Ezequiel “El Pocho” Lavezzi me dijo que quería cerrar el local para él, no quería nadie más que el plantel del París Saint Germain cenando en “Volver”. Acababa de firmar David Beckham en el equipo parisino y Lavezzi pidió ver un partido en televisión.
PARIS, Francia – Cuando entro cada día a “Volver”, el restaurante que tengo en París, siento desde el primer momento el olor a Argentina. El salón está decorado con las camisetas de los jugadores de fútbol que vienen a comer acá, ellos son clientes y nosotros nos esmeramos para que se sientan como en su casa.
Los jugadores argentinos y sudamericanos se sienten como en casa porque lo que tratamos de hacer es que pasen momentos con familiares y amigos como si estuvieran en Argentina. Anteriormente no había un restaurante específicamente argentino acá en París ni en Francia. Todo el personal que trabaja acá es Argentino, por eso también proyectamos televisión de nuestro país, como partidos de fútbol argentino.
También nos gusta que los sonidos sean los de nuestra tierra. La música es Argentina y todos los días suenan El Indio y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Soda Stereo, Cerati, Los Auténticos Decadentes, Virus y todo lo que sea rock nacional de nuestro país. También nos gusta poner tango.
Uno se siente como en casa y cuando los jugadores vienen trato de protegerlos, les damos una ubicación en el primer piso, tratamos de que la gente no les saque fotos y que no los molesten. A veces ellos mismos permiten que la gente pueda fotografiarlos, porque los franceses no son tan insistentes como los argentinos.
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En la decoración también hay mate y hay yerba Argentina, nosotros tomamos mate porque somos argentinos y nos gusta mantener las costumbres. También hay olor a empanadas, que las hacemos todos los días y nuestros clientes las disfrutan. También todos los días preparamos los condimentos para la carne como el chimi churri, la salsa criolla y siempre tenemos lista la provoleta con su inconfundible mezcla de aromas entre queso y brasas. Es una mezcla de sabores.
Lo veo, lo siento y lo huelo todo como si estuviera en casa.
Una vez, Ezequiel «El Pocho» Lavezzi pidió una mesa. [Lavezzi se incorporó a la selección argentina de fútbol en 2007, ganó una medalla de oro olímpica en 2008 y alcanzó la Copa Mundial de la FIFA en 2014. En 2012 fichó por el París Saint-Germain Football Club y empezó a representar a Francia].
Le dije que vaya tranquilo que lo atenderíamos. Llegó, el bar estaba lleno y yo me demoré en llegar. No pudimos atenderlo pero él espero en la barra cuarenta minutos hasta que se desocupó una mesa. Al verme, se acercó y me dijo entre risas que era verdad que el restaurante era como estar en el país, porque lo engañé como argentino.
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Siguió viniendo. Una noche cerramos todo el restaurante para él, para cenar con el equipo del París Saint-Germain. El equipo parisino acababa de fichar a David Beckham, y Lavezzi quería ver un partido por televisión.
Beckham fue de los primeros en llegar, con un perfil muy formal y correcto, lo atendimos a él y a todo el equipo. De repente, se cortó la luz y no llegaba la red para poder volver a ver el partido. En ese momento, el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic pidió el control remoto y descubrió que el flujo de la transmisión no respondía en HD, entonces le bajó la calidad a la TV y pudo verse el partido que ellos querían.
Son mega estrellas pero también son integrantes de equipo y personas como todos nosotros, por eso los atendemos así.