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Mujer en India rociada con ácido por un hombre despechado

Hubo momentos en que quise renunciar a todo. Mi vida, mi marido, mi familia. Todo.

  • 3 años ago
  • agosto 27, 2021
7 min read
Pragya, que sobrevivió a un ataque con ácido en Nueva Delhi e inició una fundación para apoyar a las víctimas. | Pragya Singh Pragya, que sobrevivió a un ataque con ácido en Nueva Delhi e inició una fundación para apoyar a las víctimas. | Pragya Singh
Protagonista
Pragya Singh es una sobreviviente de un ataque con ácido que se convirtió en activista. Ella fundó la Fundación Atijeevan para luchar por otros sobrevivientes proporcionando ayuda y rehabilitación.

La fundación los ayuda con sus cirugías, ofrece apoyo emocional y brinda oportunidades laborales.

Pragya, como madre, cree que la educación en el hogar es fundamental para cambiar la sociedad y poner fin a estos crímenes devastadores.
Contexto
Entre 2014 y 2018, ha habido casi 1.500 víctimas de ataques con ácido en India, según la Oficina Nacional de Registros Criminales de India.

Cada día se comete al menos un ataque con ácido. En todo el mundo, cada año se producen miles de ataques con ácido.

Las cifras oficiales muestran sólo una fracción del número real, según afirman los activistas, sumado a los miles de los casos que no se denuncian.

NUEVA DELHI, India – Me casé con mi esposo el 18 de abril de 2006. Doce días después, viajé a Delhi para realizar una entrevista para un puesto de posgrado en Gestión de ropa. Esperaba triunfar en la industria de la moda.

La misma noche que me fui a Delhi, mi abuelo falleció. Me resistía a irme, pero mis padres me convencieron para que lo hiciera.

Debería haberme quedado en casa. Nadie podría haber imaginado lo que me esperaba.

A las 2:00 a.m., me desperté de un sobresalta en una inmensa agonía. Un hombre despechado, cuya propuesta de matrimonio negaron mis padres, me arrojó ácido mientras dormía.

Sentí como si estuviera en llamas hasta que perdí el conocimiento. Durante 17 días, estuve entre la vida y la muerte mientras el equipo médico de la Unidad de Cuidados Intensivos intentaba salvarme.

La recuperación estimula la necesidad de defenderme

El ataque y mi larga estancia en el pabellón de quemados de Delhi me cambiaron. Hoy, me doy cuenta del valor de estar viva.

En la sala, vi pacientes a los gritos, desesperados. Luego se marchaban en silencio, envueltos en una tela blanca. Todos los días, vi diferentes tipos de casos de quemaduras y escuché historias que me sacudieron el alma.

Noche tras noche escuché los dolorosos gritos de los pacientes. También, escuché a los seres queridos de los que perdieron la vida. Me di cuenta de lo trágica que es la vida para los quemados y de lo mal que los tratan a veces.

No podía comprender por qué estos pacientes llegaban vivos al hospital y, a los pocos días, fallecían. Algunos de los que morían tenían quemaduras relativamente menores que las mías. Otros murieron poco después de la cirugía o de contraer una infección.

A veces, estaba furiosa y culpaba a los médicos por no salvar esas preciosas vidas, pero la verdad se me reveló. No tenemos una buena infraestructura para el tratamiento de pacientes quemados en India.

El dinero también es un problema. Me tomó casi dos años reconstruir mis párpados superiores e inferiores, la nariz, el labio y la oreja, a través de una serie de cirugías que me costaron entre 70.000 y 100.000 rupias indias cada una ($ 943-1.348 USD). Mis padres cubrieron todos los gastos. No hubo apoyo gubernamental.

Después del ataque con ácido, descubrí el propósito de mi vida.

Decidí dedicar mi vida al servicio de los sobrevivientes de ataques con ácido y quemaduras que necesitan apoyo para vivir una vida digna. Creo que Dios me hizo enfrentar esta adversidad para salir más fuerte y ayudar a quienes son menos afortunados que yo.

Maduré como persona a través de este episodio y me di cuenta de que cuidar a los demás mitigaba mi dolor hasta cierto punto. Ha habido momentos desde mi ataque en los que quise renunciar a todo: mi vida, mi esposo y mi familia.

Mi primo Chetan siempre me decía: «Dios tiene planes diferentes para ti. Tienes un papel más importante que desempeñar, más grande que cualquiera de nosotros. Puedes ser una salvadora y un rostro de valentía para muchos. Estoy seguro de que vamos a hacer incluso más de lo que Dios había planeado para ti «.

Un día, lloré a mares y cada palabra de Chetan se sintió real. Sabía mi propósito y era más grande que la supervivencia. Quería justicia y vivir una vida de gratitud.

Después del ataque, estaba furiosa. Si me preguntaras qué quería hacer en ese momento, te diría que le hubiera arrojado una tina de ácido a ese hombre. Finalmente, me di cuenta de que este rencor me impediría continuar con mi vida.

Mi atacante enfrentará su propio karma por cometer un acto tan destructivo. Es mi karma que, incluso después de estar completamente desfigurada y casi perder mi vida, puedo construir vidas para otros como yo.

