Ofrecer la paz a un segmento de la sociedad es el mejor pago que podríamos recibir. En el sistema tradicional, las mujeres temen ser secuestradas, acosadas e incluso violadas. SheTaxi ayuda a reducir nuestra indefensión.
ROSARIO, Argentina – Manejar el taxi de noche siempre es complicado, me refiero a que una nunca sabe con quién se encontrará, qué tipo de cliente estará en el asiento trasero. De noche podría pararme un individuo, yo al disminuir la velocidad tendría ese brevísimo lapso de tiempo entre parar y que él entre al vehículo, intentar hacerle un perfil.
Ya son más de 10 años manejando y una se vuelve experta en encasillar a las personas. ¿Me detengo o no me detengo, me detengo o no me detengo?, puede estar bien vestido, no ser una zona conflictiva y el instinto que suele mandar, me diría que no habría problemas. Entraría y me diría: «A Corrientes y Catamarca, ¡a! Sos mujer, si querés te podés desviar… hermosa», como éste, ejemplos hay muchos, el instinto suele equivocarse y desgraciadamente el acoso casi siempre puede aparecer.
He aprendido que el instinto puede equivocarse y que casi siempre surge el acoso.
De esas situaciones incómodas he vivido muchas y me han contado muchas, algunos (sobre todo los hombres), dirían que es un simple piropo, que sobre exagero. Creo indistintamente de ser un comentario suave o uno directamente ordinario o de carácter sexual, no se deberían hacer.
El interior de un vehículo es un lugar reducido, sumado a que una debe estar pendiente de manejar y de la locura de las calles, preocuparse del pasajero es una tarea extra, pero necesaria. Distinto cuando entra una mujer, es una especie de alegría o tranquilidad y la verdad ese sentimiento es mutuo.
Me cuentan sus experiencias, como la pasajera que me contó, como al usar un servicio de transporte, le asignaron en varias ocasiones al mismo conductor varón y este comenzó a insinuársele y acosarla. Pueden ser ese tipo de experiencias directas con el chofer, o cómo la vez que una mujer que llevaba de pasajera se tira al suelo y se esconde, al preguntarle si estaba bien, me dice que se dio cuenta la estaba siguiendo su pareja, ahí decidí tratar de perderlo, pero luego decidí conducir a la estación de policía y al detenerme el otro vehículo siguió de largo.
Al conocer estas y otras muchísimas historias y al darme cuenta de que yo también me sentía más cómoda con pasajeras mujeres, sería ideal que esta especie de complicidad positiva que se generaba entre nosotras se pudiese convertir en una constante. Se me ocurrió la idea de crear SheTaxi, una aplicación que conecta a las mujeres con los conductores. Cuando la mera posibilidad surgió en mi imaginación, sentí una enorme alegría.
La aplicación podría beneficiar a las mujeres y a los conductores de todo el mundo. Muchas mujeres me pidieron mi número de teléfono para ponerse en contacto conmigo directamente cuando necesitaran un taxi. Sabía que existía un mercado más amplio y quería difundir su tranquilidad. La aplicación también podía dar a las conductoras la oportunidad de trabajar por la noche recogiendo exclusivamente a mujeres, algo que a menudo evitaban por miedo.
Comencé a investigar sobre las aplicaciones y determinar qué características debería tener, para que fuese cómoda y útil para ambas partes. Invertí tiempo y dinero para embarcarme en esta nueva experiencia, los inconvenientes no fueron significativos, pero existieron, sobre todo en la configuración y luego, los aspectos legales para su implementación. Dado que somos un proyecto social y no una empresa, ni asociación civil, ni cooperativa, solo hizo falta registrar la marcha «SheTaxi»
Con la app ya funcionando, pasaron dos meses para que recién por primera vez se concretara un viaje concertado por la aplicación, éste momento fue supe emocionante. Al fin se materializó el momento que tanto había esperado, la conexión entre partes que ciertamente se beneficiarían de esta nueva experiencia.
Sin mucha publicidad el comienzo fue lento, luego una usuaria del servicio tradicional de taxi, al contarle de la aplicación, quedó super emocionada y escribió en su twitter y ahí se viralizó el emprendimiento. Principalmente, fue el “boca a boca” nuestra mejor forma de hacernos conocidas.
Las clientas se pasan el dato y nos recomiendan. Hay clientela fija que nos usa con mucha frecuencia. También hay casos que la nieta le enseña a su abuela el sistema de la app, para que ellas también nos puedan contactar. Muchos padres y madres nos usan para ir a dejar a sus hijas menores de edad al colegio u otros lugares, les damos confianza y realmente para eso fue todo este proceso.
Ofrecer sosiego a una parte de la sociedad es el mejor pago que pudimos recibir, saber que contribuimos en algo a tranquilizar y democratizar el uso del transporte. El miedo al usar el sistema tradicional, el miedo a ser raptadas, violentadas, acosadas y hasta violadas, aún este presente, pero sin duda SheTaxi está ayudando a que esta indefensión sea menor.