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El Presidente Milei anuncia el cierre sorpresivo de Télam, desatando indignación y solidaridad

Desde el 4 de marzo de 2024, y cada domingo posterior, los trabajadores recibíamos un correo electrónico rutinario en el que se nos dispensaba de nuestras obligaciones en la Agencia durante la semana siguiente. Ha pasado más de un mes desde el primer intento de cierre de Télam.

  • 2 semanas ago
  • mayo 5, 2024
8 min read
journalist’s notes
interview subject
Andrea Delfino is a seasoned journalist with over three decades of experience, currently serving as a delegate for the Télam agency under the Press Union of Buenos Aires (Sipreba). Initially specializing in political journalism, Andrea’s versatile career has encompassed reporting across various sectors including society, law enforcement, economy, international news, and sports. Due to life and technological advancements, she gradually shifted her focus to specialize in technology and telecommunications. With 34 years of dedication at Télam, Andrea’s breadth of knowledge and adaptive expertise underscore her distinguished tenure in the field of journalism.
background information
Télam, Argentina’s national news agency, was founded on April 15, 1945, by Juan Domingo Perón to challenge the dominance of foreign news agencies like the American Associated Press and United Press International during the early Cold War. Named after «Telenoticiosa Americana,» Télam has withstood seven attempts at closure, privatization, or downsizing, continuing its mission to uphold information sovereignty and prioritize public access to information as an inalienable human right, countering the commercial aims of the increasingly concentrated traditional media system. For more details on Télam’s enduring legacy, visit Página 12.

BUENOS AIRES, Argentina – El 1 de marzo de 2024, durante la apertura de las sesiones legislativas ordinarias, transmitida por cadena nacional, el presidente Javier Milei anunció sorpresivamente el cierre de Télam. Su declaración causó sensación durante todo el fin de semana, mientras intentaba consolar a mis colegas que informaban sobre la Asamblea Legislativa al tiempo que se enteraban del cierre. La noticia fue devastadora, ya que nos separó bruscamente de nuestros recursos. Nuestro sitio web y nuestros amplios archivos fotográficos y de noticias quedaron repentinamente inaccesibles.

El futuro inmediato de nuestros empleos y de Télam seguía envuelto en la incertidumbre. Sin embargo, esta prueba reveló la inmensa fuerza y solidaridad que hay entre nosotros. Nuestra conexión como periodistas no hizo sino profundizarse, acercándonos y uniéndonos en torno a una causa común. Mientras acampamos frente al edificio en busca de justicia, nuestra determinación para afrontar lo que venga es más fuerte que nunca.

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Milei cierra Télam: los empleados se enfrentan a la devastación

En la noche del 3 de marzo de 2024, compañeros del último turno de Télam informaron que llegó una camioneta de la Policía Federal y los agentes comenzaron a colocar barreras en la entrada del edificio. Afortunadamente, un grupo de representantes sindicales y autoridades consiguió entrar justo antes de que los agentes completaran su tarea.

A partir de ese momento, empezamos a denunciar públicamente la actividad. Los trabajadores que se quedaron dentro enviaron el último despacho. Desde entonces, ningún periodista consiguió entrar en la redacción. El impacto total del cierre se produjo el lunes, cuando mis colegas y yo recibimos un breve correo electrónico de cuatro líneas en el que se nos relevaba de nuestras funciones. La noticia me golpeó con fuerza; sentí un nudo en la garganta y se me quebró la voz al asimilar la noticia.

Llegar al trabajo y encontrarme con imponentes vallas de más de dos metros de altura bloqueando la entrada me dejó profundamente conmocionada. Los materiales de trabajo y los objetos personales que representan nuestra vida cotidiana en el trabajo se volvieron inaccesibles. Los escritorios atestados de vasos, cuadernos, bolígrafos, papeles, termos, marcos de fotos y dibujos permanecían en su interior, dejando tras de sí algo parecido a una ciudad fantasma.

Rápidamente diseñamos un plan de acción centrado en la no violencia y en el compromiso de no responder a ninguna provocación. Nuestra estrategia incluía buscar vías legales, seguir cumpliendo nuestro horario de trabajo in situ e informar directamente desde la acera, fuera de la agencia. Aquella mañana, el panorama era sorprendente: un grupo variopinto de diversos sindicatos, facciones políticas y grupos sociales reunidos en solidaridad con nosotros.

Ex empleados de Télam acampan frente al edificio y lanzan el portal de noticias «Somos Télam»

Sin embargo, el ambiente cambió cuando seis jóvenes, partidarios de Javier Milei, celebraron abiertamente el cierre de la agencia a sus puertas. Los vecinos de enfrente, que nos vieron vigilando el lugar durante la noche, respondieron con indignación. Aunque el enfrentamiento resultó breve, alguien lo grabó en vídeo. Sigue circulando por las redes sociales, poniendo de relieve las tensiones del día.

El 4 de marzo de 2024, en respuesta al cierre, organizamos una acampada 24/7 en las dos sedes de Télam. También lanzamos un portal de noticias llamado Somos Telam, con textos, fotos, podcasts y vídeos a libre disposición del público.

Nos mantenemos unidos frente a ambas sedes, en representación de 770 puestos de trabajo afectados, con cada puesto vinculado a una familia. En el campamento, el mate [bebida tradicional argentina] circula entre rostros cansados pero decididos. Algunos buscamos distracción, otros se enfrascan en improvisadas sesiones de terapia, especulando sobre futuros acontecimientos.

