Hacer viajes largos en bicicleta comenzó para mí en 2014. Crucé la frontera argentina por primera vez en mi vida. El nerviosismo me consumía. Me sentía ansioso por ver qué me deparaba el destino.
Córdoba, Argentina ꟷ Somos un grupo de amigos de Argentina que nos propusimos viajar en bicicleta para ir al mundial de Qatar. Cada día recorremos entre 80 y 100 kilómetros, parando a descansar en las casas de la gente, en albergues o para acampar. Nuestro objetivo es llegar a Qatar el 15 de noviembre de 2022. Habremos recorrido más de 10.500 kilómetros.
Tras un largo viaje por el semidesierto de Namibia, en el momento de escribir este artículo, llegamos a la capital, Windhoek, donde reservamos un hotel para tres días. Nuestro viaje por Namibia resultó todo un reto. El entorno árido y la luz solar directa dejaron nuestros cuerpos calientes y sudorosos. Independientemente de la hora del día, el elevado calor nos hacía sentir pesados y cansados.
Manteniendo la hidratación y la concentración, conseguimos llegar a la capital, a pesar del calor. Llegamos exhaustos, pero en buenas condiciones, fortalecidos por nuestro éxito.
Aunque disfrutamos de Sudáfrica, nos pareció difícil conectar profundamente con la gente. No sabemos por qué, pero faltaba una chispa. Namibia es diferente.
Rápidamente nos recibieron de una manera muy cálida y linda, nos ayudaron mucho, desde lo más mínimo como darnos agua y comida, nos sentimos como en casa aunque estemos a miles de kilómetros de distancia.
Vimos muchos animales salvajes e interactuamos con algunos de ellos. Un día se nos acercó un roedor. Parecía una rata, pero amistosa. Parecía estar en busca de comida. Intentamos ahuyentarla y volvió, confiada y sin miedo.
Por mi parte empecé a realizar viajes largos en 2014, cuando crucé por primera vez en mi vida la frontera argentina, estaba muy nervioso, tenía ansiedad por ver que me deparaba el destino y la experiencia fue increíble, me motivó para seguir proyectando más viajes.
Anteriormente solo había viajado por Córdoba, mi provincia natal. Creo que un poco el gusto de andar en bicicleta la heredé de mi padre, a él le gustaba mucho.
El primer viaje al exterior estaba planificado a Perú pero a pie, luego tomé la decisión de hacerlo en bicicleta y el grupo inicial con el que iba a viajar decidió que no quería hacerlo de esa manera, entonces ese viaje no se realizó. Entre idas y vueltas, se acercó la fecha del mundial de Brasil y ese fue motivo suficiente para encaminar un viaje desde Córdoba hasta el país vecino.
Así comenzó todo, mi sueño es dar la vuelta al mundo en bicicleta. Para disfrutar de miles de experiencias y aprender por el camino. Para mí, viajar en bicicleta se convirtió en mi forma de conectar con el mundo. Las ruedas me llevan por la ruta. Puedo sentir los baches y los cambios de terreno. Me abre la mente a nuevas posibilidades. Adquiero una sensación de libertad y felicidad.
Cuando hago viajes, tengo en cuenta los destinos en los que puedo disfrutar de eventos como la Copa del Mundo o los Juegos Olímpicos. Una vez fui en bicicleta de Córdoba a México, tomé un avión a España y luego fui en bicicleta a Moscú para el Mundial de Rusia. Hasta la fecha, he recorrido un total de 21 países en bicicleta.
Confío en mi entusiasmo y cuando me propongo un objetivo, lo cumplo primero en mi mente. En mi interior, siento una fuerza irresistible que me empuja hacia adelante. Después de completar el viaje a Rusia, decidí que iría a Qatar, viniera alguien conmigo o no. Al final, los chicos se unieron y planeamos el viaje.
Viajar en grupo tiene ventajas e inconvenientes. Hay que administrar bien el dinero. Puede ser difícil. Soy profesor de educación física. Cuando hago un viaje, me voy de permiso sin sueldo. Conocí a los chicos mediante a Eduardo que lo conocí en una entrevista que me hicieron para un canal de televisión de la provincia. Con Eduardo viajé en 2019 a Salvador de Bahía para las Olimpiadas. Él me presentó a Sebastian, Silvio y Leandro.
Leandro, de 31 años, trabaja como escritor. Crea crónicas de viajes y publica libros. Sebastián, de 42 años, trabaja como creador audiovisual autónomo y Silvio, de 32, es licenciado en turismo. Dejó una agencia en Barcelona para unirse a nosotros.
Conseguimos patrocinadores a través de las redes y, a medida que viajamos, registramos todo a través de fotos y vídeos. Esto, junto con el apoyo a través de nuestros seguidores, nos ayuda a financiar esta increíble aventura.
Nuestro día comienza nada más levantarnos. Disfrutamos del desayuno mientras escuchamos música, luego organizamos todo y retomamos. Hablamos de la ruta y de las posibles modificaciones, y salimos lo antes posible.
Cada día en nuestras bicicletas, crecemos como grupo, organizándonos mejor y gastando sólo lo justo y necesario. Agradecemos el apoyo de nuestras familias y de nuestros seguidores, día tras día.