el éxito que abrí mi primer estudio de tatuajes en 1993 y ahora es uno de los más conocidos del país.

Cambiando vidas con tatuajes que sanan

Cuando aprendí a tatuar cicatrices en el 2008, publiqué en Facebook y dije que se lo haría gratis a cualquier mujer que se hubiese sometido a una mastectomía. Pensé que habría algún interés, pero nunca hubiera imaginado la cantidad de mensajes que empezarían a llover. Para ser exactos, tuve un millón de comentarios en menos de 24 horas. Estaba impactado.

Aún recuerdo a la primera clienta con mastectomía que se me acercó, su nombre era Lidia y tenía unos 70 años. Sufrió profundamente como resultado de su experiencia, por lo que no podía tocarse ni mirarse en el espejo debido a la angustia que sentía por la cicatriz.

Nunca le dije que era mi primer “tatuaje sanador”. Seguí hablando con ella, tal vez porque mis nervios estaban tan alterados como los de ella. Cuando terminé, ella se miró en el espejo, me abrazó y me dijo: «Te amo». suspiré aliviado; todo valió la pena. Ese fue el primero de 1,700 y contando. A medida que aumentaron los casos, empezamos a incluir mujeres con cicatrices de violencia de género y quemaduras.

Hay mujeres que vienen porque tuvieron accidentes domésticos cuando eran muy jóvenes, y crecieron con bullying toda la vida por su apariencia. A otras las encerró el marido en una habitación y les prendió fuego. Hay muchas historias, muchas de las cuales incluyen maltrato, segregación por parte de la sociedad y vergüenza.

Yo personalmente elijo a quien tatuar gratis entre los muchos que preguntan. Le doy prioridad a las historias que me impactan y a quienes no pueden pagar por los tatuajes. Hoy en día, hay una lista de espera de cientos de personas.

Cuando un tatuaje es más que un tatuaje

Los tatuajes son más que simples piezas estéticas y trato de darles a cada uno algo más que calidad artística. Un tatuaje es algo que tiene mucha energía: ya sea que la energía sea buena o mala, la llevarán consigo para siempre. Siento empatía con cada cliente y trato de que se sientan bien durante el proceso.

Cada uno de estos tatuajes lleva meses de trabajo; el proceso es complicado y costoso porque es difícil trabajar con la piel quemada y con cicatrices en comparación con la piel que no se ha tocado. Debido a la cantidad de horas compartidas, establezco un vínculo con estos clientes especiales.

Las reacciones a los tatuajes finalizados varían tanto como las historias detrás de cada cicatriz y quemadura. En algunas ocasiones, cuando se revela la obra artística, ciertas personas se quedan en silencio, mientras que otros me abrazan y comienzan a llorar. Lo único que no cambia es mi propia emoción. Con cada tatuaje revivo lo que experimenté con mi propia familia, el recuerdo de ellas aún me acompaña y son quienes inspiraron esta iniciativa que cambia la vida de tantas personas.

Todo lo que tenemos mi familia y yo se lo debemos al tatuaje. Considero que me encuentro en deuda con esta forma de arte, y por eso tatuo de esta forma.

Realizando tatuajes que sanan mientras viajo

En la última semana de 2021, mi familia y yo comenzamos un viaje en un RV con la intención de recorrer las Américas de punta a punta, cruzando 15 países en total. El proyecto nació durante la cuarentena de COVID-19 como un viaje familiar, pero luego se me ocurrió realizar tatuajes que sanan durante el viaje.

Empezamos en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, y esperamos terminar en Alaska a principios de 2023. Las embajadas de cada país me han conectado con organizaciones de mujeres, y con su ayuda y conexiones pretendo tatuar entre 20 y 30 tatuajes sanadores por ciudad. En cada destino queremos dejar embajadores: tatuadores que quieran seguir brindando estos tatuajes sin costo a quienes lo necesitan.

Además, planeamos grabar una especie de reality show contando las historias de aquellos que hemos conocido.

Mi futuro está lleno de proyectos. A uno le sigue otro, como una cascada. Cambiar la vida de las personas cambia mi vida, y estaré eternamente agradecido.

Estudiantes chilenos crean un eco filtro para el tratamiento de ‘aguas grises’

PROTAGONISTA
Francisca Cortez es estudiante del Liceo América de Los Andes, en la región de Valparaíso de Chile. Fue miembro del equipo ganador del Premio al Los Creadores Talento Digital 2020.
CONTEXTO
El Premio Los Creadores: Talento Digital. organizado por Fundación Kodea, trabaja para fomentar la innovación al desafiar a los estudiantes chilenos a desarrollar habilidades digitales que les ayuden a enfrentar los desafíos del siglo XXI.

El proyecto ganador de 2020 fue un «Filtro ecológico», creado a través de una impresora 3D, que trata las aguas grises (un tipo de aguas residuales de fuentes como el lavado de utensilios y ropa). Este tratamiento permite reutilizar el agua no potable para uso doméstico.

Los estudiantes de secundaria del Liceo América de Los Andes Francisca Cortez, Sebastián Arias, Joaquín Soto y Belén Pizarro conformaron el equipo ganador, guiados por la maestra Marcela Otárola.

LOS ANDES, Chile—Mi nombre es Francisca y soy de Chile. Nunca imaginé que participar en un proyecto escolar cambiaría la vida de tantas personas. Participé y ayudé a inventar un filtro de agua sin darme cuenta del impacto que podría tener.

Escuchando sobre el concurso

Una mañana en la escuela en el 2020, corría el rumor en los pasillos de que el Premio Los Creadores al Talento Digital se llevaría a cabo por cuarto año consecutivo. Hasta ese momento, no había aprendido sobre el tema y no tenía suficiente información sobre lo que implicaba el concurso. Además, no me agradaba pensar en palabras como premio, talento y erudito; No me gusta competir bajo ningún concepto.

De todos modos, no voy a negar que me pareció interesante a pesar de eso. Todos los días esperaba con ansias el recreo y ahí consulté con uno de mis compañeros sobre el premio. Explicó que no era una competencia diseñada con un propósito cínico, sino una en la que los concursantes podían mostrar sus talentos y conectar tecnología y capacidades.

Al escuchar esta distinción quedé fascinada y supe que quería participar. Corrí y fui a buscar amigos que pensé que serían perfectos para acompañarme en este proyecto. Una idea tras otra comenzó a parpadear dentro de mi cerebro.

Reunir amigos y encontrar inspiración

Les dije a mis amigos lo emocionado que estaba por esta oportunidad y que quería hacerlo juntos. Somos jóvenes, y tenemos la imaginación y la capacidad de crear absolutamente lo que queramos, exclamé.

Ni siquiera pasaron dos segundos antes de que los tres dijeran que también estaban dentro. En ese momento, proyectamos nuestra visión. Nuestro objetivo era encontrar un problema que teníamos actualmente, no solo a nivel local sino también a nivel mundial.

Tenía tantas ideas a la vez que ninguna me quedaba clara. Necesitaba lavarme la cara y calmar mi cabeza.

Cuando fui al baño, abrí el grifo, y el agua que salía era marrón claro, casi de un color gris; Sentí asco de lavarme la cara con él. Pensé: «Si me da asco lavarme la cara con esta agua sucia y contaminada, ¿qué debe sentir una persona que no tiene más remedio que usar esta agua para sobrevivir todos los días?»

Formulando nuestra idea ganadora del filtro ecológico

Inmediatamente supe que este era el proyecto que teníamos que presentar. Necesitábamos crear e implementar una solución para las personas que usan “aguas grises” para fines domésticos.

Juntos, decidimos que la mejor solución era un filtro. Tratando de que fuera una solución económica, trabajamos y reelaboramos nuestra idea hasta tener un filtro fácil de montar y usar gracias a las impresoras 3D, y no solo eso, también son reutilizables.

Me siento satisfecha y muy feliz de estar mejorando la vida de las personas con nuestra idea ganadora, aportando mi granito de arena. Fue un reto para mis compañeros y para mí, pero estamos orgullosos del resultado.

Conoce a Pat Boy, rapero que usa la música para rescatar la lengua maya

Pat Boy
PROTAGONISTA
Pat Boy (Jesús Cristóbal Pat Chablé), de 29 años, es un rapero que canta en lengua maya. Ha lanzado seis álbumes, el primero en 2009. Pionero en este género, utiliza su música para promover y celebrar la cultura de los pueblos indígenas del estado mexicano de Quintana Roo y de toda la península de Yucatán en el sureste de México.

Es originario de un pueblo llamado José María Pino Suárez en Quintana Roo, y ahora trabaja en Felipe Carrillo Puerto, una ciudad a unos 20 minutos de su ciudad natal.

Pat Boy es miembro de Found Sound México y en 2014, al ver que los jóvenes abandonaban sus esfuerzos como artistas por falta de apoyo, fundó ADN Maya, una casa de producción que trabaja con músicos y artistas locales para desarrollar sus proyectos y talentos.

