Decidí ayudar a limpiar la naturaleza, eliminar los desechos de la Tierra y reducir el impacto de cantidades asombrosas de plásticos en el Parque Nacional Kaziranga.
NUEVA DELHI, India – El Parque Nacional Kaziranga es patrimonio mundial y está ubicado en el estado de Assam, en el noreste de la India.
Famoso por su rinoceronte de un cuerno, también es el hogar de muchos animales salvajes, incluidos tigres, panteras, elefantes y delfines. Las aves migratorias visitan sus bosques durante todo el año.
Lamentablemente, la caza furtiva desenfrenada, las inundaciones anuales y la contaminación plástica han devastado el hábitat del Parque Nacional Kaziranga.
En 2004, tomé cartas sobre el asunto. No pude detener el flujo de agua ni a los feroces cazadores furtivos, pero podría intentar transformar los desechos plásticos en algo útil.
Decidí convertir el plástico que cubría las calles de mi vecindario y el parque en productos autóctonos. Así nació Village Weaves.
Todos los años, el Parque Nacional Kaziranga es visitado por millones de turistas de la India y del resto del mundo. Las personas, generan una gran cantidad de desechos plásticos dentro y alrededor del parque y en los albergues turísticos, hoteles y restaurantes.
Los visitantes locales e internacionales dejan montones de basura. Arrojan desechos plásticos por todas partes sin pensar en cómo sus sobras dañinas crean una crisis climática y amenazan nuestra diversa flora y fauna.
Convivo con los problemas ambientales creados por la basura, desde botellas y envoltorios de alimentos hasta bolsas de plástico. A pesar de la prohibición de tirar basura, los desechos plásticos son una postal perturbadora. La eliminación es complicada.
La quema de estos plásticos libera carbono negro y contribuye a la contaminación del aire. El carbono no sólo daña a las personas y al medio ambiente, sino que también puede tener un efecto letal en los animales.
Si una persona o una empresa libera desechos plásticos en un río, estanque o lago, los animales del parque beben agua contaminada. Cuando los microplásticos terminan en el agua, degrada la calidad con compuestos tóxicos y, a menudo, daña la salud de rinocerontes, tigres, elefantes y aves.
Lamentablemente, a menudo vemos que los animales confunden el plástico con la comida. Los animales salvajes incluso hurgan en la basura alrededor del parque, encontrando desechos plásticos tóxicos y objetos afilados arrojados en los contenedores.
Las bolsas de plástico asfixian a los animales. Cuando lo ingieren, obstruye el normal funcionamiento de sus órganos y esto los llevan a la muerte.
Cada año, durante la temporada de los monzones, las inundaciones devastan el parque. Cientos de animales mueren cuando las inundaciones masivas destruyen su hábitat. Mientras que muchos animales son arrastrados junto con la fuerte corriente de los ríos que cruzan el parque, algunos otros salen del bosque para buscar refugio en las áreas montañosas.
Consumen el plástico tirado por ahí y mueren lenta y dolorosamente al cruzar el pueblo.
Al ver esta crisis de primera mano, decidí ayudar a limpiar la naturaleza, eliminar los desechos de la Tierra y reducir el impacto de cantidades asombrosas de plásticos en el Parque Nacional Kaziranga. Planeaba integrar los residuos plásticos con hilos de algodón para tejer diferentes productos en un primitivo telar manual.
Vengo de un entorno humilde, por lo que no tenía suficientes recursos para adquirir máquinas caras. Debido a la falta de equipo, no fue fácil convertir botellas de plástico en algo útil. Entonces, decidí usar bolsas de plástico.
Las mujeres de mi pueblo no tienen una buena educación y no pueden obtener trabajos regulares en una oficina o una empresa, pero tienen otras habilidades únicas. Perfeccionaría sus habilidades y las ayudaría a ganarse la vida.
Estas mujeres están muy ligadas al patriarcado y su trabajo en el hogar no está remunerado. Dependen de sus maridos o familias para casi todo. Entonces, si se ganaran la vida, podrían volverse independientes, empoderadas y representarse mejor a sí mismas.
De las compras, obtenemos muchas bolsas de plástico. Muchos tiran la basura fuera de sus casas o la queman al aire libre. Están esparcidas por todas partes.
