Los incendios en Chile se prolongaron durante tres días antes de que los esfuerzos por contenerlos tuvieran éxito, calcinando casi 45.000 hectáreas de terreno y cobrándose vidas y propiedades.
VALPARAISO, Chile – A principios de febrero de 2024, un devastador incendio forestal arrasó Chile, cobrándose vidas y destruyendo hogares. Esta galería recoge las trágicas secuelas. El incendio, que se declaró el día 2, desafió los esfuerzos de 30 brigadas y más de 1.000 voluntarios. Calcinó cerca de 45.000 hectáreas de terreno y dejó un crudo recuerdo de su poder con la pérdida de 122 vidas y alrededor de 15.000 edificios, incluidas franjas de bosque autóctono.
El difícil terreno de colinas y barrancos intensificó los esfuerzos para combatir el fuego y el paisaje. Estas fotos conservan los ecos de lo que fue.
Esta galería de fotos es cortesía de Jaime Andrés Olivos.
Las estructuras permanecen vacías y expuestas, con sus interiores destruidos por el fuego, como un duro recordatorio de la fragilidad de las construcciones humanas.
Este vehículo se convirtió en testigo mudo de la ferocidad del fuego que arrasaba la zona.
Las tiendas de campaña esparcidas por la exuberante vegetación albergan a los supervivientes en medio de la tierra quemada.
Una familia acurrucada en un colchón, con sus posesiones reducidas a lo estrictamente necesario, con el telón de fondo de una comunidad que antaño bullía de vida.
Un viejo camión cisterna yace abandonado, entre otros restos carbonizados.
Una bandera chilena ondea sobre una estructura parcialmente destruida, claro símbolo de la resistencia del pueblo.
Restos del armazón de una casa sin tejado revelan lo que ocurrió cuando las llamas arrasaron parte de Chile.
Las tiendas se convirtieron en un refugio improvisado, hogares provisionales para quienes lo perdieron todo en el incendio.
Trabajadores con ropa de alta visibilidad se mueven entre la zona afectada, donde se emplea maquinaria para limpiar las secuelas del incendio forestal.
Una mujer se sienta rodeada de las posesiones que le quedan bajo una red protectora, con expresión de pérdida palpable.
Los árboles quemados revelan la transformación de un parque que antaño sirvió como lugar de ocio.
La tierra quemada ilustra la naturaleza de la catástrofe, al arder varias zonas y miles de viviendas.
Los edificios de apartamentos quedaron destruidos, prueba de la ferocidad de las llamas.
La alegría y la tristeza chocan en esta escena desgarradora en la que los residentes disfrazados encima de un coche saludan alrededor de las ruinas.
La luz del día ilumina una colina de casas supervivientes, una comunidad ahora alterada para siempre.