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CONTEXTO
La antigua cultura maya fue una civilización mesoamericana que se desarrolló principalmente en México (en los actuales estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco), Guatemala, Belice y la parte occidental de Honduras y El Salvador.

Sus orígenes se remontan al año 2000 a. C. Después del comienzo de la conquista española de los imperios mesoamericanos en 1521, muchas comunidades mayas se aislaron unas de otras pero mantuvieron sus tradiciones a pesar del extenso exterminio.

Hoy en día, la familia de lenguas mayas consta de 32 idiomas, aunque al menos dos se consideran muertos. Actualmente hay alrededor de 7 millones de hablantes de maya; el idioma yucateco, que se encuentra principalmente en Yucatán, Quintana Roo y Campeche, tiene alrededor de 800.000 hablantes.

FELIPE CARRILLO PUERTO, México — Rimar y rapear en lengua Maya ha sido mi profesión durante más de diez años. Los libros de historia dicen que desaparecimos o que vivimos aislados del mundo. Con mis letras y mi música, trato de mostrar que el pueblo maya no solo existe, sino que prospera.

Un comienzo difícil para una carrera musical exitosa

Todo comenzó en 2005 cuando estaba en la escuela secundaria. Por las tardes, mi hermano y yo nos reuníamos con amigos para experimentar con la música rap.

Solíamos hacer rimas en español, tratando de imitar a artistas estadounidenses como Snoop Dog, Fifty Cent o Sean Paul.

Sin embargo, el público no respondió bien cuando finalmente llegamos al escenario. Nuestras letras giraban en torno a nuestras vidas: las vivencias de la juventud en la calle y con los amigos. Pero a algunas personas no les gustó, y nos atacaron y criticaron.

Los bares y eventos nos programarían a la 1 o 2 a.m., lo que significa que generalmente había mucha gente borracha mirando. Los ataques se hicieron más fuertes: la gente nos arrojó botellas y, a veces, nos agredieron físicamente.

No estaba interesado en ese entorno, así que decidí experimentar con el rap maya y lo hice para un concurso. Salió muy bien, la gente me aplaudió y felicitó y cantó la letra de mis canciones.

Me sorprendió y me encantó la aceptación del público. También descubrí que me sentía más seguro y confiado cantando en maya; descubrí que me era más fácil fluir en el escenario. Cuando me di cuenta de que podía usar mi rap para promover mi lengua materna entre los jóvenes, mi nueva pasión echó raíces.

Tomar esta decisión se sintió tan bien. Fue el impulso que necesitaba para saber que podía hacer cosas nuevas y marcar la diferencia al distinguirme de la multitud.

Las cosas seguían siendo difíciles al principio. Tuve que tocar muchas puertas en estaciones de radio locales, escuelas, universidades y fiestas comunitarias pidiendo cantar. La gente aún no sabía que existía el rap maya, y esto los hizo dudar aún más en dejarme participar.

Abrazando y celebrando nuestra identidad maya

Lo que finalmente funcionó fue convencer a los organizadores de los festivales y conciertos de que al cantar en maya buscamos fortalecer este idioma y su cultura y así motivar a los jóvenes a sentirse orgullosos de su herencia. Es un objetivo que sigo persiguiendo hasta el día de hoy.

Vengo de una familia que solo habla maya. Mi mamá y mi papá son monolingües y yo aprendí español a los 7 años cuando entré a la escuela.

Desde que comencé a hacer rap maya, comencé a investigar de dónde vengo, mis raíces, y qué representa esto.

En los libros escolares, no se habla de mayas excepto de la conquista española; nunca discuten nuestro origen y la permanencia continua de esta cultura. Agradezco a la música por permitirme conocer verdaderamente lo que lograron mis antepasados.

A través de mi trabajo, me esfuerzo por ayudar al mundo a ver quiénes somos los mayas, de dónde venimos y qué hacemos.

De ahí que mis letras hablen de personas, vivencias, costumbres y tradiciones actuales. En los videos musicales, mostramos las comunidades. Contamos con paisajes, comida, casas, los hombres y mujeres que las habitan, los mayas actuales en su vida cotidiana.

La discriminación contra los mayas todavía florece en algunos lugares. Creo que al generar orgullo por nuestros orígenes, podemos ayudar a combatir el bullying en las escuelas de niños con apellidos mayas. También espero animar a otros jóvenes que estén orgullosos de sus raíces y quieran hacer música que refuerce su identidad.

No solo Chichén Itzá, Tulúm, Cancún u otros centros turísticos o arqueológicos son importantes y dignos de preservar. Mis abuelos eran mayas y no sabían que existían estos lugares; sin embargo, mantuvieron vivo el idioma y las tradiciones que crean nuestra identidad.

Las nuevas generaciones mayas

La sociedad nos ha exigido que poco a poco vayamos dejando de lado nuestras costumbres mayas a lo largo de los años. De esta forma, nos obligan a volvernos más urbanos, más homogéneos, a adoptar otras tradiciones.

Muchas familias han emigrado a otras ciudades y países y ya no quieren que sus hijos tengan una relación con la cultura maya. Para combatir esto, también dirijo talleres para niños donde les enseño el idioma maya a través del rap y el hip hop.

Empecé a hacer esto en una comunidad de Yucatán; Ahora también enseño estos talleres en Los Ángeles, California, para los niños de los mayas que viven en los Estados Unidos.

Muchos niños que nacieron fuera de México están muy interesados en conocer sus orígenes y cultura. Lo curioso es que algunos niños ya no hablan español, solo inglés, y ahora quieren aprender maya, que es el idioma con el que crecieron sus padres y todos sus antepasados.

Se emocionan y dicen que quieren conocer esos pueblos o visitar a sus abuelos que viven en la Península de Yucatán.

Este orgullo me llena de orgullo y felicidad a su vez. Eso es lo que quiero promover entre los mayas. Quiero que sientan lo mismo que yo cuando regrese a mi ciudad natal: la alegría, la seguridad y la aceptación que se obtiene al llegar a mi casa, visitar a mi madre, disfrutar de la comida. Quiero que la cultura maya se sienta como un regreso a casa para aquellos que han estado fuera.

Me quedo en mi país de origen por este motivo. Amo a México y a mi gente, y mi trabajo para rescatar la cultura maya apenas comienza.

El tango en silla de ruedas ofrece liberación, expresión para bailarina argentina

Aiza Di Salvo
PROTAGONISTA
Aiza Di Salvo, de 34 años, es bailarina de tango del Grupo Alma Danza Intergradora. Síguela en Instagram y Youtube.
CONTEXTO
Grupo Alma Danza Intergradoraes la primera compañía de danza integradora de Argentina.

Fundada en 1996 por Susana González Gonz, la organización «integra a bailarines con y sin discapacidad en el escenario, desde el convencimiento de que todo ser humano, sea cual sea su condición, puede extender sus alas y hacer volar sus sueños, ofreciendo a la sociedad el aporte de su talento artístico».

BUENOS ARES, Argentina — Mi nombre es Aixa Di Salvo y tengo 34 años. He usado una silla de ruedas desde que tuve un accidente automovilístico a la edad de 12 años y perdí la capacidad de caminar. Sin embargo, eso no me impidió cumplir mi sueño de ser bailarina de tango.

El tango infunde mis recuerdos de infancia

Cuando nací, el arte floreció en todos los rincones de mi hogar. Mi padre dedicó su tiempo y energía a nuestra herencia y folklore; se reunió con otros músicos para cantar, tocar la guitarra, reír y disfrutar de la cultura. Cuando recuerdo la casa de mi infancia, escucho a mis abuelos silbar un tango en la cocina. A veces, cantaban mientras escuchaban en la radio. La música impregnaba constantemente el aire.

En ese momento, no le presté mucha atención. No fue hasta mi adolescencia que el tango comenzó a adquirir otro significado; algo en la música me invitaba a expresar mis emociones a través del baile. Recuerdo quedarme despierto hasta altas horas de la madrugada, escuchando con los auriculares puestos para no molestar a los demás.

La primera vez que me subí al escenario a bailar tango en mi silla de ruedas, fue como un sueño. Fue pura emoción; Me reconecté con esa chica que solía ser, que soñaba con ser bailarina. Ese día, confirmé en mi alma que bailar era la mejor decisión de mi vida.

Hoy, como mujer, sigo teniendo muy cerca esa primera experiencia. Recuerdo esa primera sensación de volar que me generó el baile, y las emociones de mis padres y mi abuela, que vinieron a verme y me apoyaron incondicionalmente desde el principio.

Mi silla de ruedas representa la libertad, pero los límites permanecen.

He sido usuario de silla de ruedas durante 21 años. No lo veo como un obstáculo, al contrario, la silla representa una gran posibilidad, tanto en la vida cotidiana como en el baile.

