Me sentí como una anomalía, desafiada a habitar mi propio cuerpo. Mis propios sentidos parecían ajenos a lo que tocaba o sentía en mi entorno. Cuando inhalaba una profunda bocanada de aire, una extraña realidad se apoderaba de mí. Mucho tiempo después supe que todo lo que viví en ese momento tenía un nombre. Sufría de ansiedad.
BOGOTÁ, Colombia — Creé una carrera en el mundo de la moda, lanzando un podcast y colaborando en un libro. Sin embargo, este trabajo tuvo un impacto tan grande en mí personalmente como profesionalmente. Se convirtió en una forma de autoterapia, calmando mi ansiedad y mi salud mental en dificultades.
Siempre he sido una soñadora: curiosa, creativa, imaginativa y ávida de conocimientos. En la universidad, me resultaba difícil determinar qué estudiar. Me gustaban muchos temas. Al considerar los estudios de moda, las preguntas consumían mi mente.
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¿Por qué algo se considera «de moda» pero antes de darse cuenta pasa «de moda»? ¿Cómo elige la gente lo que compra? ¿Cómo nos afecta personalmente este mundo de la moda? Al despejar mis dudas y con mis preguntas respondidas, me encontré con una industria un tanto desconocida para Colombia. Es una industria que cambió mi vida para siempre.
Al comenzar mi programa de estudios de moda, encontré pasión e inspiración, pero no me separó de mí misma. Seguía sintiendo los mismos deseos, afectos, problemas y emociones de siempre. A pesar de mi amor por el trabajo, mi propia existencia se sentía opaca y ambigua. Veía a la gente pasar tranquilamente y me preguntaba por qué yo no podía sentirme así. Ellos parecían relajados, pero yo me sentía atormentada por emociones abrumadoras todos los días.
Me sentí como una anomalía, desafiada a habitar mi propio cuerpo. Mis propios sentidos parecían ajenos a lo que tocaba o sentía en mi entorno. Cuando inhalaba una profunda bocanada de aire, me invadía una extraña realidad. Sentía que no tenía ningún control ni capacidad para abrazar una sensación de serenidad. Mucho tiempo después supe que todo lo que viví en ese momento tenía un nombre. Sufría de ansiedad.
Al estudiar moda, empecé a analizar las razones de las experiencias sociales y políticas, y cómo me afectaban personalmente. Vestirse se convirtió en una forma de autoterapia. Siento el abrazo de las texturas suaves y agradables y me invade una sensación de calma. Cuando estoy deprimida, ponerme accesorios me levanta el ánimo. Llevar la ropa que heredé de mi madre y mi abuela me ayuda a sentirlas conmigo. Puedo visualizar un abrazo de mi padre cuando trabajo con los pantalones que me regaló.
A través de la moda y la expresión personal, puedo gestionar mejor el caos y navegar por el mundo. Me siento transformada.
A lo largo de mi viaje con la salud mental, la moda me proporciona un pequeño refugio, ofreciéndome una sensación de bienestar emocional. Explorando decisiones cotidianas como la alimentación consciente o productos como las mantas con peso, encuentro beneficios más allá de la ropa.
Sigo siendo una mujer que quiere ver el mundo desde diferentes perspectivas, pero hoy me siento más arraigada. Donde antes me sentía ajena a mis sentidos, ahora puedo caminar descalza por la hierba. Cuando me despierto cada día, decido levantarme y vestirme, ser fuerte y valiente.
Las recompensas siguen siendo innumerables, y mi vida profesional ha despegado. Mi podcast Power, Glamor, and Glory (Poder, Glamour y Gloria) es mi contribución a los estudios de moda y a su análisis crítico. En el podcast, charlo con invitados que me permiten aprender más sobre el mundo de la moda y compartir información importante con mis oyentes de forma reflexiva y dinámica.
Asimismo, recientemente colaboré en la realización del libro Estudios de la Moda en Colombia. Me sentí gratificada al ver mi trabajo reflejado en uno de los primeros textos de este tipo en el país.
La gente no se da cuenta de que los estudios de moda abarcan varias disciplinas: historia, antropología, diseño, ciencias políticas, etc. Colombia tiene una industria textil única y la moda puede estar influenciada por la estética narco. Se ven diseños únicos de trajes de baño y fajas. Sin embargo, existe una enorme brecha entre el mundo académico y la práctica profesional, la cultura y el consumo. Todavía, en la universidad, muchos consideran el estudio de la moda un tema extraño y fugaz. Algunos lo critican por superficial y socialmente irrelevante.
Lo que los críticos no entienden es que nuestras actividades cotidianas, como la elección de la ropa, tienen repercusiones en todo el sistema geopolítico. La moda resulta ser un gran predictor del futuro. Sabe leer muy bien los contextos sociales y políticos.
La moda refleja el mundo caótico, a veces apocalíptico, en el que vivimos. Pensemos en los efectos de la pandemia COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. Quiero explorar cómo la moda vincula todas estas diversas experiencias en nuestro mundo.
Aunque la moda ofrece un vehículo para la transformación social, también puede contrarrestar un sistema de ideas políticas y prácticas culturales que oprimen a los grupos sociales. Algunas marcas colombianas modernas utilizan la moda para materializar la paz posterior al acuerdo con la guerrilla de las FARC, por ejemplo.
Se convierte en algo más que un tema superficial e irrelevante porque nos configura social y culturalmente. Debemos apropiarnos de la moda para comprender la importancia de nuestra experiencia global actual. Al mismo tiempo, la moda también ofrece una transformación personal.
Al vestirme, exploro una forma de autoterapia. Sosteniendo una prenda en mis manos, examino cada detalle. Paso las manos lentamente por el tejido para sentir las texturas, para abrazarlas. La moda me ofrece un mayor control sobre mi vida. A través de este increíble trabajo, he aprendido a redescubrir quién soy y a convertirme en una prioridad.