Hasta que no lo perdoné y encontré la paz conmigo misma, no pude seguir adelante.

Enseñar a mis hijos a estar orgullosos de su madre

Después de un año de tratamiento, me mudé a Bangalore con mi esposo para comenzar un nuevo capítulo de mi vida, pero la sociedad no lo permitió. La belleza es una parte esencial de la vida.

A pesar de mis calificaciones, muchas empresas me rechazaron debido a mi rostro desfigurado y mi discapacidad. La gente siempre mira hacia otro lado. Algunos niños gritan cuando me ven y otros preguntan a sus madres qué me pasó.

Los niños a menudo me siguen o se esconden. Una niña de mi vecindario incluso dijo que me odia. No culpo a la niña. Su madre no le enseñó a ser compasiva o sensible con alguien discapacitado.

Creo que a los niños se les enseña a permanecer ignorantes. A su debido tiempo, tuve mis propios hijos. Me dieron confianza y un nuevo propósito. Sostenerlos en mis manos y verlos sonreír me hizo olvidar todo mi dolor.

Al mismo tiempo, me preguntaba qué preguntas tendrían para mí y que enfrentarían cuando comenzaran la escuela. Efectivamente, surgieron preguntas como, «¿Por qué tu madre se ve como un fantasma» y «¿Por qué tu madre es tan fea?».

Los maestros, a menudo, los detenían y preguntaban sobre mi historia, presionándolos para que hablaran sobre mi ataque. Entonces, decidí enseñarles a mis hijos sobre mi perseverancia, mi trabajo duro y cómo ayudo a los demás. Me aseguré de que crearan su propia forma de contar mi historia con orgullo.

La Fundación Atijeevan ofrece a las víctimas de quemaduras una nueva oportunidad

Hoy, dedico mi vida a las víctimas de ataques con ácido y a los sobrevivientes de quemaduras que necesitan apoyo para vivir una vida digna. En asociación con médicos, enfermeras, voluntarios y filántropos, lancé la Fundación Atijeevan.

Atijeevan facilita cirugías reconstructivas y procedimientos cosméticos no quirúrgicos para sobrevivientes. Ofrecemos asesoramiento para que los supervivientes puedan recibir el mejor trato personalizado posible.

Empoderamos a los sobrevivientes a través de capacitación educativa y vocacional para que puedan convertirse en empresarios exitosos y organizamos exposiciones para mostrar los productos que fabrican.

La Fundación ha cambiado las vidas de más de 300 sobrevivientes de quemaduras y ataques con ácido hasta la fecha. Nos enfocamos en crear campeones que inspiren a otros sobrevivientes a vivir la vida con el mismo entusiasmo y felicidad, a pesar de su traumático pasado.

Nuestro equipo realiza talleres y reuniones grupales cerradas donde los sobrevivientes comparten sus problemas e historias de éxito. Varias chicas nos han dicho que esperan con ansias las reuniones porque el grupo no juzga su apariencia ni su pasado.

Además del apoyo mental, emocional y financiero, la fundación también brinda a los sobrevivientes una plataforma para explorar oportunidades de sustento, empleo y emprendimiento. Las mujeres inscriptas en nuestros servicios han sido colocadas en las industrias de la hostelería, la tecnología de la información y la confección. Un par de nuestros sobrevivientes son ahora empresarios exitosos.

Debido a la pandemia, realizamos capacitaciones, talleres y grupos en línea. Los sobrevivientes se unen a nosotros de todo el país. El siguiente problema es resolver cómo brindar apoyo a las mujeres que se encuentran en áreas remotas sin acceso a teléfonos inteligentes o a Internet de alta velocidad.

La educación previene cicatrices dolorosas

A través de mis experiencias, también promuevo importantes conceptos educativos.

En primer lugar, muchas personas no saben que pueden donar piel extraída del muslo o de la parte inferior de la espalda para dar una nueva vida a la víctima de un ataque de ácido o quemaduras. Con la ayuda de piel donada, podemos salvar hasta al 80% de los pacientes quemados.

En segundo lugar, es fundamental utilizar las prácticas adecuadas de primeros auxilios y tratamiento para acelerar la recuperación. Poner agua dulce en una quemadura hasta que la sensación dolorosa desaparezca proporciona alivio, y el manejo correcto de la herida puede prevenir más cicatrices y desfiguraciones.

En tercer lugar, es vital informar a su familia cuando un acosador o una expareja hace amenazas. Cuando ocurren los ataques con ácido, no son eventos aislados. Hay signos de agresión, violencia y posesividad que conducen a un ataque que nunca debe ignorarse.

Cuarto, los padres pueden crear un ambiente feliz en el hogar, por lo que estamos criando adultos más saludables. Los padres deben crear espacios que incluyan la igualdad de género y donde ambos padres trabajen por el desarrollo de los niños. Sin duda, estos cambios pueden poner fin a estos terribles crímenes.

Tengo un mensaje para los sobrevivientes: no dejen de vivir después de un ataque con ácido. Esta puede ser la forma en que la vida te demuestra lo fuerte que eres. Todavía puedes soñar y vivir felizmente. Lo sé porque me pasó.

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