Mi silla de ruedas enriquece mi baile. Tiene una presencia imponente que genera un sinfín de interrogantes, emociones y sensaciones en el espectador. Ser usuario de silla de ruedas le da a mi baile un impacto adicional que me permite comunicar un mensaje a la sociedad, que tiene un significado más allá de mi deseo de bailar. Tiene que ver con la comprensión de los cuerpos.

Siempre ha habido estereotipos sobre qué tipo de cuerpo puede subir al escenario y bailar. Afortunadamente, desde hace algún tiempo, el mundo de la danza se abre y muestra cuerpos diferentes y más diversos. Esto comunica que todos podemos bailar y todos podemos formarnos como artistas si ese es nuestro deseo.

También es cierto que deben darse las condiciones para que eso suceda. En mi caso, los obstáculos tuvieron más que ver con la falta de accesibilidad, porque no todos los escenarios, espacios de formación y camerinos son inclusivos para artistas con diversidad funcional.

En un caso, la gente se excusó diciendo que una sala de ensayo en particular estaba prohibida para las personas en sillas de ruedas porque el piso podría dañarse. A eso digo, en mis 21 años de rodar, nunca he dañado el piso de mi casa.

Los baños pueden presentar otro obstáculo. Generalmente, en los baños de los centros culturales o teatros, los diseñadores asumen que una persona con discapacidad va a ver un espectáculo, pero no a formar parte de él. Por lo tanto, a menudo no hay baños accesibles detrás del escenario donde están los vestidores.

Creciendo como persona y bailarina de tango.

El tango ha contribuido a que mi vida floreciera. Significa mucho más que dominar un baile.

Siempre fui tímido al crecer; No hablaba a menudo, tenía pocos amigos y me sentía incómodo en un grupo, prefiriendo estar detrás de escena. Sin embargo, siempre he sentido que hay cosas dentro de mí, esperando ser liberadas.

El tango ha sido crucial en ese viaje de autoexpresión, no solo artísticamente sino también para todo mi ser. Ha transformado mi actitud hacia la vida y me ha ayudado a adoptar una versión más ruidosa de mí mismo.

Algunas personas todavía piensan que alguien en silla de ruedas no podría bailar. La mayoría se sorprende al vernos, y es por eso que la exposición es crucial. A pesar de los estereotipos del tipo de persona que puede ser un bailarin serio, la danza y otras artes escénicas tienen infinitas posibilidades.

Por ejemplo, las limitaciones son obvias dentro de mi cuerpo: no puedo caminar. Sin embargo, puedo mover una pierna con la ayuda de otras partes del cuerpo. Cuando bailo, todo mi cuerpo está disponible para ayudarme a mover esas otras partes de mi cuerpo que no pueden moverse por sí mismas.

Conectando con mi pareja, conmigo mismo y mis emociones

Dicen que se necesitan dos para bailar el tango, y el vínculo que comparto con mi compañero de baile, Matías, es hermoso. El es parte de mi. Compartimos momentos no solo en nuestro arte, sino también en la vida en general; tenemos conversaciones y nos apoyamos mutuamente.

Nuestro encuentro fue un momento de aprendizaje para los dos, porque él nunca había bailado con una bailarina en silla de ruedas. Nos complementamos bien. Al principio, exploramos y descubrimos diferentes formas de lograr los objetivos de la pieza, aprendiendo a conectarnos y reconocernos en diferentes situaciones basándonos simplemente en una determinada mirada o la conexión que compartimos. Nos conocimos en 2013 y no hemos dejado de probar cosas nuevas desde entonces.

Una pareja de baile puede tener una energía similar, pero hay ocasiones en las que tienes que tienes que regular un poco tu poder para evitar lastimarse mutuamente. Debido a mi timidez natural, tuve que trabajar para dominar la comunicación; mejoró después de mucho esfuerzo y de conocernos. Ahora, la comunicación proviene principalmente de nuestros movimientos.

La danza integradora requiere una conciencia sustancial de todas las partes, porque no todos los artistas con discapacidad tienen el mismo tipo o grado de discapacidad. Para un artista con una lesión medular, los socios y coreógrafos deben tener en cuenta el grado o la altura a la que la persona sufrió la lesión. Se debe considerar constantemente el equilibrio, la fuerza y el rango de movimiento para evitar daños mayores o caerse de la silla.

Cuando bailo el tango, conecto con mis propios sentimientos. Aunque represento a un personaje, también estoy contando parte de mi vida y exponiendo algo propio. Revelo algo de mí misma cada vez que actúo, y esa intimidad me transforma mientras bailo.

Sobreviviente de accidente de autobús en Kenia relata la tragedia

Regina Kimwele
Interview Subject
Regina Kimwele is one of only 12 survivors of the Dec. 4 bus accident at the Enziu River in Kitui County, Kenya.

She is an active member of the Mwingi Catholic Church as well as a member of the church’s choir, which lost over 20 members in the accident.
Background Information
On Dec. 4, 2021, a bus carrying over 50 people overturned while trying to cross the flooded Enziu River on the way to a wedding/vow renewal celebration.

The bus contained members of the Mwingi Catholic Church choir and family members of the couple, in addition to about 30 additional passengers.

The total dead so far is 33, including several children. There were 12 survivors.

Mwingi is one of the most dry parts in Kenya but has recently experienced heavy rainfall resulting in the flooding.

The national and Kitui County governments are partnering to cover all burial expenses of the deceased. The Kitui County governor put the blame for the shoddy bridge on the national government and said it’s renovation is now considered a priority.

CONDADO DE KITUI, Kenia — Escapé de la muerte a principios de este mes cuando un autobús en el que viajaba se volcó en un río inundado. Otros treinta y tres no tuvieron tanta suerte.

Un río inundado y una elección peligrosa

Cuando salimos, el clima estaba tranquilo aunque había llovido el día anterior. Las primeras 1.5 horas de nuestro viaje transcurrieron sin incidentes, pero cuando llegamos al río Enziu alrededor de las 11:30 a.m., descubrimos que se había inundado y desbordado. El puente también se había inundado por completo. Esto nos obligó a detenernos, con la esperanza de que los niveles de agua bajaran.

Esa cantidad de lluvia es rara en el condado de Kitui, y los lugareños se quedaron boquiabiertos ante el espectáculo. Nos bajamos del autobús y comenzamos a cantar e interactuar con los lugareños y las otras personas varadas que esperaban cruzar. Cuando pasaron dos horas, dos camiones grandes lograron pasar con éxito, al igual que un automóvil en la dirección opuesta. Por eso pensamos que los niveles de agua y la intensidad del río habían disminuido.

La mayoría de los pasajeros le pidieron al conductor del autobús que intentara cruzar el puente, ya que se estaba acabando la paciencia y el tiempo para llegar a la boda. El conductor vaciló, diciendo que no estaba familiarizado con la carretera, pero cedió y pidió a más personas que subieran al autobús para aumentar de peso. Dijo que esto ayudaría a evitar que el autobús fuera arrastrado.

Nuestro grupo original era de unas dos docenas, pero unas 30 personas que también querían cruzar el puente inundado abordaron el autobús para hacer el viaje.

Cuando volvimos a abordar, me senté en el asiento trasero del autobús.

La gente gritó pidiendo ayuda cuando las aguas subieron

Todo sucedió tan rápido una vez que comenzamos a movernos. Apenas puedo explicarlo.

En un minuto, sentí que el autobús se deslizaba hacia la izquierda y, casi instantáneamente, se volcó completamente en el río. Los gritos llenaron el aire, y muchos llamaron el nombre de Jesucristo para salvarnos. El agua se precipitó inmediatamente por el lado que se había sumergido en el río, y los pasajeros de ese lado ya estaban luchando por sus vidas.

Me paré en el asiento, pero me di cuenta de que el nivel del agua estaba subiendo dentro del autobús demasiado rápido para mantenerme a salvo. Usando mis piernas, golpeé el cristal de la ventana mientras mis manos agarraban el asiento. Salí cayendo al agua fría y helada del río inundado. No sé nadar y el terror llenó mi mente.

De alguna manera pude agarrar una barra de metal en el autobús que me ayudó a sostenerme sin hundirme. Luché por mantener mi cabeza fuera del agua. Algunos lugareños que sabían nadar y estaban tratando de rescatarnos me sacaron del agua y pude pararme sobre el autobús. Sin embargo, pude sentir cómo se hundía hasta el fondo del río.

Después de un minuto, los nadadores me dijeron que no podían ayudar donde estaba y me pidieron que volviera al agua para que el equipo de rescate que se acercaba pudiera salvarme. Estaba reacio, pero insistieron en que era la única opción para sobrevivir. Cedí y salté, y el equipo de rescate llegó en segundos y me llevó a la orilla.

Rescatada pero de luto

Mis rescatistas me llevaron a tierra y me metieron en una ambulancia. No me sentí enferma ni herida a pesar de mi terrible experiencia; en cambio, la confusión y el miedo se apoderaron de mi.

