El 21 de mayo de 2023, PBS informó de que múltiples grupos de derechos humanos han emitido advertencias de viaje a los turistas sobre las leyes hostiles en Florida. Las historias de mi padre resuenan en mi mente, y pienso en mis propias experiencias 55 años después. Paso por Texas dos veces al año. Cuando entramos en una gasolinera con matrícula de Nueva York, nos miran como muertos… En Arizona, bajamos del camión para ir a desayunar a una cafetería y un hombre miró nuestra matrícula y dijo: «Deberíamos colgarlos».
FLORIDA, Estados Unidos ꟷ De niña, recuerdo que mi padre me contaba que había viajado al sur cuando era joven, en los años sesenta. Temía legítimamente conducir por ciertos estados con matrícula de Nueva York. En uno de esos estados, un policía lo detuvo y le dijo que se fuera de la ciudad antes de que anocheciera. Sí, usó esas palabras.
Con el tiempo, mi padre se mudó a Florida. El día en que Martin Luther King, Jr. fue asesinado a tiros, mi padre estaba sentado en una cafetería. Las noticias aparecen en la pantalla del televisor. Mi padre agachó la cabeza y empezó a llorar. El resto de los blancos de la cafetería compartieron una reacción vergonzosamente diferente. Se levantaron y vitorearon como si su quarterback favorito acabara de hacer un pase perfecto para ganar el partido.
El 21 de mayo de 2023, PBS informó de que múltiples grupos de derechos humanos emitieron advertencias de viaje a los turistas sobre las leyes hostiles en Florida. Las historias de mi padre resuenan en mi mente, y pienso en mis propias experiencias 55 años después. Paso por Texas dos veces al año. Cuando entramos en una gasolinera con matrícula de Nueva York, nos miran como muertos. Esto no es imaginario. En Arizona, nos bajamos del camión para ir a desayunar a un restaurante. Un hombre miró nuestra matrícula y dijo: «Deberíamos colgarlos».
Mi conclusión a esto: en general, la gente no cambia. Ellos se esconden. El extremismo vendrá por nosotros, así que debemos ser extremos votando, alzando la voz y luchando contra la injusticia. Si no lo hacemos, la maldad y el odio reinarán, incluso aquí, en la llamada tierra prometida. Puede ser fácil creer que el Movimiento por los Derechos Civiles fue un hecho consumado; que ganamos la batalla por los derechos de las mujeres y de los homosexuales. El hecho es que si dormimos, lo perdemos, y el odio ya no se esconde.
El pasado fin de semana, Equality Florida, la NAACP, la [a gay rights advocacy group] y la [National Association for the Advancement of Colored People]emitieron advertencias de viaje para el Estado del Sol.
La declaración de la NAACP afirmaba que el estado de Florida «devalúa y margina las contribuciones de los afroamericanos y otras comunidades de color, así como los retos a los que se enfrentan». Equality Florida advirtió a las personas, familias, estudiantes y empresarios queer que se lo pensaran dos veces antes de visitar o mudarse a Florida. La Coalición de Inmigración de Florida, formada por 65 organizaciones miembros, advirtió a la gente de color, a los que tienen acento y a los viajeros internacionales de que no vinieran al estado.
La cuestión es que no es sólo Florida. En mi ciudad, acaban de elegir a un hombre para el consejo escolar. Este mismo hombre publica regularmente en Facebook memes transfóbicos abiertamente repugnantes. Es uno de los cinco miembros de un grupo evangélico de extrema derecha que se ha hecho con el control del consejo escolar de esa localidad rural de Nueva York. Mi querido amigo, que aún vive allí, hizo un comentario que se aplica a todas estas situaciones. Mientras la gente expresaba su indignación por el resultado de las elecciones, mi amigo señaló la baja participación electoral. La gente no presta atención y, como resultado, se cuela el odio.
Francamente, me pregunto si el gobernador DeSantis está consiguiendo exactamente lo que quiere con estas advertencias de viaje en Florida: menos de «esas» personas en su estado. ¿Qué dijo Marjorie Taylor Greene? ¿Necesitamos un divorcio nacional entre estados rojos y azules? Parece que vamos camino de, al menos, una desagradable separación.
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