Sentimos los gases que comenzaron a tirar aún en presencia de los niños mas chicos y bebés. Inhalamos esos gases lacrimógenos y de repente estaban todos los agentes de las fuerzas de seguridad estatal alrededor nuestro. A la machi le tiraron en su casa un gas lacrimógeno y exploto la cocina a leña, ella estaba con su bebé y un nene de tres años. Los hombres estaban haciendo resistencia en otros lugares de la comunidad porque en realidad entraron por distintos lugares . Nos asustamos mucho porque fue algo tan repentino y brutal que en principio me paralicé.
El 4 de octubre de 2022 en Villa Mascardi , Río Negro, vinieron a desalojarnos cerca de de 250 efectivos del Comando Unificado, a la Lof Laken Winkul Mapu, nuestra comunidad mapuche. Entraron armados , destrozaron todo, nos arrojaron gases lacrimógenos.
El dia en que ocurrió el desalojo me encontraba en Villa Mascardi porque soy paciente de la machi (nuestra líder espiritual) Betiana, fue ese fin de semana a atenderme y yo ese mismo día regresaba, tenía que volver por compromisos de trabajo.
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Durante la ceremonia, de repente oímos disparos. Los niños mayores corrieron, pero los demás nos quedamos. Las autoridades nos lanzaron gases lacrimógenos. Mientras llenaba la sala, nos costaba respirar. Los niños más pequeños y los bebés gritaban mientras intentábamos desesperadamente cubrirlos con nuestros brazos.
Nos sentíamos como animales cazados. El Mando Unificado detuvo ese día a cinco mujeres, dos de las cuales tenían bebés aún lactantes. También detuvieron a Romina, una mujer que, embarazada de 40 semanas, estaba a punto de dar a luz. Desde entonces ha dado a luz en detención. [El gobierno detuvo al menos a 12 personas el 4 de octubre].
Inhalamos esos gases lacrimógenos y de repente estaban todos los agentes de las fuerzas de seguridad estatal alrededor nuestro. A la machi le tiraron en su casa un gas lacrimógeno y exploto la cocina a leña, ella estaba con su bebé y un nene de tres años. Los hombres estaban haciendo resistencia en otros lugares de la comunidad porque en realidad entraron por distintos lugares . Nos asustamos mucho porque fue algo tan repentino y brutal que en principio me paralicé.
Hasta ese entonces, la tranquera oficial de la comunidad estaba en proceso de reconocimiento, en conflicto con Parques Nacionales. Es decir estábamos en un proceso de mesa de diálogo con las autoridades para la resolución del conflicto y a pesar de ello, la jueza se hizo atrás con esa decisión. [Según la CNN, los indígenas ocupaban la zona mientras se manifestaban por un mejor trato cuando se produjo la redada. El Buenos Aires Times informó de que un «gran operativo de seguridad fue desplegado por las autoridades para desalojar a los ocupantes que se habían apoderado de los territorios»]. Con un juez echándose atrás en su decisión de fallar a nuestro favor contra Parques Nacionales, las autoridades decidieron actuar rápidamente, mediante la violencia, para detenernos. En ningún momento de nuestra detención pudimos hablar con abogados, ni recibimos garantías procesales.
Todo fue muy irregular, tuve que pedir a los gritos, en un estado de nervios absoluto, que me dejaran hablar con la abogada. Nosotras estábamos incomunicadas, pero eso no quita que no se nos garantice el derecho a hablar con un abogado. A las 48 horas deberíamos haber hecho la indagatoria y eso no sucedió, nos requisaron muchísimas veces, nos fotografiaron y todo el tiempo en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) nos estaban filmando
Entraban de a tres cuando teníamos que ir al baño, nos acompañaban tres mujeres de la PSA ,nos filmaban, exponiéndonos a situaciones denigrantes, cuando todavía no sabíamos incluso de qué se nos acusaba. Cuatro de nosotras luego fuimos trasladadas a la cárcel de Ezeiza en Buenos Aires. Romina, la compañera que estaba embarazada de 40 semanas y otras dos más que estaban amamantando quedaron detenidas en la PSA de Bariloche.
En un momento la machi necesitaba llevar a su bebe a la salita médica y la jueza no lo permitió. Nos trasladaron en un avión al penal sin decirnos a donde íbamos. Y era como sentir por un lado, lo que vivieron nuestros ancestros en la conquista al desierto. En esa época a nuestros ancestros los llevaban a pie, encadenados y engrillados. De repente me vi con las esposas puestas sin saber donde nos llevaban y sentí por un momento esa memoria histórica en el cuerpo de nuestra lucha ancestral, con mucha incertidumbre, mucho dolor.
A ellos los llevaban a la Isla Martín García, los separaban de su familia y esto era como revivir eso, revivir el pasado de la historia del genocidio indígena y por otro lado también recordar y vivir en carne propia la última dictadura del país, como los procedimientos que tenían los militares con quienes tenían una concepción del mundo diferente.
Se manejaban de la misma manera. Nos decían por ejemplo “ya te vas a enterar cuando llegues a donde van”, nos infligían temor, “colaborá y esto lo hacemos más rápido”, también nos decían. Sentí mucha bronca y por momentos miedo por la incertidumbre de no saber donde nos llevan ni qué iban a hacer con nosotras.