La ambulancia me llevó al hospital donde las pruebas confirmaron que estaba físicamente sana y ilesa. Allí, me senté en estado de shock viendo la cobertura de noticias de última hora de la tragedia. Horas después, alguien me informó que mi jefe, el hijo de la pareja de novios, a quien acompañaba en el viaje, había sobrevivido pero su esposa y sus dos hijos fallecieron en el accidente. La noticia me estremeció y me dolió el corazón; Pasé la noche llorando hasta que los médicos me administraron pastillas para dormir.

Esta terrible experiencia siempre vivirá en mi mente. Le agradecí a Dios y siempre lo haré; me siento muy bendecida por esta segunda oportunidad en la vida y afortunada de haber escapado. Sin embargo, la pérdida de tantos amigos sigue siendo dolorosa y traumática. Me entristece mucho pensar en los que no sobrevivieron. Rezo por mis hermanos y hermanas fallecidos todos los días.

Un video capturado de la tragedia que se puede ver en Youtube. Advertencia: se recomienda la discreción del espectador.

Sobreviviente del accidente aéreo Chapecoense vive otro accidente mortal

COCHABAMBA, Bolivia – Algunos dirían que sobrevivir a un accidente que mató a muchos otros es un milagro. Sin embargo, ahora he sobrevivido a dos en menos de cinco años.

Erwin Tumiri
protagonista
Erwin Tumiri, de 30 años, fue uno de los seis sobrevivientes del accidente aéreo de Chapecoense en 2016 que le costó la vida a 71 personas. Nació en Chimoré, Bolivia y estudió Mecánica Aeronáutica y luego Piloto Privado, la cual completó en 2015. Actualmente se encuentra inscripto en un curso de Piloto Comercial.
contexto
Tragedia Chapecoense: El accidente del vuelo 2933 de LaMia, ampliamente conocido como la tragedia Chapecoense, ocurrió el 28 de noviembre de 2016. El vuelo chárter transportaba a la escuadra de fútbol brasileña Chapecoense y su séquito a Medellín, Colombia para un desfile en las Finales de la Copa Sudamericana 2016. . El accidente mató a 71 de las 77 personas a bordo, incluidos todos menos tres de los jugadores.

La investigación del accidente culpó a errores humanos y de gestión por parte del piloto y la aerolínea. El avión se quedó sin combustible, estaba por encima de su límite de peso y volaba en condiciones «inaceptables», y el piloto no informó de la falla del motor por falta de combustible hasta que fue demasiado tarde. Aquí está el informe oficial completo.

Accidentes de tráfico fatales en Bolivia: El accidente al que sobrevivió Tumiri el 2 de marzo de 2021 mató a 21 personas e hirió a 30 más. La BBC informó en 2019 que unas 1.000 personas mueren y 40.000 resultan heridas en accidentes en las carreteras de Bolivia cada año, según datos oficiales citados por la agencia de noticias Efe.

Un viaje normal en avión, hasta que no lo fue

Ese día a bordo, el ingeniero de vuelo me dijo que íbamos directamente desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru en Bolivia a nuestro destino, el Aeropuerto Internacional José María Córdova en Colombia.

Me pregunté por qué, ya que sabía que teníamos que reabastecer de combustible. Como uno de los siete miembros de la tripulación, no pude hacer mucho porque otros estaban a cargo. Pensé que sabían lo que estaban haciendo, pensé que íbamos a cargar combustible en otra parte. Nunca podría haber imaginado lo que pasaría esa noche.

A las 10 de la noche, el piloto dijo que estábamos a punto de aterrizar. No teníamos motivos para pensar en otra cosa. Estaba agotado, ya que no había dormido mucho.

De repente, las luces de la cabina se apagaron y las luces de emergencia se encendieron. Mantuve la calma porque estábamos casi en el aeropuerto. No podía pasar nada, pensé. No hubo ningún anuncio, ninguna alerta de algo malo. Pedimos un aterrizaje de emergencia y nos dieron autorización.

Sobreviviendo a la tragedia Chapecoense

De repente, ocurrió el accidente. Pensé que era un mal sueño, que me quedé dormido y quería despertar. Me puse de pie, mirando hacia abajo como si algo me golpeó el estómago. Mis brazos y piernas estaban bien. Tenía un rasguño en la barbilla y un corte en el brazo. No sabía lo que estaba pasando. Yo estaba en shock; alguien me abofeteó para hacerme reaccionar. La gente gritaba.

Poco a poco me di cuenta de que no era un sueño; era la vida real. Escuché a una niña gritar, así que la llevé a un lugar más seguro. El dolor se apoderó de mí y no pude moverme más.

En ese momento, pensé que no era tan grave porque apenas me lastimé. No supe ningún detalle sobre cuántos habían muerto hasta días después. Cuando vi los nombres de los fallecidos, todo se volvió borroso por un instante. El miedo me llenó al darme cuenta de lo que había vivido.

Procesando el trauma

No comencé a comprender realmente todo lo que había pasado hasta que hablé con mi familia. Solo entonces me di cuenta y me reconocí. Finalmente me di cuenta de la gravedad del accidente y de que había sobrevivido. Hasta ese momento, no sabía quién era yo.

Sigo sufriendo de dolor en la columna y el cuello; me afecta cuando escucho sobre accidentes de aviación. A veces, mi mente me transporta allí. La tristeza y la ira me invaden cuando pienso en cómo sucedió y lo que se siente estar allí.

La gente siempre me pregunta, ¿qué se siente resucitar de entre los muertos? Creo que fue la voluntad de Dios, porque no puedo explicarlo. Fue como si me hubiera caído después de que todo pasó, y cuando me puse de pie, todo se calmó. Ni siquiera mi ropa se rasgó. Lo primero que dije fue, gracias, Señor, por darme una oportunidad más.

Una vez más sobreviviendo a un accidente fatal

En marzo de este año, volvió a ocurrir.

Subí al bus que me lleva al trabajo con mis cosas: mi motocicleta, computadoras, etc. Alrededor de las 10 p.m., comencé a notar un alboroto de otros pasajeros. A través de la ventana vi que el autobús iba muy rápido. La gente gritaba: «¡Detente, detente!» Íbamos tan rápido, ya estaba pensando que algo iba a pasar, que íbamos a estrellarnos o volcarnos. Todo lo que pude hacer fue agarrarme del asiento frente a mí para prepararme.

Luego, el autobús se volcó fuera de la carretera y descendió por la empinada ladera. Un pensamiento seguía corriendo por mi mente: no voy a morir aquí.

Siguió girando una y otra vez hasta que finalmente se detuvo. Me levanté medio aturdido, me había golpeado la cabeza, la rodilla. Parecía un sueño; Yo estaba en shock.

La gente empezó a salir. Fui uno de los primeros en trepar por una ventana y fui a sentarme en una roca hasta que bajaron por mí. Nos habíamos hundido unos 500 pies. Me llevaron por la carretera y llegaron las ambulancias.

Reflexionando sobre los accidentes y consejos a los demás.

Era posible prevenir ambos accidentes. Pensar en eso me llena de ira. Fue por el dinero; el avión no tenía suficiente combustible y el autobús debería haber tenido buenos frenos y neumáticos.

Mi consejo para cualquier persona que se encuentre en una situación que ponga en peligro su vida es que no se rinda, debe seguir adelante.

Había conducido varias veces por esta ruta de autobús. A pesar de que todos podíamos sentir que algo terrible iba a suceder debido a la velocidad y la pendiente profunda que sabíamos que nos esperaba a un lado, dije: «No voy a morir aquí», aunque tal vez lo dudé en mi corazón. . Muchos murieron, incluidos mujeres y niños. Es muy triste; Tengo que creer que es el destino que sobreviví una vez más.

De la granja a la sala de audiencias: conoce a la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo de Kenia

Martha K. Koome
PROTAGONISTA
Martha Karambu Koome, de 61 años, se convirtió en la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo de Kenia cuando asumió el cargo en mayo de 2021.

Ejerciendo desde 1987, tiene un largo historial de defensa de los derechos de las mujeres y los niños en Kenia, y en 2020 fue finalista en el Premio a la Persona del Año de la ONU en Kenia.
CONTEXTO
Las acusaciones de corrupción han perseguido durante mucho tiempo al sistema judicial de Kenia. Según Stata.com, en 2019 el 51% de los kenianos consideraba que algunos de los jueces y magistrados del país estaban involucrados con la corrupción, mientras que otro 35% de los encuestados dijo que la mayoría o todos eran corruptos.

El presidente del Tribunal Supremo Koome ha dado prioridad a acelerar los aproximadamente 400 casos de corrupción que languidecen en el sistema judicial, algunos de los cuales han estado en proceso durante 15 años.

NAIROBI, Kenia — Crecí como una niña africana tradicional, nacida y criada en la aldea de Kathiru. Mi padre, un campesino polígamo, tuvo 18 hijos.

