La actriz Angely Gaviria, de Siempre bruja, de Netflix, habla de embarazo, posparto y salud mental
Trabajar siendo madre primeriza ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho nunca. Me sentía constantemente agotada, olvidaba a menudo mis diálogos y apenas dormía. Una vez más, tuve que hacer malabarismos con el trabajo y otras responsabilidades, sintiéndome culpable por estar lejos de mi hijo.
- 2 años ago
marzo 6, 2023
Angely Gaviria, the star of the Netflix series Siempre Bruja or Always a Witch, opens up about her hidden pregnancy and mental health | Photo courtesy of
CARTAGENA, Colombia – Durante años me costó encontrar mi verdadera vocación. Cuando descubrí la interpretación y conseguí mi primer trabajo, sentí que todo empezaba a encajar. Un día me quedé embarazada y decidí ocultárselo a todo el mundo. No sabía cómo reaccionarían mis productores y temía perder mi trabajo.
Durante el rodaje de Siempre Bruja, sufrí mucho por mi salud mental. Sentía que vivía una vida secreta, alejada de mis seres queridos. Recuerdo la primera vez que publiqué una foto de mi barriga de embarazada en las redes sociales; la gente supuso que estaba retocada, o que era para un nuevo personaje que iba a interpretar. En cierto modo, parecía un personaje y no yo. No podía reconocer este embarazo como mío.
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De la venta de pescado en el mercado cuando era niña a la universidad y una carrera profesional
De niña, trabajaba y estudiaba simultáneamente. Al salir de clase, corría a reunirme con mi padre en el estacionamiento, donde nos esperaba en nuestro triciclo con forma de barco. El triciclo se convirtió en mi lugar de trabajo después de la escuela. Lo usábamos para vender ceviche por Cartagena. [El ceviche es un plato latinoamericano a base de pescado fresco crudo con cítricos y diversos condimentos].
Mi padre y yo limpiábamos el pescado y luego conducíamos por Cartagena para encontrar el lugar perfecto para montar todo. No tenía tiempo libre para descubrir mis aficiones o pasiones. Hice malabarismos con el trabajo y la escuela hasta que cumplí dieciséis años y nos mudamos a Bogotá. Al principio nos mudamos para que pudiera participar en el concurso de Miss Afrodescendiente. Cuando gané, me dieron dos becas como premio.
Fui a la universidad y estudié Comercio Internacional. Los primeros meses me esforcé por sacar buenas notas porque quería que mi padre se sintiera orgulloso. Luchábamos mucho para ganarnos la vida y yo me sentía la única esperanza de mi familia. Tenía mucho peso sobre los hombros. El curso me enseñó mucho, pero no me motivó. Al final lo dejé para probar con la ingeniería industrial, pero volví a desanimarme. Lejos de donde crecí, y enfrentada a toda esta presión, no tenía ni idea de lo que quería ser.
Una actriz exitosa lucha contra la depresión posparto
Nunca me matriculé oficialmente en un curso de actuación. En Cartagena, tenía una amiga que estudiaba en la Universidad de Bellas Artes, donde enseñan pintura, actuación, danza y música. No podíamos pagar la matrícula, así que a menudo me disfrazaba los sábados y asistía a clase con ella. Cuando me pillaban en la escuela, decía que pensaba matricularme la semana siguiente y que sólo quería ver cómo eran las clases primero. Siempre funcionaba.
Rápidamente descubrí mi pasión por la interpretación. Me resultaba natural. Sabía que tenía talento para ello, pero necesitaba perfeccionar mis habilidades. Poco después conocí a dos directores de gran talento, Sergio Osorio y Junacho Cardona, que me enseñaron todo lo que sé. El primer trabajo que conseguí, fue gracias a mi madre. Trabajaba como cuidadora para un hombre cuyo hijo escribe para el Canal RCN [una cadena de televisión colombiana].
