Tras un terrible incidente, un hombre se convierte en portavoz de la salud mental
Muchas personas luchan sus batallas solas, con miedo a hablar. Se aíslan y se dejan ir lentamente. Tenemos que hacer saber al mundo que está bien hablar de estas cosas.
- 2 años ago
febrero 3, 2023
After plunging into a terrible depression, Abel Trillini is finally working towards healing himself. He holds motivational signs each morning outside his home city in order to cheer up strangers passing by. | Photo courtesy of Abel Trillini
MENDOZA, Argentina – Después de vivir el incidente más horrible de mi vida, no podía imaginar volver a ser feliz. Una depresión muy fuerte se apoderó de mí.
Hoy lucho para sensibilizar sobre la salud mental y el suicidio. Cada mañana, desde hace seis años, me paro en las calles de mi ciudad para motivar a los demás. Nunca esperé que mis acciones impactaran a tanta gente.
El día que mi vida terminó
De chico, ayudaba a mi madre a vender boletos de rifa por el barrio. A los seis años ya se me daba bien, llamaba a las puertas y vendía boletos con una gran sonrisa. Funcionaba bien.
Un día toque la que yo llamo la puerta equivocada, en esta trabajaba un violador que decidió, al verme, meterme dentro de su casa y violarme.
Ese día me fui a casa y no hablé de eso. Tardé años en hablar de lo ocurrido sin quebrarme. Me sentía incapaz de decir las palabras y lloraba. Después me aislé durante mucho tiempo. Mis días parecían interminablemente grises. Llevaba conmigo lo sucedido a todas partes. Descuidé por completo mi salud mental, que empeoró.
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Con el tiempo, me fui a Estados Unidos de adulto. Cuando volví a Argentina, las cosas me parecieron diferentes. El país había cambiado con respecto a aquel en el que crecí. La gente que antes era feliz parecía llena de tristeza.
Me sentí desamparado y mi depresión se agravó. Cometí el error de alejar a los que me rodeaban. Hablar de salud mental suele ser tabú. No creía que nadie pudiera ayudarme o comprenderme.
Salir de la oscuridad
Un día la canción que uno de mis sobrinos me había escrito me despertó y sacó completamente de esa etapa de mi vida. La letra hablaba sobre alguien que, luego de haber atravesado una infancia muy dura y complicada, como la que tuve yo, lograba salir adelante.
Me sentí escuchado, visto y menos solo en ese momento. Nunca imaginé que la música pudiera tener un efecto tan fuerte en mí, pero ahí estaba, llorando ante las hermosas palabras que se cantaban. En ese momento supe lo que quería de la vida. Quería hacer sonreír a la gente. Reflexioné mucho sobre lo que había pasado hasta entonces en mi vida. Me pareció vital volver a luchar por mí mismo. Ahora, mi objetivo es ser la voz de los que no la tienen. Trabajo para enviar un mensaje de esperanza incluso en los peores momentos.
Para el primer día sumergiéndome en esta nueva aventura me vestí con el traje de mi casamiento veinte años atrás, creía que me daría suerte. Yo deseaba que la gente viera el cartel y lo que decía, no quería que creyeran que me acercaba para pedir algo, tampoco que me consideraran uno más haciéndolo. Como primera experiencia no fue algo sencillo. Tenía miedo de pararme frente a la gente en medio de la calle, me aterraba el rechazo, sin embargo, ese lunes a las 7:30 am cualquiera podía verme vestido de traje sosteniendo un cartel que decía “Sonrían porque están vivos, por eso hoy puede ser un hermoso día”.
Ser noticia y voz de los sin voz
Cuando inicie esto quería probarlo durante solo dos meses para ver qué sucedía y cómo lo recibía la gente. Todavía sigo haciéndolo y han pasado seis años desde aquel primer cartel. