Quiero hacer visible la muerte de tantos niños, bebés y adultos jóvenes para que no haya más víctimas.
Después de un diagnóstico equivocado, mi hijo murió de meningitis bacteriana.
No te imaginas lo doloroso que es perder a un niño.
Era un chico excepcional.
Creé una ONG para que nadie más tuviera que sufrir un diagnóstico equivocado.
Mi hijo, Nicolás Deanna, tenía 24 años y era deportista.
Un día, decidió consultar con un médico después de varios días con un fuerte dolor de cabeza.
Sin preocuparse mucho, le recomendó tomar analgésicos pero las molestias continuaron.
Dos días después, volvió a visitar al médico.
Esta vez estaba un poco más preocupado.
Tenía fiebre, fuertes dolores de cabeza y comenzó a vomitar en el consultorio del médico, todos síntomas aparentes de meningitis bacteriana.
El médico diagnosticó «contractura en la base del cráneo».
Entonces, una vez en la clínica, lo internaron.
Una vez más, el médico creía que una alergia causaba fiebre. Así selló su destino.
Durante tres días, le inyectaron Diazepam, Diclofenac, también Keterolac por vía oral, pero el dolor no bajó.
Lo que siguió fue daño cerebral irreversible seguido de un coma.
Días después, falleció Nicolás.
En menos de un mes, ya no tenía a mi hijo conmigo.
Durante tres años, he intentado cambiar mi dolor y mi ausencia por un buen propósito.
Quiero que la muerte de mi hijo no sea en vano.
Quiero hacer visible la muerte de tantos niños, bebés y adultos jóvenes para que no haya más víctimas.
Por eso creé una ONG llamada «Por la Vida».
Ayudo a personas que sufrieron negligencia a visibilizar sus problemas para que la opinión pública tome conciencia.
El médico que atendió a Nicolás lo conocía, y si alguien hubiera alzado la voz, quizás mi hijo hoy estaría vivo.
Ahora, estoy luchando para promover la ley.
Le pido a la gente que alce la voz y nos ayude a hacer realidad la ley de Nicolás.
Somos muchos los que la apoyamos y podemos crecer si tú también firmas la solicitud.
La Ley Nicolás, nombrada así en memoria de mi hijo, busca tipificar como delito la negligencia médica.
Aunque la ley no es muy conocida, pero no nos detendremos hasta que esto se haga visible.
Hasta la fecha, no existen registros del tema. El diagnóstico final nunca dice que es un diagnóstico fallido, entonces se asienta en cualquier otra categoría.
También, queremos que cada paciente tenga su historia clínica digitalizada para poder acceder desde cualquier lugar del país.
Cuando yo pedí la historia clínica de Nicolás, me la negaron hasta el cansancio. Sólo quería saber si las acciones de la persona que cuidaba a mi hijo habían sido correctas.
Martin Luther King dijo una vez: «La tragedia suprema no es la opresión y la crueldad de la gente mala, sino el silencio de la gente buena».