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Juegos Olímpicos de París 2024: José «Maligno» Torres entrega a Argentina su primera medalla de oro en BMX

Para París 2024, puse todo mi empeño en entrenarme, decidido a llevarme el oro a casa… El día de la competición sigue vivo en mi memoria. El ambiente estaba cargado de tensión y sentí el peso de las expectativas de todo el mundo. En lugar de dejar que me consumiera, aproveché esa energía, volcándola en cada movimiento.

  • 2 semanas ago
  • octubre 3, 2024
6 min read
José Augusto “Maligno” Torres Gil took home the gold in BMX at the 2024 Paris Olympics. | Photo courtesy of José Augusto “Maligno” Torres Gil took home the gold in BMX at the 2024 Paris Olympics. | Photo courtesy of Francisco Torres Gil
Jose Torres
NOTAS DEL PERIODISTA
Protagonista
José Augusto «Maligno» Torres Gil se trasladó a Córdoba (Argentina) a los 12 años. Allí descubrió su pasión por el BMX, que empezó como un hobby pero pronto se convirtió en una carrera profesional. Conocido por su estilo audaz y agresivo, Torres Gil ascendió rápidamente en la competición internacional. Su incesante dedicación y perseverancia culminaron en su histórica medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, que supuso la primera victoria olímpica de Argentina en BMX.
Contexto
En un momento histórico para Argentina, José Augusto «Maligno» Torres Gil se hizo con la primera medalla de oro en BMX de la historia del país en los Juegos Olímpicos de París 2024 con una puntuación casi perfecta de 94,82 en la final de BMX estilo libre. Compitiendo contra los mejores atletas internacionales, incluido el campeón mundial británico Kieran Reilly, que se aseguró la plata con 93,91 puntos, la victoria de Torres fue tanto un triunfo personal como un hito importante para Argentina en los Juegos Olímpicos.

PARÍS, Francia – A los 15 años, me gané el apodo de Maligno por mi estilo atrevido y agresivo en BMX. Rápidamente, este deporte se convirtió en algo más que una pasión. Me sirvió de camino hacia las competiciones internacionales.

Hace poco hice historia al ganar la primera medalla de oro de Argentina en BMX en los Juegos Olímpicos de París 2024. Es una victoria personal y compartida con mi país. El camino hacia el oro olímpico fue difícil, pero cada desafío valió la pena y cada momento dio forma a lo que soy hoy.

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El BMX se convirtió en mi pasión

Nacido junto a mi hermano gemelo Francisco el 28 de marzo de 1995, vivimos en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, hasta los 12 años. Sin embargo, nuestros padres argentinos nos dieron la doble nacionalidad. A los 12, nos mudamos a Córdoba, Argentina. Por aquel entonces, soñaba con jugar al fútbol, una pasión a la que me aferré durante años. La vida me llevó en otra dirección y, con el tiempo, descubrí un nuevo amor: el ciclismo. Ese cambio inició mi verdadera aventura y me llevó a donde estoy hoy.

Mi hermano y yo crecimos jugando al fútbol con pasión en Bolivia, entrenando regularmente en nuestra ciudad. Sin embargo, nunca tuvimos la oportunidad de dedicarnos a ello profesionalmente. Después de mudarnos a Córdoba (Argentina), descubrimos el BMX mientras dábamos clases en el Parque de las Naciones. En el skatepark había carriles bici. Recuerdo que probé a hacer un backflip y me enamoré de este deporte. Mi hermano compartía mi fascinación y, a los 14 años, empezamos a tomar prestadas bicicletas para practicar y perfeccionar nuestras habilidades en BMX.

Al principio parecía un simple pasatiempo, pero con el tiempo quedó claro que podía ser algo más. A medida que crecía mi pasión, vi en el BMX una carrera profesional en potencia. A los 17 años empecé a competir internacionalmente y me di cuenta de que podía vivir de ello. A pesar de la falta de infraestructuras en Córdoba y de las múltiples lesiones, desde rodillas hasta fracturas, perseveré. Las duras condiciones de entrenamiento, a menudo sobre hormigón duro, avivaron mi determinación y pronto destaqué, aprendiendo trucos a un ritmo excepcional incluso con recursos limitados.

Olimpiadas 2024: levantar la medalla de oro

El camino hacia los Juegos Olímpicos no fue nada fácil. No pude clasificarme para Tokio 2020 por un problema de puntos y una lesión que me dejó fuera de juego durante un año. Sin embargo, mi sueño de competir en los Juegos Olímpicos nunca se desvaneció. Para París 2024, puse todo mi empeño en entrenar, decidido a llevarme el oro a casa.

El día del concurso permanece vivo en mi memoria. El ambiente estaba cargado de tensión y sentí el peso de las expectativas de todos. En lugar de dejar que me consumiera, aproveché esa energía y la volqué en cada movimiento. Cada respiración y cada truco estaban enfocados a conseguir mi objetivo. Cuando oí mi nombre como ganador, el tiempo pareció congelarse. Fue una sensación indescriptible, un momento que hizo que todo el esfuerzo y el sacrificio merecieran la pena.

Levantar la medalla de oro superó un triunfo personal; lo sentí como una victoria de todo mi país. Me sentí inmensamente orgulloso de representar a Argentina en el escenario mundial. Mi medalla simboliza mi dedicación y el apoyo incondicional de quienes creyeron en mí a lo largo del camino. Todos compartimos la victoria.

Tras el torbellino de compromisos y entrevistas que siguieron a mi victoria, sigo entrenándome con la misma pasión. Llevo mi medalla a todas partes, asombrada por el reconocimiento, pero siempre esforzándome por conseguir más. La vida después de los Juegos Olímpicos ha cambiado mucho para mí. Mi agenda sigue repleta de entrevistas y eventos, lo que a veces me hace perder mi rutina habitual de entrenamiento. Ahora compagino los entrenamientos a primera hora de la mañana, la gestión de los patrocinadores y el mantenimiento de una dieta estricta. A pesar de ello y de los cambios en mi vida, mi objetivo sigue siendo seguir siendo competitivo.

Reflexiones sobre el BMX: «Ganar la primera medalla de oro para Argentina en los Juegos Olímpicos de París sigue siendo surrealista»

Como soltero sin hijos, mi vida gira en torno al ciclismo. En BMX freestyle, la gente me conoce por la altura de mis saltos y la precisión de mis trucos. Desde hace poco, también me apasiona modificar coches. Reflexionando sobre mi trayectoria, ganar la primera medalla de oro para Argentina en los Juegos Olímpicos de París sigue pareciéndome surrealista. Desde el principio, me esforcé al máximo, entrenando día y noche. A pesar de que la gente me decía que mi sueño era imposible, nunca dejé que eso me desanimara.

Siempre he creído en dar lo mejor de mí mismo, sin importar las adversidades. Aunque durante años fuimos rivales en las competiciones, miexcelente relación con mi hermano Francisco sigue marcada por un profundo vínculo. Francisco siempre me cuida, sobre todo porque tiendo a ser muy confiada. Se asegura de que nadie se aproveche de mí.

Esta experiencia me enseñó que, por difíciles que parezcan las cosas, nunca debemos rendirnos. Siempre hay un modo de superar los obstáculos y alcanzar nuestros sueños. A todos los que persiguen sus objetivos les digo que sigan luchando. Las recompensas pueden ser mayores de lo que nunca imaginaron. Mi historia lo demuestra. Me siento profundamente agradecida por el apoyo de mi familia y por las oportunidades que tengo. A pesar de las muchas dificultades del camino, cada momento ha merecido la pena.

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