Al crecer en la región de Meru, alrededor de las laderas del monte Kenia, pasé la mayor parte de mi tiempo libre en la shamba, nuestra granja familiar. Aprendí a temprana edad que debes trabajar antes de comer.

Mi crianza me enseñó las virtudes necesarias para triunfar. Hoy, soy la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo de Kenia y una firme defensora de los derechos humanos.

Humildes comienzos para la primera mujer presidenta del Tribunal Supremo de Kenia

Mi mamá y mi abuela me inculcaron las características de una verdadera mujer africana. De muchas formas, fuimos bendecidos.

Las niñas de mi edad a menudo deambulaban por el pueblo los fines de semana y durante las vacaciones. Yo, por otro lado, trabajé duro en casa en nuestra granja. Mis muchos hermanos me protegieron e inspiraron miedo de los otros estudiantes, y mi desempeño académico inspiraba respeto.

La iglesia era como nuestro segundo hogar y nunca me perdía un servicio sin una buena razón.

Si bien las grandes familias polígamas a menudo luchaban contra el hambre, teníamos suficiente comida de la granja para alimentarnos. Labramos la tierra y aprendí a preparar los más deliciosos manjares kienyeji (tradicionales) de las mujeres de mi familia.

La capacitación que recibí en casa fue apasionante y valiosa, pero me encantaba estar en la escuela, a menudo deseando que el aula no cerrara por los descansos.

Mis hermanos y yo caminamos descalzos hacia la escuela. Los zapatos, en ese momento, estaban reservados para los maestros y el personal. Mi abuela me decía a menudo: «Martha, si trabajas duro, tendrás muchos pares de zapatos». Me esforcé, no solo por los zapatos, sino por cambiar el estatus de las mujeres a mi alrededor.

Inspirado para luchar por la justicia desde una edad temprana

Cuando era niña, vi tantos casos de violencia doméstica: de mujeres sin voz, golpeadas por sus maridos y parientes sin ningún lugar donde esconderse.

Entraron en la iglesia, donde pudieron compartir en pequeños grupos. Escuchamos cómo los trataban en casa. A veces, estas mujeres buscaban refugio temporal por uno o dos días con mi familia, donde podían tomarse un descanso de sus maridos borrachos.

Una mujer vino a nosotros después de trabajar todo el día, buscando comida y cuidando a los niños. Para cuando pudo preparar la comida, ya era tarde. Su esposo regresó a casa sin nada más que ofrecer a la familia, pero la golpeó por preparar la comida tarde.

Llegó a nuestra casa con sus hijos buscando refugio. La ira y la molestia surgieron dentro de mí. Decidí estudiar derecho, luchar por mujeres y niños como ellos.

Estimular el cambio a través del activismo legal

Desde que fui admitida en el Colegio de Abogados de Kenia en 1987, he visto cambiar la constitución para defender los derechos de las mujeres y los niños.

Establecimos la Federación de Mujeres Abogadas (FIDA), que ofrece servicios legales gratuitos a las víctimas de agresión sexual, junto con apoyo psicosocial.

El establecimiento de mi empresa en la década de 1980, en un campo dominado por hombres, aprovechó la capacidad de recuperación que aprendí cuando era niña en la granja. Esta fiereza me empoderó para defender los derechos de los detenidos políticos, las mujeres y los niños.

Ninguno de estos logros se logró fácilmente. En una época en la que te podían arrestar y condenar por criticar al presidente y el poder judicial no era independiente, logramos tareas imposibles.

A pesar de todo, me quedé de pie con orgullo. Mientras estaba siendo examinado para ser juez de la Corte de Apelaciones, solicité que mis entrevistas fueran públicas. La corrupción manchó los pasillos de la justicia en Kenia, pero me opuse —con moral y normas— al soborno y a los elementos podridos entre nosotros.

Ahora, con seis meses en el cargo como la primera mujer presidente del Tribunal Supremo de Kenia, mi vida y mi país están en una nueva trayectoria. Sí, tenemos desafíos, pero los enfrentaremos. Con un equipo de más de 40 jueces, estamos resolviendo casos atrasados mientras buscamos recuperar la confianza pública en el poder judicial y acabar con la corrupción y la justicia demorada.

Todos estos logros se deben a, no a pesar de, mi educación rural. Las duras lecciones y luchas que enfrentamos me enseñaron a sobrevivir. Hoy, esas mismas lecciones me permiten estar al servicio, no solo a las mujeres y los niños, sino a toda una nación.

Periodista india supera el abuso doméstico y se une a un medio sólo para mujeres

Geeta
Protagonista
Geeta, de 33 años, fue obligada a casarse cuando tenía 15 con un hombre 10 años mayor que ella. Sufrió violencia doméstica durante siete años antes de encontrar la fuerza para divorciarse.

En la actualidad, Geeta trabaja con Khabar Lahariya, un periódico (con versión papel y digital) indio dirigido por mujeres, como reportera principal. Ha luchado contra el patriarcado y los estereotipos de género mientras criaba sola a tres hijos.
Contexto
Khabar Lahariya es un colectivo de mujeres periodistas rurales, a menudo de castas inferiores, que dirigen un periódico semanal independiente y una sólida plataforma de noticias digitales, centrándose principalmente en noticias locales y temas rurales. Todo en Khabar Lahariya está escrito, editado, producido, distribuido y comercializado por mujeres en los pequeños pueblos y aldeas de la India.

UNICEF estima que el sur de Asia tiene las tasas más altas de matrimonio infantil del mundo. Casi la mitad (45%) de todas las mujeres de 20 a 24 años informaron haberse casado antes de los 18 años. Casi una de cada cinco niñas (17%) se casó antes de los 15 años. La Oficina Nacional de Registros Criminales de la India informó de 6.966 muertes por dote en 2020. En otras palabras, alrededor de 19 mujeres pierden la vida todos los días por la dote.
 
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) recomienda eliminar la excepción de violación conyugal de la IPC 375. La sección del Código Penal de la India que define la violación considera que las relaciones sexuales forzadas en el matrimonio son un delito sólo cuando la esposa es menor de 15 años. Por lo tanto, sigue siendo legal que los hombres indios violen a sus esposas siempre que sean mayores de 15 años.

Nueva Delhi, INDIA – Tenía 15 años y acababa de aprobar mis exámenes de octavo grado cuando mi padre me ordenó que me casara con el hombre que eligió para mí.

De niña, no podía tomar mis propias decisiones. Tampoco preparada para tener un marido, ya que ni siquiera sabía lo que implicaba el matrimonio: el sexo o el parto. Sin embargo, lo soporté todo. Me robaron la oportunidad de aprender y de crecer.

Años de violencia física y sexual

Cuando me mudé a la casa de mis suegros después de la boda, me sometieron a una tortura física y mental insoportable cuando dijeron que no había pagado una dote adecuada.

Le habían pedido a mi padre 70 gramos de oro. Les pagó el equivalente en 25.000 INR (rupias indias, o $ 333 USD) más 20 gramos de oro. Eso no fue suficiente. No fui suficiente.

Para mí. estaba claro que no necesitaban una nuera. Simplemente necesitaban dinero.

Mi esposo, 10 años mayor, me golpeaba con su cinturón y me echaba de la casa. Otras veces, me agarraba del pelo, me tiraba al suelo, se ponía encima de mí y me estrangulaba.

Siempre que hablaba de separación, me amenazaba con matarme a mí y a mi único hermano, y me golpeaba aún más fuerte.

Comencé a cuestionar mi autoestima y pensé en suicidarme muchas veces. La vergüenza me abrumaba e impedía compartir lo que me estaba pasando.

Mis sollozos de cada noche nunca fueron escuchados. Cubría los moretones de mi cuerpo, pero mi rostro también tenía las marcas de la violencia, por lo que no se me permitió salir.

Era esencialmente una esclava. No tenía más remedio que tolerar el abuso todos los días. Sufría en silencio.

Ahora tengo tres hijos que nacieron producto de violaciones maritales, no del amor.

Todos los sentimientos de afecto estaban ausentes entre mi esposo y yo. A menudo, me obligaba a tener sexo. Me trataba como si fuera de su propiedad. A él no le importaba tener mi consentimiento.

Mi mundo estaba lleno de oscuridad, agonía, ansiedad, miedo e impotencia. Todo lo que podía hacer era rezar.

Un primer intento de huir

No encontré apoyo ni simpatía por parte de mi propia familia.

Cada vez que mi esposo me golpeaba brutalmente, se los contaba a mis padres. En lugar de apoyarme, me decían que aguantara, que siguiera viviendo con él y que tolerara el abuso. Dijeron que esto sucede en todos los hogares y que era mi deber trabajar en el matrimonio.

No podía soportarlo más. Me estaba matando. Pero no tenía adónde ir. ¿Quién alimentaría a una mujer con tres hijos?

Un día, cuando mi esposo me arrojó contra una pared, decidí irme para siempre.

