Las víctimas del incendio del Hospital Mpilo de Zimbabwe narran el horror en primera persona.
Su colega, el Dr. Ruwende, también ofrece un testimonio más adelante en este artículo. BULAWAYO, Zimbabwe — La noche del 26 de mayo de 2021, mi familia y yo casi perdemos la vida. Gracias a Dios sobrevivimos.
Ya era tarde. Alrededor de las 11:00 p.m., mi esposa y yo dejamos a nuestros dos hijos, de 15 y 10 años, viendo fútbol en la sala de estar y nos fuimos a la cama.
Con profundo estupor, escuché los gritos de mi hijo.
Cuando atiné a despertar a mi esposa, mi hijo ya estaba gritando de nuevo y llamando a nuestra puerta rogándonos que nos despertáramos.
Con mi esposa, tratábamos de entender qué estaba pasando y por qué los niños hacían tanto ruido.
Le pregunté a mi hijo dónde estaba el fuego. Sin responder a mi pregunta, agarró mi mano con firmeza y me arrastró hasta la puerta principal donde las llamas ardían furiosamente. Estaba por alcanzar nuestra habitación.
Abrimos la puerta y nos encontramos con una nube oscura de humo denso que venía del otro lado de nuestra cuadra. No lo podíamos creer. Me tuve que sobreponer al alboroto, al asombro y al miedo para salvar a mi familia.
Me apresuré a regresar a la habitación para buscar los documentos esenciales pero toda la habitación ya estaba llena de humo. Venía a través del techo. No los encontraba y el tiempo se estaba acabando.
Rápidamente, decidí sacar a mi familia de la casa, que ya estaba en peligro porque el fuego se movía muy rápido de una habitación a otra, devorando todo a su paso. Era desesperante.
Si nuestros hijos no nos hubieran despertado, habríamos muerto mientras dormíamos. El sentido del olfato no funciona correctamente cuando uno está dormido.
Cuando salíamos de casa, veíamos a nuestros vecinos saltando desde el balcón y a otros bajando agarrándose de las canaletas de agua.
La canaleta de agua cerca de nuestro balcón estaba vacía, por lo que mi esposa y nuestros hijos tuvieron que subirse a la parte trasera. No tuvimos tiempo de agarrar nada, ni siquiera con nuestro teléfono.
Creo que podría haber sido mucho más trágico si mis hijos también hubieran estado dormidos cuando el fuego comenzó a devorar nuestro bloque. Todos los demás estaban luchando por sus vidas, así que nadie pudo venir a advertirnos sobre el peligro inminente.
Para cuando bajamos, furiosas llamas envolvían mi habitación. No es fácil ver cómo la propiedad por la que ha trabajado se está destruyendo, mientras uno no puede hacer nada. Perdí todas mis pertenencias, excepto por el pijama que llevaba puesto.
A pesar de las sirenas de la ambulancia y de los Bomberos, no sentía ni una pizca de esperanza de que el fuego pudiera extinguirse a tiempo para rescatar algo. Ya había devorado todo a su paso.
Nos quedamos sin hogar, sin dinero y sin esperanza. Sólo tenía unos pocos dólares en mi cuenta bancaria porque era casi fin de mes, así que ya habíamos agotado casi todo el dinero que teníamos. Este incendio me dejó con un dolor inexplicable que me llevará mucho tiempo superar.
Nos alojaremos en el Politécnico de Bulawayo, que está a unos siete kilómetros (cuatro millas y media) del Hospital de Mpilo. El gobierno de Zimbabue ha prometido que la remodelación de los dos bloques destruidos en el incendio en 2019 se completará en 95 días.
Hemos recibido donaciones de Old Mutual, OK Mart, del gobierno y de otras personas.
Dado que perdimos todos nuestros documentos, incluidos pasaportes, tarjetas de identificación nacional y documentos educativos, nuestro gobierno prometió reemplazarlos rápidamente y de forma gratuita.
Sin certezas, nuestro futuro es incierto. Mis hijos necesitan matrículas escolares, uniformes y también necesitamos ropa y artículos personales.
