Turismo sexual: voluntario ofrece una visión del tráfico sexual infantil en la República Dominicana
Mis ojos se posan en niñas y niños sentados en el regazo de adultos que no son sus padres. Estos hombres toman de la mano a los niños y los conducen hasta las puertas de los hoteles como para devorarlos.
- 4 meses ago
diciembre 31, 2023
BOCA CHICA, República Dominicana ꟷ En República Dominicana la explotación sexual de menores ocurre con frecuencia, especialmente entre personas que viven en extrema pobreza. Recurren a actos sexuales para acceder a recursos económicos, pero a menudo son capturadas por traficantes de personas y proxenetas que se aprovechan de sus necesidades. Los padres y sus allegados guardan silencio por miedo a que detengan a alguien o, peor aún, que los acusen ellos mismos de promover el acto.
Esta marginación al nivel más deshumanizante posible a menudo lleva a las familias a vivir de la explotación de sus hijos. La explotación sexual se normaliza tanto que los pedófilos y abusadores actúan como si estuvieran sentados en un gran banquete, aprovechándose de las personas que sueñan con un futuro fuera de la pobreza y la miseria. Todo el proceso evoluciona hasta convertirse en un monstruo, que se alimenta de niños, niñas y jóvenes hasta que se los traga enteros.
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Ver niños explotados por pedófilos en un sistema de trata me angustia a diario
En Boca Chica, la explotación sexual y el trabajo infantil siguen siendo un problema grave. [Boca Chica, conocida por sus playas de arena blanca, arrecifes de coral, palmeras, restaurantes frente al mar y su animada vida nocturna, atrae a turistas de todo el mundo..] Cuando veo a jóvenes caminando por las playas vendiendo objetos, comida o incluso sus propios cuerpos, siento que me invade la angustia.
Al caminar por la costa, me encuentro con la situación a diario, busco señales y trato de ayudar a los jóvenes a escapar de su situación. Mis ojos se posan en niñas y niños sentados en el regazo de adultos que no son sus padres. Estos hombres toman de la mano a los niños y los conducen hasta las puertas de los hoteles como para devorarlos. A medida que el agua cristalina se acerca en olas a la playa, las propuestas de los pedófilos se acumulan en la arena.
Chicas vestidas con ropa súper sexualizada y tacones altos se masturban sobre la ropa a modo de invitación, como una postal siniestra. Muchos se unen a este trabajo cuando ven amigas ganando dinero mediante la prostitución y deciden seguirlas. Al principio, les parece fácil, ya que establecen sus propios términos, pero luego se enfrentan a una realidad más dura. Rápidamente se deprimen y se vuelven suicidas.
A menudo, estos niños son expulsados de sus hogares porque sus padres ya no pueden mantenerlos. Ellos se rompen y derrotan, viviendo una vida miserable y solitaria. Otros abandonan sus hogares por su propia voluntad debido a la pobreza y el hambre, o porque sus propios hogares son abusivos. Por otro lado, los pedófilos y los proxenetas les compran regalos y comida. Pronto, son reclutados para el tráfico a través de redes estructuradas. Algunos operadores turísticos trabajan dentro del sistema. Me hace estremecer.
Ser voluntario en Caminante porque fui un niño trabajador
Hace dieciséis años, cuando era niño, me encontré con una ONG llamada Caminante mientras limpiaba zapatos en las calles de Boca Chica. [Durante más de 20 años, el Proyecto Educativo Caminante ha trabajado con familias, líderes comunitarios y autoridades del municipio para prevenir el abuso, la explotación sexual comercial, la trata de personas y el tráfico de personas..]
Yo pertenecía a una familia extremadamente pobre. Cada uno de nosotros tuvo que trabajar para comer. Mientras caminaba de cliente en cliente lustrando zapatos, la gente de Caminante me vio y me siguió por un rato. Con el tiempo, se ganaron mi confianza y pude ver que se sentían preocupados por mí. Aunque me resultó difícil aceptar su ayuda, un día me llevaron a casa y hablaron con mis padres. Las lágrimas cayeron por todos nuestros rostros.
