Quiero que mi hijo sepa que su madre fue una mujer valiente. Incluso cuando ella padecía la enfermedad, quería advertir a todos contra la infección.
NUEVA DELHI, India – El 11 de abril, mi esposa embarazada, Dimple, tuvo fiebre leve. La llevé a ella y a nuestro hijo de tres años para que les hicieran la prueba de COVID-19.
Para nuestra sorpresa, ambos dieron positivo. Inmediatamente, nos pusimos en cuarentena.
Diez días después, el oxígeno de Dimple descendió a un nivel peligroso.
La llevaron de urgencia al hospital y le inyectaron Remdesivir, un medicamento antiviral. Los médicos administraron dos rondas de terapia con plasma.
A pesar del tratamiento, la condición de Dimple se deterioró. Tres días después de su estadía en el hospital, se quejó de flujo vaginal. Tras la inspección, el ginecólogo nos informó que estaba sangrando.
Dimple empezó el trabajo de parto el 25 de abril, siete meses después del inicio de su embarazo, pero una ecografía mostró que el bebé no tenía latidos. Nuestro hijo murió en su útero.
Aunque mi otro hijo se recuperó una semana después de comenzar con la medicación, Dimple no lo hizo. Respiró por última vez en la mañana del 26 de abril, un día después de perder a nuestro hijo por nacer.
Dimple era una mujer valiente y fuerte. Provenía de una familia modesta y obtuvo una licenciatura y una maestría en cirugía dental, con especialización en salud pública.
Se graduó con gran éxito, a pesar de asistir a la escuela con poca formación en inglés.
Mi esposa era una apasionada de su profesión, se convirtió en profesora universitaria y organizó campamentos de chequeo de salud dental en áreas rurales y pobres.
Con una carrera en el cuidado de la salud, Dimple se mostró cautelosa con el virus. En enero de 2020, antes de que se confirmara un sólo caso de COVID-19 en India, se cubría con una máscara.
Ella usó los equipos de protección personal (EPP) y a menudo usó dos o tres máscaras juntas durante su embarazo, sin embargo, contrajo el virus mortal.
Educar a la gente estaba en la naturaleza de Dimple, así que el 17 de abril, en medio de su sufrimiento, grabó un video para advertir a su familia que no se tomara a la ligera la COVID-19.
Nunca compartimos cosas en las redes sociales, pero el Día de la Madre de 2021 publiqué su último mensaje al mundo en las redes sociales.
Dimple le suplicaba a la gente que se tomara el virus en serio.
Ese día, los médicos me dijeron que tenían que poner a Dimple bajo anestesia general para una cesárea para abortar al bebé. Insistieron en informarle antes de la cirugía que el bebé había muerto para que Dimple no entrara en estado de shock.
Me quedé atónito y no me atreví a darle la noticia. Temí que la angustia deteriorara aún más su condición.
Cuando su ginecólogo le dijo que había perdido al bebé, Dimple sintió un dolor inmenso, no podía procesar la noticia. Ella me miró y preguntó: «Ravish, ¿ha muerto nuestro bebé?».
Antes de que pudiera asentir, su nivel de oxígeno bajó drásticamente y la llevaron de inmediato a la sala de operaciones. Estaba temblando cuando firmé el formulario de consentimiento.
Aún así, tenía confianza en que Dimple derrotaría a la COVID-19. La cirugía fue un éxito y solté un suspiro de alivio, pero las cosas pronto empeoraron.
De camino a la unidad de cuidados intensivos, los niveles de oxígeno de Dimple volvieron a bajar. Estaba llorando y haciendo gestos con las manos mientras murmuraba: «¿Dónde está mi bebé? Quiero ver a mi bebé».
Los médicos la pusieron en un ventilador avanzado no invasivo y cuando sus niveles de oxígeno no se normalizaron, le mentí. Le dije que el bebé estaba en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Al instante preguntó: «¿Es un niño o una niña?».
Me quedé sin palabras
Dimple y yo ya teníamos un hijo, y ella esperaba que nuestro hijo por nacer fuera una niña. Cuando le dije que era un niño, sonrió y su saturación de oxígeno mejoró.
Los médicos explicaron que después de una cirugía tan crítica, estaba inestable y le pusieron una inyección para dormirla. Sus niveles de oxígeno subieron de 52 a 92.
Dimple se despertó después de dos horas y volvió a preguntar por su bebé.
Sabía que algo andaba mal. Al preguntar por el bebé, se puso inquieta e incómoda. Era medianoche. De manera inusual, mi esposa pidió que se quitara la máscara. Ella falleció ese día.
Dimple era una madre cariñosa. Quería que su hijo fuera feliz, saludable y que creciera con ambición. Ella esperaba que sobresaliera en lo académico y deportivo. Mi esposa quería una hija para que su hijo pudiera tener una hermana con quien compartir su vida.
Después de su muerte, mi hijo constantemente preguntaba por ella, esperando que llegara una respuesta diferente. Ahora ha dejado de preguntar dónde está su madre. Sabe que ella no volverá.
Cuando mi hijo ve una foto familiar, se queda callado. Es difícil para mí decirle la verdad, ya que es demasiado pequeño para comprender la enormidad de esta pérdida.
A veces le digo que su madre ahora es una estrella, en el cielo. Él responde: «Yo también me quiero convertir en una estrella».
Muero cien veces todos los días; mi único consuelo es saber que Dimple fue al cielo con nuestro hijo por nacer, para cuidarlo, y me dejó a nuestro hijo.
Quiero que mi hijo sepa que su madre fue una mujer valiente. Incluso cuando ella padecía la enfermedad, quería advertir a todos contra la infección.
Desde la primera ola de Covid-19, los médicos de la India presionaron por la vacunación de las mujeres embarazadas. La Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva también respaldó la vacunación durante el embarazo, argumentando que las vacunas eran seguras y efectivas.
Sin embargo, el gobierno nacional sólo permitió las vacunas para las madres lactantes.
No quiero recriminárselo a nadie, pero creo que mi esposa y mi hijo por nacer estarían vivos si les hubieran administrado una vacuna.
Mi esposa era especial. Estaba llena de vida y era muy enérgica. Ella era la persona más sana de mi familia. En nuestros seis años de matrimonio, ella nunca contrajo ni un sólo resfriado o fiebre. Estaba extremadamente en forma, pero Dimple se puso en contacto con la Covid-19 y perdió la vida.