Junto con las mujeres de Village Weaves, recojo las bolsas de plástico que dejan los turistas y los lugareños y las lavo y las seco manualmente. Las bolsas se cortan en tiras con unas tijeras. Luego se atan a mano de un extremo a otro para hacer un hilo largo.
El hilo de algodón se teje verticalmente en un telar, y, con hilo de plástico se hacen los tejidos horizontales.
Creamos una tela duradera y flexible ideal para decoraciones del hogar y productos artesanales que no dañan el medio ambiente a través de nuestra técnica autóctona, como bolsos, felpudos, tapetes de mesa y tapices.
Trabajamos en telares manuales porque casi todas las mujeres de Assam saben tejer ropa. Sin embargo, dado que carecen de exposición, necesitan ideas sobre qué tipo de ropa tejer.
Las mujeres son expertas tejedoras y grapadoras, pero carecen de capacidad de comunicación. Tienen problemas con el idioma y no hablan bien el hindi. El inglés está más allá de su comprensión. Intento eliminar los obstáculos para que se sientan más plenas.
Es por eso que les enseño herramientas de comunicación para que tengan la confianza suficiente para promocionar sus productos por sí mismas. Realizo talleres para enseñar a las mujeres cómo mezclar plástico con hilos de algodón y salvar el medio ambiente.
Desde la creación de diseños hasta combinaciones de colores, comparto mi experiencia para mejorar su proceso creativo. También capacito a las mujeres en los aspectos técnicos de la producción y realizo el marketing de sus productos finales para que los puedan vender a través de Kaziranga Haat, una tienda de regalos que creé en 2012.
Me ocupo de la entrega de los productos reciclados para uso personal, mi casa es en el punto de venta para compradores en el extranjero que preordenan en línea para vender los productos únicos a su clientela. De esta manera, las mujeres pueden concentrarse únicamente en recolectar la basura y convertirla en un tesoro.
Durante los últimos 17 años, Village Weaves ha ayudado a empoderar a más de 2.300 mujeres en 35 aldeas de Assam.
Las mujeres de las aldeas han sido tradicionalmente amas de casa. Casados en su infancia, cocinar cuatro veces al día, cuidar a los ancianos, mantener la casa en orden, atender las necesidades de sus hombres e hijos y proporcionar ropa limpia a los miembros de su familia definieron su existencia.
Vivían dentro de las cuatro paredes de sus casas y su movimiento estaba restringido. No podían aventurarse a salir de sus casas por la noche, por lo que no podían pensar en ganar dinero. La independencia financiera era un concepto ajeno.
Ahora, las mujeres han reunido el coraje para romper estos límites sociales y encontrar su verdadera identidad a través de Village Weaves.
Al ganar dinero y mantener a sus familias, tienen más confianza y son más conscientes de su potencial. No tienen educación, pero están enviando a sus hijos a la escuela. Ellas ganan 200 rupias ($ 2,70 dólares) al día y miran con entusiasmo hacia un futuro mejor.
Mientras los lugareños y los turistas nos animan, el establecimiento no se condice con nuestros esfuerzos.
No estamos dirigiendo un negocio. El éxito de una empresa impulsaría a las industrias a producir más plástico. Nuestro motivo es reciclar plástico y limpiar el medio ambiente. Village Weaves es una iniciativa social.
No compramos plástico en las tiendas. Lo recolectamos de nuestros hogares, nuestro vecindario o las cercanías del Parque Nacional Kaziranga. Recoger, limpiar y producir productos reciclados lleva casi una semana. Requiere mucho tiempo y mucho trabajo.
No podemos cambiar a técnicas modernas debido a la crisis financiera que experimentamos y porque las mujeres no saben cómo operar máquinas. Es por eso que sólo podemos reutilizar bolsas de plástico, no botellas o vasos de plástico.
A pesar de nuestros mejores esfuerzos y la prohibición de los desechos plásticos, su consumo sólo está aumentando.
No podemos evitar que las industrias produzcan plásticos no biodegradables ni podemos evitar que los turistas creen montones de basura, pero podemos reducirlos reutilizándolos.