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El campeón de surf levanta la bandera roja sobre el derrame en el océano: millones de diminutos pellets de plástico cubrieron las playas de España

La carga derramada flotó hasta la orilla como una gran marea blanca. Los pequeños perdigones se estrellaron contra las piedras y se esparcieron por la arena… Se sintió como una catástrofe ambiental.

  • 9 meses ago
  • febrero 21, 2024
6 min read
Spanish surfing champion Guillermo Carracedo
Journalist’s Notes
Interview Subject
Guillermo Carracedo, born in Santiago de Compostela in 1993, began his adventures with surfing at 18 after seeing the movie Crazy about Surfing featuring animated penguins. At 20, he became the Galician champion and at 21, the Spanish champion. Most recently, he took gold at the Euro SUP 2022. Carracedo’s milestones go beyond his skill at sea. His videos have attracted thousands of followers on social media, and he has a degree in medicine. His surfing accomplishments include: 2019 runner-up in the world with the Spanish team, 2022 European Paddle Surf champion, five-time Spanish Paddle Surf Champion, 2022 Isa World Championship, and second place in the 2023 Isa World Cup with the Spanish team, among others.
Background Information
Pellets are small plastic spheres that can cause suffocation in marine animals, act as a vector for the transport of pollutants, and have a toxic effect on the ecosystem. It is estimated that between 52,000 and 184,000 tons of plastic pellets are dumped into the ocean each year due to poor management in their production and transportation chain. These small spheres are between two-five millimeters in diameter and are generally composed of a high percentage of polymer and some percentage of additives like UV and flame retardants. The pellets are solid, persistent, non-soluble, non-emulsifying, and non-biodegradable. In the case of the pellets dumped near the Galician coast, they are polyethylene. This material has a lower density than seawater making them float. Dragged by currents and tides, they can travel long distances in the marine environment. The pellets can be transported by the wind onto the beach or return to the water with the next tide. It is also possible that due to the effects of the waves or people’s own footsteps they could be buried in the sand. Read more.

GALICIA, España ꟷ A la orilla del mar, mientras las olas chocaban contra las rocas, aparecieron decenas de bolsas blancas, algunas enteras, otras rotas. Saliendo de las bolsas, la playa yacía cubierta de miles de diminutas bolitas de plástico. Era como si el océano devolviera lo que no pertenecía allí. Las playas de Galicia se pusieron en alerta máxima cuando la marea extendió los plásticos por [nearly 400 miles of coastline], desde Galicia hasta el País Vasco.

Un carguero llamado Toconao, que navegaba cerca de la costa portuguesa, arrojó 26 toneladas o 1.060 sacos de perdigones. También dejó caer otros contenedores que transportaban neumáticos y envoltorios de plástico. [Los contenedores se cayeron del barco a principios de diciembre de 2023. Los perdigones llegaron a la costa española en el Golfo de Vizcaya. También llamadas lágrimas de sirena o nurdles, estas bolitas se funden para fabricar productos como botellas de agua y bolsas de compras.]

La carga derramada flotó hasta la orilla como una gran marea blanca. Los pequeños perdigones se estrellaron contra las piedras y se esparcieron por la arena. La playa se inundó de plásticos, difíciles de limpiar por su diminuto tamaño, peso y color claro. Se sintió como una catástrofe ambiental.

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Con tristeza y furia, cientos de voluntarios luchan por limpiar las playas de perdigones de plástico, uno a uno

Al crecer en una familia de fareros, me convertí en médico. Sin embargo, mi vida dio un giro cuando me enamoré del surf. El deporte conquistó mi corazón y sin esperarlo me convertí en campeón de surf de España y subcampeón del mundo. Nunca imaginé cuando era niño convertirme en un surfista de élite, pero hoy lo único que quiero es pasar tiempo en el agua.

Entonces, esa mañana de diciembre, cuando me dirigía a la playa desde el mar, vi algo realmente anormal. Los perdigones de plástico formaron un manto blanco que lo cubría todo. Una profunda tristeza y furia me consumieron. Me sentí impotente pero decidí publicar un video en mis redes sociales denunciando el derrame. Mi vídeo pareció un grito desesperado y se volvió viral, movilizando a cientos de voluntarios.

La gente comenzó a compartir la historia cuando vieron grandes cantidades de perdigones derramados en las playas [all along the coast]. El caso se hizo público. La imagen que teníamos delante parecía desoladora, con montañas de perdigones por todas partes. Parecía nieve esparcida por la arena y sobre el mar. Con más de 100 playas individuales afectadas, nos arrastramos con cuidado de rodillas recogiendo los diminutos gránulos con la mano.

Cientos de voluntarios, trabajadores municipales y ambientalistas se movían incansablemente al unísono, algunos con pequeñas palas o utensilios de cocina como coladores. Nos miramos el uno al otro con confusión en los ojos mientras realizábamos la difícil tarea. Durante días intentamos de todo para eliminar los pellets de nuestras preciosas playas, pero nada resultó eficaz. Si pisabas los perdigones, fácilmente quedaban enterrados en la arena. Con guantes, intentamos ayudar, recogiendo los perdigones uno por uno durante horas, solo para juntar puñados. Parecía una tarea imposible.

Los animales y el plancton ingieren las diminutas bolitas de plástico, lo que afecta a toda la cadena alimentaria marina.

La escena parecía una locura a medida que ola tras ola, el océano arrojaba más perdigones a la playa. Cada marea me dejó con la sensación de que no había logrado nada. Entonces, en medio del caos y la desesperación, se me ocurrió una idea. Descubrí que las bolsas que se usaban para llevar las aletas de buceo tenían el tamaño y la forma perfectos. Al agitarlos soltaban la arena pero no los pellets.

Aunque la tarea parecía titánica, pensé: “Al menos algo está funcionando”. Otros hicieron lo mismo. Mientras investigaba los perdigones, descubrí el peligro que presentan. Funcionan como pequeños imanes, atrayendo otras toxinas y absorbiéndolas como una esponja. Se convierten como pequeñas bombas tóxicas. Luego, debido a su pequeño tamaño, animales como aves, peces y crustáceos los confunden con huevos de peces. Si los gránulos entran en sus estómagos, pueden dejar de comer y morir.

Los animales que sobreviven terminan con contaminantes en sus propios tejidos, incluidas las especies que comemos. Como los gránulos no se descomponen, se fragmentan en partículas de plástico. Los ingieren plancton marino, plancton que sirve de base a toda la cadena alimentaria marina.

Dos meses después de la crisis, Galicia, España, concentra apenas el 20 por ciento de estos microplásticos. Todavía es necesario recoger grandes volúmenes de pellets o se pierden en el fondo del océano. Las autoridades de Asturias desplegaron un plan especial de emergencia para mitigar los daños al medio ambiente. Pueden abordar las costas pero no pueden hacer nada hacia el interior.

Debemos detener el vertido de pellets al mar. La contaminación por plásticos y microplásticos sigue siendo un escenario grave. Han plagado el planeta durante años y este derrame vuelve a centrar la atención en resolver la urgencia de este problema.

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