Me pidió que le diera dinero a mi padre como dote adicional. Cuando no volví con él, apareció en la casa de mis padres. Me negué a ir con él, diciéndole que mi padre no tenía los medios para pagar y que regresaría cuando pudiera enviar el dinero.

Durante unos cinco meses, me quedé en casa de mis padres pero los jefes de la aldea intervinieron para ayudarnos a llegar a un compromiso. Finalmente, mi esposo prometió portarse bien; dijo todo lo que los demás querían escuchar para que yo volviera a su casa. Le creí y decidí darle otra oportunidad.

Trabajo de parto agotador 

Mi esposo se convirtió en el mismo monstruo de siempre en menos de un mes. También dejó de trabajar y me obligó a hacerlo a mi.

Nunca podré olvidar esos días. Trabajé como obrera de la construcción haciendo tareas manuales agotadoras. Mis deberes incluían remover escombros de concreto, cargar material pesado de construcción en mi cabeza y ayudar a mover equipos pesados. Ampollas dolorosas florecieron en mis palmas y pies. Eso no detuvo el abuso en casa.

Un día, mi hijo se ensució los pantalones. Mi esposo me llamó al trabajo para que volviera a limpiarlo. Corrí a casa inmediatamente para cuidar a mi bebé, pero no tuve tiempo de cambiarle la ropa. Como castigo, mi esposo me sostuvo el cabello y me abofeteó hasta que me desmayé. Traté de tomar represalias, pero era demasiado fuerte. Regresé al trabajo con moretones en la cara.

Finalmente, mi familia se enteró de que trabajaba en la obra. Mi primo fue el que se enteró y me dijo que yo era una mancha para la familia por tener un trabajo de tan baja categoría. Me pidió que fuera con él, pero me negué porque a ellos sólo les preocupaba la imagen familiar, no el calvario que estaba viviendo.

No querían ayudar a una víctima de violencia doméstica, pero me ayudarían a dejar el trabajo, ya que les traía vergüenza social.

Cuando mi primo vio que era inflexible, prometió darme el respeto que me merecía. Le advertí que me llevara a casa de mis padres o me quedaría en la obra. Él acepto. Así dejé a mi marido para siempre.

Una última lucha por la libertad

Mi padre llegó al día siguiente. Fuimos a la comisaría para presentar una denuncia formal. Cuando llamaron a mi marido, me volvió a pedir compromiso. Lo rechacé. Estaba en mi límite, no me quedaban fuerzas para soportar el abuso.

Para mi horror, la señora policía me abofeteó dos veces por no estar de acuerdo con la oferta de mi marido. Ella me dijo que debía someterme a sus pedidos y que «era sólo un caso de violencia doméstica».

Me obligaron a firmar los papeles de compromiso. Pero en el momento en que salí de la comisaría, corrí hacia mi casa. Mi esposo me detuvo a mitad de camino y trató de agarrarme del cabello. Esta vez, afortunadamente, mis primos, vecinos y mi padre se apresuraron a salvarme la vida.

Se encontró frente a la multitud solo y me dejó ir. Esa fue la última vez que mis hijos o yo lo vimos. Nos separamos definitivamente en febrero de 2009.

Luego del calvario, soy imparable

Estaba en una encrucijada: las mujer divorciadas son un tabú en la sociedad india. Aunque quería ser independiente, mi falta de educación paralizó mis perspectivas. Por casualidad, un familiar me sugirió que me uniera a Khabar Lahariya, un colectivo de mujeres periodistas rurales.

En momentos de desesperación, todo lo que se necesita es un poco de esperanza. Mi vida mejoró después de que Khabar Lahariya me recibió con los brazos abiertos.

Geeta entrevistando a alguien para una historia | Foto cortesía de Geeta

Inicialmente, cubrí historias de crímenes y temas relacionados con las mujeres. Enfrenté todo tipo de amenazas y acoso. Muchos intentaron sobornarme para que no revelara sus actos criminales. Pero no me detuve, no tenía nada que perder.

Empecé a trabajar como periodista para demostrar mi fortaleza. Si ganaba mi propio dinero, sabía que podía empoderarme y vivir una vida feliz. En India, las mujeres como yo, que viven con sus padres y sin suegros que las mantengan, se consideran una carga.

A la fecha, han sido 12 años de libertad y empoderamiento. Aunque terminé mi traumático matrimonio, todavía lucho contra las expectativas de la sociedad y el pensamiento obsoleto.

Cuando salgo al pueblo, recibo comentarios como «pobre mujer» y «qué mal, anda sola». Preguntan sobre mi estado civil. Algunos se compadecen de mí cuando digo que me he divorciado, otros se ofenden conmigo por haber dejado a mi marido. Me juzgan mi carácter y mi forma de vestir.

Sin embargo, lo atesoro como una victoria: he cambiado la forma en que mi familia pensaba de mí, de las mujeres en general, y de su percepción de una mujer casada y trabajadora.

Mi padre se molestó cuando me uní a Khabar Lahariya, dijo que no era necesario porque él podía mantenerme. Se enfrentó a mi madre por «malcriarme» y no me habló durante días. Pero cuando leyó mi nombre por primera vez en el periódico, cambió de opinión.

Es difícil romper las cadenas del patriarcado en la India, ya sean sus propios padres o suegros, pero demuestro todos los días que es posible.

Lanzador de jabalina de la India hace historia en los Juegos Olímpicos de Tokio

Neeraj Chopra
Protagonista
Neeraj Chopra, de 23 años, es el primer atleta de pista y campo en ganar una medalla de oro para India en los Juegos Olímpicos.

Chopra es un oficial subalterno del Ejército de la India e hizo su primera marca en el atletismo internacional en 2016, estableciendo un récord mundial de lanzamiento de jabalina en el Campeonato Mundial de Atletismo sub-20. Dos años más tarde, se convirtió en el primer atleta indio en ganar el oro de jabalina en los Juegos Asiáticos y los Juegos de la Commonwealth.

El respaldo del Ejército contribuyó sustancialmente a su éxito, ya que le garantizaron que pudiera entrenar. El primer entrenador de Chopra fue Naib Subedar Kashinath Naik, ganador de la medalla de bronce de los Juegos de la Commonwealth. Más tarde, fue entrenado por el legendario jabalinista alemán Uwe Hohn.
Contexto
El lanzamiento de jabalina ha sido durante mucho tiempo parte de los Juegos Olímpicos, en la antigüedad como parte del pentatlón y como un evento individual en los Juegos modernos desde 1908 para hombres y 1927 para mujeres.

Con el oro obtenido por Chopra en los Juegos Olímpicos de Tokio, India acumuló su mejor marca en el medallero con siete victorias y contribuyó a un resurgimiento del orgullo nacional en medio de los estragos de la COVID-19.

Las únicas medallas de atletismo de la India llegaron en 1900: dos de plata ganadas por Norman Pritchard, hijo de una familia colonial británica. El país ha ganado un número récord de medallas de oro en equipos de hockey sobre césped masculino, y Abhinav Bindra ganó la otra medalla de oro individual del país por tiro con rifle de aire en 2008.

Nueva Delhi, INDIA – En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cargué con el peso de las expectativas de mi país. Ningún indio había ganado una medalla de oro olímpica en atletismo (pista y campo, carreras en carretera y carreras de marcha).

El sueño había sido difícil de alcanzar desde que llegué a Tokio. La noche antes de la final, me quedé dormido a la medianoche y me desperté a las 5 a.m. Sabía que era el día más importante de mi carrera deportiva. Pensaba en cómo sería el estadio olímpico, si mi rendimiento y mi forma física estarían a la altura de las circunstancias.

Las luces apuntaron hacia mi

Finalmente, llegó el momento de competir. Sólo un puñado de oficiales y entrenadores estuvieron presentes en el estadio debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, millones de personas en casa miraban y esperaban ansiosamente escuchar el himno nacional indio en los juegos y esas tres palabras importantes: atletismo, oro, India.

Fantaseaba con la idea de conseguir la medalla de oro. Con mi jabalina en la mano, me paré en la pista y me concentré en el lanzamiento.

Años de entrenamiento de fuerza, de perfeccionamiento y de concentración mental me habían ayudado a alcanzar nuevas marcas. Estaba seguro de que haría un lanzamiento casi perfecto y ganaría la presea.

Por un momento, pensé en mi ronda de clasificación. Lancé una distancia de 86,65 metros en mi primer intento: 3,15 metros por encima de la marca de calificación. Mi primer lanzamiento ahora sería crítico. Si hiciera un lanzamiento excelente, mis competidores sentirían la presión.

La jabalina salió de mi mano y pensé que había tocado la marca de los 82 metros. Las emociones me abrumaron cuando vi que alcanzaba los 86,48 metros.

Me acerqué para mi segundo lanzamiento. Con el récord olímpico de 90,57 metros en mi mente, lancé con toda mi potencia y velocidad.

