Con una infancia codificada por la cultura corpórea que viví, me contuve. Evitaba gestos y acciones que me parecían naturales. Me enfrentaba constantemente a mi cuerpo, que me decía lo que tenía que hacer, y le respondía: «no se siente así, no te tomes el cabello así».
BOGOTÁ, Colombia ꟷ A mí no me violentan en los teatros o en los lugares cerrados, usualmente es en las calles, El Vogue llegó a Colombia a un momento de resistencia, se convirtió en una celebración en las calles como un lugar político y junto a mi comunidad construimos, y nos tomamos, los paros, las protestas. En un país católico, machista, patriarcal.
Cuando los adultos de la edad de mis padres me ven bailar, expresiones de rechazo cubren sus rostros. En cambio, cuando los niños ven mi baile, parecen asombrados y felices. Me llena de alegría.
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Bailo vogue en las calles. A través de la danza, doy voz a los que no la tienen. Como mujer transexual, expreso mi feminidad y mi ser para que todos lo vean. Cuando bailo en teatros o lugares cerrados, nadie me molesta. Cuando me acosan, es en la calle.
[A partir de noviembre de 2019, cientos de miles de colombianos tomaron las calles durante dos meses. Se conoció como el Paro Nacional del #21N. Los miembros de la comunidad LGBTQ+ simbolizaron su protesta bailando vogue en las calles].
Ahora siendo Gestora Cultural creé con mis compañeras un colectivo llamado DOCATAVI (Donde cabe tanta vida). Un espacio de experimentación “usar el arte como excusa para acompañarnos”. Donde en este inicio también en conocer el Vogue (baile) como otra forma de expresión.
En uno de mis primeros proyectos, quise rendir homenaje a un amigo de mi padre que es sordomudo. Una vez me contó su experiencia durante el asedio al Palacio de Justicia de la República de Colombia en 1985 por parte de guerrilleros militantes. Debido a la discapacidad auditiva de mi padre, me convertí en intérprete de lengua de señas. Veía cómo mi madre movía las manos y hacía gestos para comunicar la palabra de Dios en la iglesia.
Esto me enseñó otro tipo de expresión corporal a través de las manos y quise interpretarlo a través de la danza. La experiencia del amigo de mi padre durante el asedio al palacio fue muy distinta a la de la gente oyente. Decía que veía a la gente correr y no entendía por qué. Nadie conocía el lenguaje de señas. Sólo seguía a la gente y veía la desesperación en sus caras.
Desde mi danza empecé a contarle a la gente su historia, porque siento que por medio de la lengua de señas, además de dar un mensaje, también danzaba, fue un performance llamado habitando cuerpo por cofosis, me di cuenta que podía comunicar con mi cuerpo, mis manos, mis gestos, mis miradas, alguna historia o acontecimiento, una experiencia muy interesante, fue un paso para darme cuenta que esta vez quería trabajarlo con mi comunidad trans.
Cada puesta en escena de baile y cada salida, es distinta y también hay un público distinto, depende del escenario apoyo a mis amigas en sus ideas y también tomó mías sobre el vestuario, los accesorios y que tipo de baile podría hacer depende de eso se escoge el vestuario, escogemos alguna casa para cambiarnos o algunas veces nos toca en los sitios públicos depende del evento, ayudo a mis amigas hacerse alguna trenza, a maquillarlas y ellas a mí, hay mucha cooperación.
También esta preproducción, bailo, río, junto a ellas, lo siento también como una fiesta. Luego llego al evento me saludo con las maricas de la escena, es un momento ameno para mí ya que hay algunas que no nos vemos hace rato.