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Familia se apresura a rescatar a estudiantes del incendio de Ciudad del Cabo

Las cosas comenzaron a escalar muy rápidamente. El fuego había bajado de una estructura del campus y se trasladó hacia la parte superior.

  • 4 años ago
  • mayo 7, 2021
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El padre de Jahaan, Abdurahman Israel, a la vanguardia de la ayuda a los estudiantes en apuros. El padre de Jahaan, Abdurahman Israel, a la vanguardia de la ayuda a los estudiantes en apuros.
El padre de Jahaan, Abdurahman Israel, a la vanguardia de la ayuda a los estudiantes en apuros.
Protagonista
El protagonista se mantiene anónimo para proteger su seguridad e integridad física.
Contexto
El domingo 18 de abril, incendios forestales envolvieron la Table Mountain y se extendieron a la cercana Universidad de Ciudad del Cabo.
Los incendios destruyeron una estructura detrás de la universidad creada en memoria de Cecil Rhodes y un restaurante. El campus superior y la biblioteca de la Universidad también sufrieron graves daños.
Según Business Insider, las imágenes satelitales del evento muestran una rápida progresión de los incendios. Según los informes, los incendios destruyeron 650 acres de tierra.
Cientos de bomberos y voluntarios trabajaron para evitar que el fuego se extendiera más y, según los informes, el martes 20 de abril se controlaron los incendios. Afortunadamente, no se registraron víctimas mortales.
La gestión de la región montañosa, que alberga una diversa gama de vegetación exótica, ha sido criticada por su eficacia en la gestión de riesgos. Por otro lado, EWN informó que un hombre había sido puesto bajo custodia por iniciar presuntamente uno de los incendios.
Los incendios que afectaron a la Universidad de Ciudad del Cabo no fueron los últimos incendios experimentados por los residentes en un corto período. El 3 de mayo, se desató otro incendio en Simon’s Town Admirals Kloof sólo dos semanas después de que los bomberos combatieran el incendio en la Universidad de Ciudad del Cabo.

CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica – El 18 de abril, hubo incendios en la Universidad de Ciudad del Cabo.

Había estudiantes corriendo por todas partes, humo en la atmósfera y, finalmente, la biblioteca se envolvió en llamas.

Junto con mi papá estábamos miranto desde un lugar seguro. Es por ello, que pudimos entrar en acción. Queríamos salvar a tantos estudiantes como fuera posible del infierno ardiente.

Mi padre conducía por esa zona alrededor de las nueve de la mañana. Llamó por teléfono y dijo que podía ver pequeños fuegos alrededor de la montaña.

Sabía a dónde nos dirigíamos

Siempre está dispuesto a ofrecer ayuda, y sabía que él y yo iríamos al área afectada para ayudar a cualquier persona en peligro.

No fue hasta la 1 p.m. que llegamos al lugar. Los estudiantes no habían sido evacuados y, a primera vista, la gente parecía estar bien.

Mi padres, mis hermanos y yo entramos por la entrada trasera.

Escuché al personal haciendo anuncios sobre cómo evacual la zona: l os estudiantes deberían comenzar a empacar sus cosas, aunque no había motivo de alarma hasta ese momento.

Entonces los incendios comenzaron a expandirse muy rápidamente. El fuego había bajado de una estructura del campus y se trasladó hacia la parte superior.

La evacuación se vuelve urgente

La seguridad usó megáfonos para instar a los estudiantes a evacuar rápidamente. Los guardias de seguridad cerca de los residentes comenzaron a gritar para que todos evacuaran el lugar.

Algunos estudiantes habían logrado llevarse sus pertenencias. Los demás, perdieron todo.

En un momento, comenzaron a fallar la parte eléctrica. Fue el caso de una puerta mecánica que no se podía abrir. Mi familia y yo tuvimos que ayudar a los estudiantes a treparla.

Mi papá corría al lado de los bomberos, estaba allí frente a las llamas. Había estudiantes que tenían ataques de pánico. Traté de ayudarlos todo lo que pude.

No eran solo los estudiantes los que estaban agitados: las personas de los apartamentos vecinos también tenían que evacuar. Algunos dormían y no se daban cuenta del peligro que se avecinaba.

Mirando en estado de shock

Había sido un poco complicado la evacuación de los estudiantes. Muchos no tenían a dónde ir. Los estudiantes simplemente se quedaron afuera, al lado de la carretera.

Traté de asegurarme de que algunos pudieran conseguir comida y agua. Había al menos 200 estudiantes allí, era un caos.

Mi papá y yo ofrecimos transporte a los estudiantes que necesitaban buscar refugio.

Cuando la adrenalina disminuyó y la situación se estabilizó, nos dimos cuenta de que el humo del fuego nos afectaba.

Alguna inhalación quemada

Los pulmones de mi padre estaban en mal estado y tosía mucho. Mis pulmones también se sentían pesados ​​y tenía dolor de garganta, pero toda la familia estaba libre de daños.

Me producía mucha angustia ver el campus y la biblioteca de la universidad severamente destruidos. Antes de la pandemia, la biblioteca de la UCT era un lugar al que acudir.

Fue grato saber que la comunidad se unió ante la adversidad.

Ciudad del Cabo se unió en crisis y ayudó a aliviar los efectos de los incendios.

Al final de la noche, muchos estudiantes tuvieron acceso a refugio y comida.

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