La incertidumbre que nos envuelve desde que comenzaron las sesiones legislativas es un reflejo de la inquietud que sentimos durante la pandemia de Covid-19. Por las miradas de mis colegas, está claro que no soy la única que lo siente. Sin embargo, seguimos reuniéndonos cerca de Télam para trabajar juntos, fomentando el sentido de comunidad.

Nos animamos mutuamente a no aislarnos en casa. Nuestra rutina se ha adaptado: nos levantamos, nos bañamos, desayunamos, nos lavamos los dientes, nos vestimos y nos dirigimos al campamento. Esta es nuestra nueva forma de ir a trabajar. Esta resistencia activa es nuestra estrategia para evitar la desesperación. La solidaridad de la comunidad es palpable. A menudo, los vecinos preguntan si necesitamos algo. Grupos sociales y políticos ofrecen comida mientras los coches que pasan tocan bocina en señal de apoyo. Los amigos se unen a nosotros con sus guitarras para ofrecer consuelo a través de la música.

Las condiciones del campamento son difíciles, pero los trabajadores siguen decididos a luchar

Este reto al que nos enfrentamos se siente difícil, pero persistimos juntos. Mientras unos juegan a las cartas para pasar el rato, otros escriben, leen, aguantan, resisten y descubren momentos de alegría en medio de la lucha. Lo soportamos todo, incluida la lluvia, el frío y el viento, e incluso trasladamos la celebración de nuestro cumpleaños al camping. Ver el resplandor de las velas de cumpleaños parpadeando entre nosotros mientras cantamos el «Cumpleaños feliz», provoca aplausos y sonrisas. Sin embargo, estos momentos suelen acabar en lágrimas.

Dormimos en camas improvisadas en la calle, reconfortados por la resistencia de los demás. Durante las horas más tranquilas de la noche, envueltos en mantas y tomando bebidas calientes, no es raro que se detenga algún coche. En una ocasión, una señora se acercó para pedirnos que firmáramos una petición para que Télam funcionara bajo control parlamentario. Cada día, innumerables personas como ella muestran su apoyo, provocándome escalofríos con su generosidad.

Los vecinos se acercan con frecuencia a entregar termos llenos de café o agua caliente, y algunos ofrecen el uso de sus cuartos de baño. Un vecino preguntó si seguíamos decididos a continuar nuestra protesta. Cuando confirmé nuestro compromiso, me entregó un saco de dormir, encarnando la solidaridad que resulta tan vital durante las crisis.

Un momento especialmente conmovedor se produjo cuando el propio Papa envió un mensaje de vídeo. En él, expresaba sus oraciones por nosotros en medio de estos tiempos difíciles. Sus palabras me conmovieron profundamente y pensé: «Si él reza por nosotros, seguro que nosotros no podemos fallar». El pasado Jueves Santo, las emociones volvieron a aflorar en nuestro campamento. Entre lágrimas, asistimos a una conmovedora ceremonia presidida por un grupo de sacerdotes de la Opción por los Pobres.

Todos los domingos, los trabajadores de Télam reciben correos electrónicos excusándoles de sus obligaciones; a cambio, proclaman: «Somos Télam, y Télam no cerrará».

En una conmovedora recreación del gesto de Jesús en la Última Cena, lavaron los pies a algunos de los trabajadores. Ver esta escena me llenó de una fuerza y una emoción abrumadoras. El rasgueo de una guitarra criolla realzaba el momento. La canción resonaba con nuestra lucha: «Tenemos que seguir caminando, nomás«.

Durante estos momentos de reflexión, nuestro silencio se rompía a menudo, dando paso a una declaración colectiva en voz alta: «Somos Télam y Télam no se cierra». A veces me unía a los gritos. Otras veces, simplemente absorbía los sonidos que parecían sincronizarse con mi respiración. Sentí que un fuego se encendía dentro de mí, reforzando mi decisión de continuar la lucha.

Cuando me preguntan qué necesitamos en estos tiempos difíciles, mi respuesta es siempre la misma: abrazos. El abrazo de otro ser humano nos mantiene unidos, ofreciéndonos el apoyo emocional necesario para soportar esta prueba con nuestros cuerpos y corazones. A veces, me quedo paralizada ante las imponentes vallas. Mientras contemplo su imponente altura, siento el peso de lo que nos rodea.

Hoy, el futuro sigue siendo incierto. Desde el 4 de marzo de 2024, y cada domingo posterior, los trabajadores recibíamos un correo electrónico rutinario en el que se nos dispensaba de nuestras obligaciones en la Agencia durante la semana siguiente. Ha pasado más de un mes desde el primer intento de cierre de Télam. A pesar de ello, persistimos en nuestra lucha, afirmando que Télam seguirá abierta y subrayando que la democracia está incompleta sin los medios de comunicación públicos.

Es una lucha difícil, pero persistimos. Cada vez que alguien entre nosotros se siente olvidadizo, desanimado o pierde la esperanza, un recordatorio edificante nos rodea. Mires donde mires, hay carteles, literalmente cientos de miles de ellos, con un poderoso mensaje: Defendemos Télam. Defendemos la democracia.

Descargo de responsabilidad de traducción

Las traducciones proporcionadas por Orato World Media tienen como objetivo que el documento final traducido sea comprensible en el idioma final. Aunque hacemos todo lo posible para garantizar que nuestras traducciones sean precisas, no podemos garantizar que la traducción esté libre de errores.

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