Cuando lanzo, inmediatamente sé lo bien o mal que lo he hecho, por la forma en que mi esfuerzo, ritmo y técnica se unen en el lanzamiento de la jabalina. En el momento en que esta dejó mi mano esta vez, supe que había ganado el oro.

Lancé 87,58 metros. Aunque no alcanzó mi mejor marca personal de 88,06 metros, había logrado mi mayor sueño.

No miré la jabalina ni una sola vez después de ese lanzamiento; me di la vuelta inmediatamente y comencé a celebrar.

Un viaje sinuoso hacia la victoria en Tokio

En la cima del podio con la medalla de oro alrededor de mi cuello y la bandera de la India levantada sobre mí, sentí una emoción inexplicable.

El momento me parecía surrealista: era mi primera medalla olímpica y el primer oro de la India en atletismo. Los lanzadores de jabalina ya no estarían más a la sombra de otros medallistas de oro indios como los de hockey y tiro.

Me declararon el mejor del mundo. Me tomó un tiempo asimilarlo. Cuando un periodista me preguntó, ‘¿Qué se siente?’ Le dije: ‘¡Todavía no entiendo qué está pasando!’.

En 2019, el futuro de Chopra como lanzador se enfrentó a un difícil obstáculo después de una lesión en el codo que podría poner fin a su carrera | Foto cortesía de Neeraj Chopra

El momento me recordó mis humildes comienzos, creciendo en una familia de agricultores. En lugar de actualizar nuestra casa familiar, mis padres canalizaron sus modestos recursos en cumplir mi sueño.

Yo también me sacrifiqué: viajé muchas millas para entrenar y soporté de pie bajo el sol agobiante durante largas horas mientras esperaba el autobús. Cuando no tenía dinero para el boleto de regreso, caminaba o pedía a extraños que me acercaran a mi casa. Además, me fui del hogar de mis padres cuando era adolescente con el fin de entrenar en un centro de atletismo ubicado a muchas horas de distancia.

Todo por lo que había trabajado parecía estar en riesgo en abril de 2019, cuando sufrí una lesión importante en el codo derecho: El dolor era insoportable, perdí la fuerza, el movimiento de las articulaciones y la capacidad de lanzar. Luego de la cirugía, la rehabilitación y el entrenamiento, la pandemia en 2020 me llenó de incertidumbre. No sabía si podría ir a los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, allí estaba yo, en Tokio, con el himno nacional indio sonando por los altavoces. Apreciaré ese momento para siempre.

Periodista de Kenia, expuesta a la fuerza, vive su verdad y lanza Bold Network Africa

Chris Makena
Protagonista
Chris Makena fundó Bold Network Africa, una organización educativa y de promoción LGBTQ +. “Bold” significa valiente, impar, ruidosa y diferente.

Chris es muy conocido en el país como actor y periodista. Se ha desempeñado como reportero juvenil para la British Broadcasting Corporation (BBC) y como orador de TedEx.

Chris usa las redes sociales para presentar con confianza y orgullo su vida y moda como una persona gay y andrógena en África. Sus seguidores en Instagram crecieron rápidamente y actualmente alcanzan los 132.000.

Al elegir el camino de ser valiente y audaz, Chris ayuda a otros a entender que no es un crimen dejar ser su yo auténtico.
Contexto
Con sede en Nairobi, Kenia, Bold Network Africa (BNA) es una organización de servicios y derechos humanos basada en tres pilares.

El primer pilar es la narración. BNA cuenta historias de la comunidad LGBTQ + desde África al mundo, para inspirar, educar a la sociedad y ayudar a poner fin a la discriminación.

El segundo pilar es la formación. BNA ofrece formación a empresas y organizaciones africanas para ayudar a crear entornos acogedores e inclusivos para la comunidad LGBTQ +.

El tercer pilar es la música y el arte. BNA apoya a los creativos africanos y organiza eventos musicales mensuales para personas LGBTQ +, el último de los cuales atrajo a más de 1.000 personas. Para el próximo año, BNA espera organizar un día del orgullo, difundiendo su mensaje y amor por todo el continente africano.

Las personas LGBTQ + que necesitan apoyo pueden encontrar espacios seguros y terapeutas aprobados por el BNA.

A menudo, en Kenia, cuando alguien cuya orientación sexual o identidad de género no cumple con los estándares de heteronormatividad, a menudo se ingresa inmediatamente en la terapia. EL BNA se asegura de que los consejeros sean compasivos y apoyen a la comunidad.

Para obtener más información, visite las páginas de Facebook o Twitter de BNA.


Un estudio de 2021 publicado en la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública reveló una seria preocupación por la salud mental de las personas LGBTQ + en Kenia.

Más de la mitad de los 527 participantes informaron niveles significativos de estrés postraumático (TEPT) y más del 25% informaron síntomas de depresión agudos. Muchos participantes que informaron síntomas de TEPT también informaron haber experimentado violencia debido a su condición de minoría sexual o de género.

Culturalmente, la comunidad LGBTQ + en Kenia enfrenta grandes obstáculos para la aceptación, que organizaciones como Bold Network África esperan superar. En septiembre de 2021, la junta de clasificación de películas del país prohibió la emisión del documental «Soy Samuel«, calificándolo de «blasfemo y una afrenta a la constitución». La película presentaba la lucha de un hombre gay por ser aceptado.

NAIROBI, Kenia — Miré en mi armario la ropa que quería usar, ropa andrógena, y el dolor me inundó por completo.

Cuando era joven, prepararme para una boda o reunión familiar me dejaba sin poder de decisión, siempre tenía que adecuarme a la heteronorma para que no me excluyan.

Cuando llegaba a las reuniones sociales, la gente se miraban de manera cómplice e inclinaba la cabeza hacia abajo para susurrar. Sus miradas me producían mucha inseguridad.

Alrededor de una mesa rodeada de seres queridos, sobrevivía constantemente, luchaba constantemente.

«¿Alguna vez vas a venir con un vestido?» preguntaban. «No tengo vestidos», solía responder.

Escondiéndome en los confines de las normas sociales

Como persona andrógena y lesbiana, este acto de ocultar quién era me dejó una pesadez en el pecho.

Un día, en lugar de decir: «No tengo vestidos», diría: «No me gusta usar vestidos», pero esa transición tomó mucho tiempo. Esas reuniones sociales llenas de gente, me obligaban a dejar de ser quien soy.

Por esta razón, evitaba la interacción y el contacto visual, contando los minutos hasta que pudiera irme. Hasta ese momento, me mantenía en silencio y fuera de conversaciones en las que fácilmente podría ser parte.

Siempre surgían preguntas como «¿Cuándo vas a venir con tu novio?» o «¿Por qué llevas una camisa de hombre?».

Mi mente gritaba en silencio: “¿Cuánto tiempo tendré que sentirme así? ¿Cuándo me entenderán?» La ira invadía mi corazón.

Un día, de regreso a casa, en mi espacio seguro, lloré desesperadamente para que esos momentos espantosos no se volvieran a repetir. Para hacerle frente a esta situación, me inscribí en talleres fuera de la ciudad para no tener que volver.

Sin embargo, el sufrimiento me siguió. Como periodista que trabaja en una sala de redacción, las preguntas volvieron a surgir. Los colegas me preguntaban por qué llevaba traje o aceptaba trabajos de productor masculino. Proyecté la ira que sentía de adentro hacia afuera sobre las personas que me rodeaban.

ME expusieron en contra mi voluntad

Era una mañana típica de un día laborable. El señor de seguridad de mi edificio me despertó diciéndome que algo le había pasado a mi auto. Cuando lo vi, estaba destrozado.

Trabajé para la British Broadcasting Corporation (BBC) y, cuando era joven, llamaba la atención del público.

Pintaron mi auto con un mensaje que decía “Periodista Gay”. Me hundí en una profunda depresión.

En mi mente no paraba de preguntarme por qué lo habían hecho. Creo que hago un buen trabajo, las historias que comparto son absolutamente hermosas , ¿por qué la humanidad redujo mi vida a la discriminación y al odio simplemente por mi identidad y mi sexualidad?

A eso, le siguió una época oscura. Tenía miedo de enfrentarme al mundo: miedo de que la gente me reconociera, no solo como una figura pública conocida, sino como una persona gay. Dejé de visitar el centro comercial y el supermercado durante el día.

Una vez más, mi mente planteó una pregunta: ¿cómo puedo revertir esto? El pensamiento se volvió casi constante. No había marcha atrás. Esto había sucedido y ahora yo necesitaba tomar una decisión. En ese momento entendí que sólo yo podía evitarlo.

A los 24 años, me di cuenta de que nunca podría cambiar a los demás y cargué sus prejuicios en mis espaldas. Yo llegaba a casa por la noche muy angustiada, mientras que ellos vivían una vida plena.

Viviendo la vida en libertad

Mi amigo me pasó a buscar por mi apartamento un domingo por la tarde soleado para que vayamos a tomar algo.