Cuenta cómo fue su encuentro cercano con la muerte y sus secuelas.
El infierno en el Hospital Mpilo ocurrió la noche del 26 de mayo de 2021, como resultado de una presunta falla eléctrica en uno de los bloques residenciales. El Hospital Mpilo, en Bulawayo, es uno de los hospitales más grandes de Zimbabwe. El incendio destruyó las dependencias del personal y destruyó propiedades por valor de $ 500,000 (USD).
Perdimos casi todo en el incendio, no sólo mi hogar. Logré escapar con mi teléfono celular pero todo lo demás quedó atrapado.
Nunca había visto un incendio que causara una destrucción tan grande. El Cuerpo de Bomberos local intentó detenerlo pero no hubo forma. La mayoría de las enfermeras y los médicos se quedaron sin hogar.
Tuve que saltar desde el primer piso para salvar mi vida porque el fuego se estaba extendiendo muy rápido. Nadie podía pensar en la salida más segura, excepto saltando o bajando por las canaletas. No nos dio tiempo para rescatar nada.
Los niños se vieron obligados a buscar alojamiento alternativo mientras los miembros del Cuerpo de Bomberos y los Servicios de Ambulancia estaban ocupados combatiendo el fuego durante horas.
Esta experiencia cercana a la muerte resultó en que uno de mis compañeros de trabajo sufriera una fractura de tobillo al saltar del bloque de dos pisos. Otros residentes se vieron obligados a salir del edificio utilizando una sola ventana cuando el fuego se extendió por todo el edificio y bloqueó las salidas.
Unos días después del desastre, recibimos indicaciones del gobierno. Algunos de nosotros ahora nos hospedamos en el Hotel Saint Patrick en Bulawayo, y otros en el Colegio Politécnico de Bulawayo.
El dolor y el trauma de la experiencia son difíciles de afrontar. Es como si estuviera comenzando mi vida desde cero porque tengo que recuperar todo, desde la ropa hasta la propiedad.
Nos están dando buena comida y mantas, pero volveremos a empezar cuando dejemos nuestro alojamiento temporal.
Mi función ahora, como representante de las víctimas de incendios del Hospital Mpilo, es enviar una lista de las personas que perdieron sus documentos educativos, pasaportes e identificaciones nacionales al gobierno para que puedan ser reemplazados.
El gobierno ya ha comenzado a remodelar nuestro bloque, que alberga a 39 trabajadores de la salud y sus familias. El Ministerio de Finanzas y Desarrollo Económico también prometió $ 287 millones (USD) para la construcción de habitaciones individuales y apartamentos separados para enfermeras y médicos junto con las habitaciones para casados.
Esta no es la primera vez que el Hospital Mpilo experimenta un desastre de este tipo. En junio de 2019, otro incendio arrasó una residencia más pequeña para médicos.
En este incidente, uno de los médicos se quedó dormido durante la noche dejando la calefacción encendida, lo que provocó un incendio que quemó todos los bienes de la casa. Cuando nuestra Oficina de Bulawayo llegó al hospital al día siguiente, los bomberos estaban limpiando lo que quedaba del edificio, que eran sólo cenizas y restos.
Una de las víctimas del incidente de 2019, el Dr. Gabriel Magengezha, que estaba visiblemente confundido, dijo sólo atinó a huir para salvar su vida sin ningún objeto personal.
Los que sobrevivimos al reciente incendio nos alojaremos en el hotel durante unos 95 días. Por ahora, esperamos obtener cosas simples como estetoscopios.
Cientos de pacientes de al menos cinco provincias son remitidos al Hospital Mpilo en Bulawayo cada año, lo que lo convierte en el hospital más importante del suroeste de Zimbabwe. El incendio causó un problema grave, no sólo para nosotros los trabajadores de la salud, sino también para los pacientes que necesitan asistencia.
El Hospital Mpilo es también un centro hospitalario de enseñanza para la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología (NUST) y tiene vínculos con la Universidad de Zimbabwe (UZ) y varias otras instituciones de educación superior en todo el país. El incendio interrumpió muchas actividades, desde la atención médica hasta la educación.