Le entregamos mi currículum y, unas semanas más tarde, un director de casting me llamó para conocerme. Presenté un monólogo, me hicieron unas fotos y tuve mi primera audición. Finalmente, conseguí un papel en una telenovela en Colombia. Por fin me sentía segura y estable en mi carrera. Cuando me quedé embarazada, todo mi mundo se puso patas arriba.
Cuando di a luz, la depresión posparto me afectó mucho. Además de los cambios de humor, me sentía insegura sobre mi cuerpo, mi cara y toda mi vida. Al trabajar en la industria del espectáculo, empiezas a dar mucho valor a tu aspecto. Los cambios físicos fueron los que más me afectaron. Sabía que era una tontería, pero no podía dejar de obsesionarme con cada pequeño defecto que notaba. Me sentía una persona diferente en todos los sentidos. ƒ
Persisten los problemas de salud mental durante el rodaje de la serie de Netflix
Tres meses después, asistí a audiciones para una serie de Disney en Colombia y Argentina. Fue una época difícil. Tenía los ojos constantemente hinchados de tanto llorar. Cuando practicábamos coreografías de baile, me dolía el cuerpo. Me sentía dolorida y cansada, pero ponía buena cara. Mis productores seguían sin enterarse de mi embarazo, y yo quería que siguiera así el mayor tiempo posible.
Un día, recibí una llamada sobre una serie de Netflix llamada Siempre Bruja. Una vez allí, me informaron de que me presentaría al casting para el papel protagonista de Carmen. Esto me sorprendió, sobre todo porque las otras actrices no se parecían en nada a mí.
Trabajar siendo madre primeriza ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho nunca. Me sentía constantemente agotada, olvidaba a menudo mis diálogos y apenas dormía. Una vez más, tuve que hacer malabarismos con el trabajo y otras responsabilidades, sintiéndome culpable por estar lejos de mi hijo. A menudo volvía a una habitación de hotel vacía, demasiado cansada para hacer otra cosa que llorar.
Seis meses después de la emisión de la primera temporada, los productores nos avisaron de que se estaba preparando una segunda. Rodar la segunda temporada me pareció más fácil. Para entonces, había adquirido suficiente experiencia y confianza para conectar con mi personaje. Fui con mejor actitud y más herramientas. Me encantó la experiencia.
Grabamos toda la serie entre Bogotá, Cartagena y Tolima. Contraté a una niñera para que me ayudara con mi bebé. Llegar a casa después del rodaje y encontrar a mi pareja y a mi bebé juntos me reconfortó el corazón. Volví a enamorarme de la vida. Me di cuenta de lo unida que me sentía a mi familia, y su amor me ayudó a superar mis inseguridades.
Encontrando la paz, la felicidad y la reconexión con sus raíces
Después de ‘Siempre Bruja’, me llegaron más proyectos. 11:11 films, una productora de México propiedad de Juancho y Manolo Cardona, me llamó para trabajar. Eso significó despedirme de mi pareja y de mi bebé durante cuatro largos meses. Aunque fue muy duro, en el fondo sabía que tenía que hacerlo. El proyecto me fascinaba y, después de estar tanto tiempo en cuarentena, necesitaba un cambio. México me enseñó mucho. Aprendí a ser fuerte, valiente y a amar mi propia compañía.
Aparte de mi carrera como actriz, también soy empresaria. Siempre quise tener un negocio de ceviche, por mis raíces. Quería honrar mi infancia y a mi padre. Todavía hoy los vende en su barquita y le encanta hacerlo.
Di el salto y comencé mi negocio Mar Picao después de que un director de casting me motivara a hacerlo. Me dijo que me arriesgara y lo hiciera, en lugar de perder años intentando planificarlo. Mar Picao significa mar agitado, que es como me gusta ver la vida. Quiero dar a la gente la sensación de paz que siento cuando como ceviche en la playa, mirando al océano, con los pies en la arena. Quiero darles una sensación de hogar dondequiera que vayan.