Caminante me matriculó en la escuela y con mucho seguimiento escapé de mi situación y nunca más volví a la calle a trabajar. Si bien nunca me prostituí, sí serví como mula, llevando una bolsita para alguien. Cuando era niño, fui testigo de innumerables situaciones en las que un comerciante o un trabajador de un hotel ofrecía dinero a niños a cambio de sexo oral.
Hoy, retribuyo trabajando con Caminante. Nuestro protocolo nos permite observar, registrar y reportar situaciones. Mientras paseamos por las playas, los abusadores rara vez se dan cuenta de lo que estamos haciendo mientras reunimos pruebas. Cuando me encuentro con estas situaciones, puedo ver con total claridad lo que está pasando, pero en ningún momento puedo intervenir. Nosotros no representamos la ley. Es como tener los brazos atados a la espalda mientras miles de preguntas pasan por tu mente. Me contengo y mantengo la calma a pesar de que siento que la furia, el dolor y la frustración corren desenfrenadamente por mi mente.
La ardua batalla para sacar a los niños de la calle y del tráfico sexual
En un día normal, cuando veo a un niño alejarse de un abusador, me acerco para presentarme. Generando un vínculo, los invito a la institución Muchos tienen hambre y vienen a buscar comida. Les permitimos bañarse, cambiarse de ropa y conocernos, aprendiendo de dónde vienen y el estatus de sus padres. A medida que se sienten cómodos y recopilamos información, planificamos una reunión de seguimiento e investigamos en busca de evidencia de explotación sexual. Nuestro objetivo: sacarlos del terror en el que viven.
Maisel García, una joven que escapó del tráfico sexual infantil, sufrió abusos por parte de hombres tres o cuatro veces por noche. Una profunda tristeza la invadió siendo adolescente, sintiendo que nunca escaparía. Poco a poco, la organización la ayudó a salir y ahora, ya adulta, tiene cuatro hijos y trabaja en un hotel, pero le quedan enormes cicatrices. Los recuerdos de su vida en el trabajo sexual la mantienen despierta por las noches.
Cuando logramos involucrar a un niño, trabajamos poco a poco en el empoderamiento, la autoestima y la construcción de confianza. Los traficantes saben que tienen baja autoestima, lo que los convierte en presas fáciles. Me sorprende ver como cambia el rostro de los niños al darse cuenta de que son víctimas de violencia y abuso sexual. Después de internalizar y normalizar sus experiencias, a menudo rompen a llorar mientras cuentan su historia.
Aún así, puede parecer una tarea imposible convencerlos de que vengan, incluso cuando les ofrecemos un techo sobre sus cabezas. No podemos ayudar si permanecen en las calles. Necesitan aprender a ser niños otra vez: jugar, ir a la escuela, hacer deportes y llevar una vida lo más normal posible.
Los desafíos persisten, pero nos aferramos a los éxitos: los niños escapan del abuso
Hace cinco años, Caminante ayudó a desmantelar una red de tráfico que operó durante años explotando a niños. Un reclutador se centró en los niños que vivían en la calle, los llevó a su apartamento y les dio comida. A cambio, les pedía que se desnudaran delante de él mientras él se masturbaba, o les exigía que lo masturbaran.
Mientras escuchaba atentamente a los niños hablar de él, me encontré desorientado y destrozado por el dolor. Una ira feroz surgió en mí y mi corazón latió con fuerza. Me sentí destrozado. Sus palabras se repitieron hasta que me rompí y mientras los miraba a los ojos mientras hablaban, una parte de ellos desapareció como si hubieran muerto. Estos niños estaban sufriendo
Desmantelar esa red, incorporar a los niños a Caminante y verlos crecer y convertirse en adultos es algo extremadamente emocionante. Cuando traemos niños, sabemos que pueden volver a caer directamente al infierno, por eso mantenemos la misma intensidad de principio a fin. Me aferro a los éxitos, especialmente cuando el futuro parece incierto. Recuerdo las historias de éxito, como la del niño que lustraba zapatos en la calle como yo, de nueve a 17 años, y que ahora estudia derecho en la universidad.
Enseñar a los jóvenes sometidos a explotación sexual y trabajo infantil el valor de la libertad sigue siendo el significado más profundo de este proyecto y de mi vida.