Entré al restaurante y, por primera vez, no me escondía. La gente me reconoció. Me miraban mientras leían historias sobre mí en sus teléfonos, ¡pero no me importó!

Por primera vez, estaba viviendo plenamente. Me senté con mis amigos, riéndome y disfrutando de las bebidas. Algunas personas se me acercaron y me dijeron que me amaban.

En ese momento, ocurrió un cambio. Comprendí que había vivido mi vida basándome en las palabras e ideas de otras personas.

Decidí salir al sol, vivir y ser feliz. Durante todos esos años me escondí: con mi familia, en las reuniones sociales, en el trabajo, con mis amigos. No podía esperar más, así que me decidí a vivir como mi verdadero yo.

Comencé a asistir a los eventos de traje y con mi perfume preferido. Pronto, los comentarios cambiaron. Un conocido me dijo: «Oye, me gusta esa camisa», y otros también me felicitaron por mi atuendo.

Hoy, las personas permitidas en mi vida saben lo audaz que soy. No hay marcha atrás.

Un mensaje para los que sufren

Para aquellos que sufren, quiero decirles que el dolor que cargan no es culpa suya. Independientemente de la edad que tengas, tienes el poder de controlar tu vida.

Otros te dirán cómo vestirte, cómo comportarte, a qué persona debes amar y cómo debes hablar.

Yo sostengo que si las decisiones de los demás le causan dolor, rompa las cadenas y viva su verdad. Elige la camiseta que más te guste. Lleva a la persona que amas a casa.

Somos muchos los que hemos sufrido el abuso mental y lanzados a la terapia. En esos momentos decides que, pase lo que pase, tú serás la prioridad. Tienes que disfrutar de tu vida.

Algunos padres tendrán amor incondicional, otros, no, pero es importante que siempre les recuerden a sus hijos quienes son y que los críen lejos de la hostilidad. Bríndeles una oportunidad. Estas cosas llevan tiempo, pero elíjase siempre.

Bold Network Africa organiza regularmente eventos para que los miembros de la comunidad LGBTQ + se reúnan, celebren y se expresen a través de la danza, el arte y otros medios creativos. | Foto cortesía de la página de Facebook de Bold Network Africa

Mujer trans argentina recuerda el abuso que la llevó a asesinar a su familia

BUENOS AIRES, Argentina ꟷ Mi nombre es Marilyn Bernasconi, pero nací con el nombre de Cristian Marcelo. Sólo mi padre aceptó mi identidad de género.

Marilyn Bernasconi
Protagonista
Marilyn Bernasconi nació el 6 de junio de 1990 y lo llamaron Cristian Marcelo. Se le asignó el sexo masculino al nacer, pero finalmente se identificó como mujer. Apodada «Marcelito» cuando era niña, era tímida, tranquila y retraída.

Habiendo cumplido casi la mitad de su sentencia de 25 años hasta la fecha, Marilyn dice que cuando sea liberada de la prisión, planea ir al cementerio donde descansa su familia y pedir perdón. Ella continúa enviando flores a sus tumbas.

Marilyn dice que las personas LGBTQ + que no son aceptadas por sus familias a menudo se escapan de sus casa, terminan con sus vidas o eligen aparentar se heterosexuales para complacer a sus familias. Ella dice que ninguno de estos caminos es fácil e insta a las familias a respetar los deseos de sus seres queridos.

A los que sufren, les dice que busquen a alguien de confianza. Guardar silencio, dice, la llevó al peor destino posible.

Mientras estaba en prisión, Marilyn finalmente consiguió lo que tanto deseaba: un cambio de género. Ahora está declarada legalmente como Marilyn Bernasconi.
Contexto
El premiado largometraje «Marilyn» está basado en la vida de Marilyn Bernasconi y se estrenó en febrero de 2018. Detalla el despertar sexual de un joven que se identificó como mujer en un ambiente hostil en la zona rural de Buenos Aires y relata el trágico final de su familia. En octubre de 2018, la producción se proyectó en el 68° Festival Internacional de Cine de Berlín.

Marilyn dice que el guionista y director argentino Martín Rodríguez Redondo se acercó a ella sobre el proyecto. El guionista mantuvo largas charlas con Marilyn y ella le entregó su diario, al que llamó «Sufrimiento por no ser yo misma». Martín escribió el guión de la película, que según Marilyn representa fielmente su vida. Ella dice que la creación de la película la hizo revivir sus peores recuerdos y una vez más enfrentar el dolor y el arrepentimiento de las muertes.

Una producción argentino-chilena, el elenco incluyó a Walter Rodríguez, Catalina Saavedra, Germán de Silva, Andrew Bargsted, Ignacio Giménez, Rodolfo García Werner, Josefina Paredes, Germán Baudino y Santos Lontoya.

En el Festival Internacional de Cine Gay y Lésbico de Milán de 2018, “Marilyn” ganó el Premio Especial del Jurado Cultweek a la Mejor Película de Ficción.

También ganó el Premio del Jurado a la Mejor Película de Ficción en el Festival Internacional de Cine LGBT de Tel Aviv en 2018, y el actor Walter Rodríguez ganó el Premio Sur 2018 al Mejor Actor Revelación.

Cuando murió, mi hermano y mi madre me hicieron la vida imposible.

Un día, por desesperación, los maté.

Un insulto y una explosión de emociones.

Al crecer en el campo, estaba rodeada de soledad. No tenía amigos, ni juegos, ni afecto. Mi madre no mostró ningún signo de amor por mí pero sí por mi hermano, su preferido. Aunque mi papá trató de compensarla, siempre sentí la diferencia.

Cuando comencé la escuela, a los de 6 años, era tímida e introvertida. Me resultó difícil relacionarme con los demás.

Cuando murió mi padre, mi madre y mi hermano me rechazaron y trataron, por la fuerza, de hacerme cambiar mi autopercepción. Sufrí brutalmente por sus crueles palabras y golpes físicos. Durante dos años, la depresión se apoderó de mí.

Una madrugada de mayo de 2009, a los 18 años, todo cambió. Mi hermano insultó la memoria de mi padre. Me llamó maricón y afirmó que mi padre murió por mi culpa.

Me quedé ciega y exploté de ira y angustia. La muerte de mi padre no les importaba en lo más mínimo. Dejaron de ir al cementerio y de llorarlo un mes después de su muerte.

Sabía que las palabras de mi hermano eran una mentira, pero no pude contenerme. Mi visión se volvió borrosa y el suelo se movió bajo mis pies como si estuviera mareada. Los sonidos se volvieron distantes a medida que aparecían sensaciones extrañas. El dolor y la ira hicieron que el calor subiera dentro de mí.

Matar a mi familia

Dejé a mi hermano y caminé hasta la casa, a 50 metros (164 pies) de distancia. Mis ojos estaban nublados y el mareo continuaba. Bajé la mirada pero no me cayeron lágrimas de los ojos. En la habitación que todos compartíamos, detrás de la puerta, al lado del armario, encontré la escopeta calibre 16.

Miré a mi hermano, no lo dudé. Recuerdo que no entendía bien lo que estaba haciendo, pero sentí que el ruido del disparo me atravesaba. Fue como si alguien más apretara el gatillo.

Mi hermano estaba no entendía que estaba ocurriendo, mientras, lo escuché caer estrepitosamente. Regresé a la casa y encontré a mi madre en la cocina. Estaba de espaldas a mí. Prefiero no recordar ese momento. Duele mucho.

Con la pistola en la mano, comencé a correr por el campo. Corrí hasta que sentí una sensación de escalofrío por todo el cuerpo y me vi con la pistola en la mano, bañada en sudor. No me atrevía a regresar a la casa y ver lo que había hecho, así que dejé caer el arma y corrí hacia el vecino más cercano, a dos kilómetros (1,24 millas) de distancia.

Me escucharon gritar y se despertaron. Mentí y dije que nos habían querido robar, instándolos a llamar a la policía y a una ambulancia. Sentí que sabían lo que pasó. Esos pocos segundos fueron como estar en el infierno.

Frente a las consecuencias 

En estado de shock y sintiendo que nadie creía mi mentira, confesé el asesinato de mi hermano y mi madre. Una vez declarada culpable, el juez me sentenció a 25 años de prisión. Hasta ahora, he cumplido 12.

Desde el momento en el que maté a mi familia, creí que debía ser condenada, para pagar por mis errores. Ahora, a los 31 años, siento que perdí mi juventud en la cárcel. Nada positivo proviene de estar privada de libertad. Los años pasan sin pena ni gloria.

La prisión me enseñó la verdadera soledad. También, a valorar hasta el más mínimo detalle. Cuando era joven, no sabía cómo buscar ayuda. Mirando hacia atrás, haría las cosas de manera diferente.

Con cada año que pasa, mi pesar me duele más y más. El castigo moral es peor que el encarcelamiento. Me acompañará el resto de mi vida.