Este cambio visibiliza a las personas no binarias, nos valida y le muestra a la sociedad que no es que vivimos en la confusión. Es nuestra identidad. Resistimos, existimos y somos personas que tenemos familia, trabajo y una vida similar a otras.
USHUAIA, Argentina – La identidad es un derecho fundamental que, a veces, todavía se pasa por alto. En mi adolescencia, comencé a dudar de mi identidad de género. Al principio, creí que podía ser algo fugaz, pero con el paso de los años, me di cuenta de que me percibía con el género no binario.
Después de aproximadamente una década, mi tremendo deseo personal de lograr el reconocimiento de mi identidad personal me impulsó a luchar por los derechos de otras personas que no se sienten identificadas con los pronombres femeninos y masculinos.
En 2019, un episodio de televisión sobre identidad de género me llamó la atención: parecía describir mi vida a la perfección. Comencé a investigar y finalmente me di cuenta de que ninguna hetero norma me representaba.
Siempre viví en libertad, pero se sentía tortuoso cada vez que tenía que hacer trámites. Era muy difícil ver que el género en mi Documento Nacional de Identidad y en los formularios no me representaban.
Trataba de no usarlo y, a menudo, inventaba excusas diciendo que me lo había olvidado o lo había perdido. Aun así, cuando la gente preguntaba mi nombre y no coincidía con mi apariencia, tendían a dudar de mí.
Muchas veces la gente se burlaba de mí, pero lo trataba de tomármelo con humor, porque sinceramente no me importaba lo que dijeran. Aunque sentía la discriminación por mi identidad de género, el único apoyo que me importaba era el de mi familia y amigos.
No me considero hombre o mujer, así que decidí obtener una identificación que coincidiera con mi identidad genuina.
A principios de 2021, fui al Registro Civil de Ushuaia para modificar mi DNI, pero el gobierno la rechazó. Fui el primer caso de la ciudad y de la provincia de Tierra del Fuego.
Sin embargo, sabía que quería seguir luchando por mi derecho a la autopercepción. Tras el rechazo, abogados de la organización no gubernamental Red Diversa Positiva presentaron una apelación en mi nombre.
Viví con muchos nervios el proceso pero me apoyaron mis amigos, mi familia y los abogados. Al principio, no creí que podía lograrlo. Sin embargo, mi entorno se aseguró de que yo siguiera adelante hasta la última instancia.
Iniciamos una «apelación por discriminación en violación de la ley de identidad de género» y fui a la corte.
Luego de ocho meses de incertidumbre, nerviosismo y lucha, el juzgado de Tierra del Fuego falló a mi favor y ordenó al registro civil que me concediera la partida de nacimiento rectificada. El gobierno no apeló y emitió un nuevo certificado de nacimiento y una nueva identificación dentro de los cinco días.
Finalmente, obtuve mi identidad actual, que coincide con el género «no binario / igualitario».
En ese momento, no lo podía creer. Me invadió la emoción e irradiaba felicidad, pero todavía no podía entender lo que significaba. Agradecí mucho a mi mejor amigo y a los de Red Diversa Positiva que me ayudaron durante este largo proceso. Estuvieron a mi lado en cada paso del camino y me ayudaron a tener el coraje para emprender esta hermosa aventura. Gracias a su ayuda, mi vida cambió para siempre.
Gracias a que mi identificación ahora confirma que mi género es «no binario / igualitario», sentiré más alivio a la hora de hacer trámites y enfrentar la vida. Ya no tengo que explicar quién soy ni esconderme.
Este cambio visibiliza a las personas no binarias, nos valida y le muestra a la sociedad que no es que vivimos en la confusión. Es nuestra identidad. Resistimos, existimos y somos personas que tenemos familia, trabajo y una vida similar a otras.
Espero que este cambio garantice que las próximas generaciones no sufran por este problema. También espero que a partir de ahora todas las provincias argentinas cumplan con el decreto nacional y que nadie más tenga que sufrir por el mero hecho de no cumplir con la hetero norma.