A veces sentía miedo ante la incertidumbre, pero también surgía la ira en mi interior. Finalmente, el tribunal me acusó de incendio provocado, usurpación y resistencia a la autoridad. Irónicamente, el tribunal desestimó posteriormente todos los cargos contra mí. Cuando salí de la cárcel, me fui a Trelew, una ciudad de la península oriental de la Patagonia, donde permanezco hoy.
Hay cuatro lamngen que continúan en prision preventiva domiciliaria. Hasta hace muy poquito los abogados no tenían acceso al expediente. El pedido hoy es que retorne la machi al rewe y liberen a las presas políticas mapuche que también están con sus niños, que están en una misma casa en la Ruca Mapuche, un espacio comunitario donde están con sus bebes.
El trato vejatorio con el que se manejaron en nuestro traslado al penal de Ezeiza van a ser denunciados. Tengo entendido también que por usurpación no deberían estar presas ni haber transitado todo lo que vivimos en esos momentos. El derecho a hablar ante una acusación lo tuvimos recién al quinto día de las detenciones y desde el penal de Ezeiza en Buenos Aires. Es como si fuéramos ciudadanos de segunda a los que las garantías procesales no se les aplica. Otra vez prevalece el derecho a la propiedad privada sobre derechos elementales de las personas y el racismo que perpetúan las autoridades estatales.
Los abogados de derechos humanos de las organizaciones que nos apoyan, nos explicaban que por más que fuera una causa por usurpación común, nunca se lleva presas a las personas tanto tiempo. En esos casos, la causa misma se lleva adelante junto al proceso de investigación y demás, pero no se acciona del modo en que ocurrieron las detenciones. No hay una lógica que explique por que estuvimos presas y continúen las mujeres detenidas.
Lo que la jueza ha dicho expresamente es que las mantiene presas para que no vuelvan al territorio. Y dice también que no acepta ningún reclamo ahora porque ella ya pasó la jurisdicción del caso a Parques Nacionales.
Parques Nacionales es un organismo del Estado, es como si se manejaran con una agencia privada y como un país aparte, porque acá existe la venta de tierras de Parques Nacionales. Entonces una se pregunta ¿cómo va a haber un cartel de venta de tierra en los Parques Nacionales? Evidentemente hay un negociado inmobiliario y a la vez un discurso del Estado sobre la Soberanía Nacional. Siento que con esto lo que hacen es crear una imagen de enemigo interno hacia el pueblo mapuche y en realidad el pueblo mapuche lo que quiere es defender la vida, defender el agua, de todas las empresas extractivistas, de vivir de una forma, de tener un vínculo con la naturaleza que nada tiene que ver con los negociados inmobiliarios. Los negociados extractivistas, los negocios que ha firmado el gobierno con los terratenientes, con los magnates, que son los que realmente están manejando todo acá como títeres al gobierno nacional, provincial y a la justicia.
Vemos a otras personas intentando negociar territorios donde existen intereses por el agua; donde la gente intenta detener la megaminería a gran escala. Mi pueblo no quiere que estos intereses exploten y dinamiten la tierra, pero tememos que vengan a por todo: la tierra y el agua.
Las comunidades Mapuche-Tehuelche se levantan para proteger los territorios por lo que el Comando Unificado nos persigue. Ignoran las leyes nacionales, los tratados internacionales y desestiman nuestros discursos de soberanía. Los políticos se reúnen y favorecen a los terratenientes ricos mientras crean una imagen de nosotros como terroristas. ¿Cómo somos terroristas por defender la destrucción del bosque de la industria o porque tenemos una visión diferente del mundo?
Irónicamente, el Comando nos golpeó a nosotros y a nuestros hijos con gases lacrimógenos y una brutal detención sólo unos días después de que el Estado conmemorara en el país el Día Nacional del Respeto a la Diversidad Cultural. Hasta que el Estado argentino no reconozca el genocidio de los pueblos indígenas durante la Campaña del Desierto, rechazamos estas fechas conmemorativas. En 2022 nos siguen llamando usurpadores. No mucho ha cambiado desde 1880.
Como pueblo, soñamos con reclamar nuestro territorio, donde podamos ejercer nuestra espiritualidad. Soñamos con el día en que los gobiernos dejen de criminalizarnos por nuestra forma de vida y nuestra visión del mundo. Se está produciendo un despertar, y no se detendrá. Los jóvenes -nuestros hijos- reconocen su identidad. Entienden que la machi, a la que el Estado mantiene en prisión, es un canal para nuestros espíritus ancestrales.
En otros países, mucho más pequeños que Argentina, la gente convive en un Estado multinacional. En Argentina, quieren homogeneidad. Quieren negar nuestra identidad. Lo que queremos es poder hablar, intercambiar opiniones, respetarnos y compartir nuestra visión del mundo sin opresión.
Hoy, en 2020, hay un bebé mapuche nacido en cautiverio como resultado de nuestra detención. Piensen en eso. Tenemos rituales significativos que no podemos completar. Cuando nace un bebé en la comunidad mapuche, enterramos la placenta en el territorio. Nosotros no podemos hacer eso.
Las infancias también han vivido toda esta situación de crueldad, de maltrato, de ser perseguidos en el monte, de escuchar los perros, de ver los helicópteros, de vivir situaciones de persecución permanente. [Las ONG afirman que los derechos de los indígenas argentinos están consagrados en la Constitución y que el gobierno está fallando al no facilitar un proceso de negociación inclusivo].
Los niños que estuvieron con nosotras durante el desalojo sienten el haber sido arrancados de su Mapu y preguntan ¿ por qué no vamos a la casa?.
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