Acariciar la copa de los árboles y sus hojas, sentir que estás como en una masa de agua, ver la gente pasar. El globo es como la vida: vos sabés de dónde salís pero nunca dónde vas a terminar. El globo te lleva por trayectos que no podés prever exactamente, pero vos elegís, más o menos, en dónde bajar.
BUENOS AIRES, Argentina ꟷ Mi esposa Leticia y yo nos casamos en un globo aerostático. El vuelo en globo siempre ha sido una parte fundamental de nuestra relación. Cuando nos conocimos, cada uno tenía hijos y nietos, además compartíamos la afición por volar en globo.
Nos gustó tanto que, cuando intercambiamos nuestros votos, Leticia tiró el ramo desde la barquilla y salimos volando. En Argentina, Leticia y yo tenemos el honor de ser los dos primeros instructores de este deporte que también son pareja.
Fui el primero en acercarme al deporte, mi primer viaje en globo fue durante la filmación de un capítulo de una serie de televisión hace 20 años. Un amigo piloto volaba globo, entonces le pidió a otro piloto que me llevara a dar una vuelta. Y este me dice: Voy a hacer un vuelo para una serie de televisión, A mí me encantaba la serie. Y me encantó la experiencia. Apenas me bajé, empecé a arreglar para salir a volar con diferentes pilotos de globos.
Me convirtí en piloto comercial de globo e instructor. En todos estos años, mi mejor alumna, fue Leti, quien ahora también es piloto comercial de aeróstatos. A principios de 2020, ella se convirtió en la primera persona en el mundo en volar en Globo Solar, un globo que flota en el cielo sin combustible.
Esta aeronave asciende únicamente debido al calor que produce el sol sobre el nylon y aterriza nuevamente sobre el suelo gracias al enfriamiento del globo que se logra al liberar parte de su aire caliente a través de ventiles. Para Leticia la experiencia fue increíble. Es difícil reproducir en palabras lo que se siente ahí.
La gente de abajo sufría, pero yo estaba feliz, a 320 metros de altura, sin ningún tipo de combustible ni motor, sobre las Salinas Grandes de Jujuy. El silencio era total. Lo volvería a hacer”.
Leticia es muy valiente al ser la primera, automáticamente tiene todos los récords: la mayor altura, la mayor distancia y el mayor tiempo. Son 32 récords en total. Lo que nadie nunca va a poder superar es que ella fue la primera”.
En los últimos años, hemos realizado travesías de pocos días por Ecuador, Paraguay y Colombia. Pero la mayor aventura, nuestro gran proyecto tras el retiro profesional, todavía no ha empezado.
No sabemos cuánto durará, preferimos no hacer planes. “Vamos a ir de pueblito en pueblito, sin apuro, sin tiempo. Cada día, vamos a ir a donde decidamos esa mañana. No nos interesa llegar a algún lugar en particular, sino dejarnos llevar y disfrutar de la experiencia, de la gente, del vuelo. Para mí, este es el comienzo de una nueva vida.
Tomo mucha planificacion y trabajo, tuvimos que adecuar nuestra camioneta Toyota para que pueda transportar el globo y disenamos la casa rodante. La idea es hacer recorridos sobre cada pueblito y conocer a la gente y su cultura.
Durante el viaje, haremos lo que más nos gusta: estar en la cima del mundo en un globo aerostático. Estamos deseando disfrutar de ese lugar que te deja sin aliento y te tranquiliza la mente. Alla arriba casi no tenemos tecnología. Simplemente flotamos, suspendidos en el aire. Acariciamos las copas de los árboles, viendo pasar a la gente. Es casi como flotar en el agua. El globo es como la vida: sabes de dónde vienes, pero no siempre sabes dónde vas a terminar.
Vos elegís, más o menos, adónde ir, pero el globo te lleva por caminos que no podías prever. Es una experiencia liberadora.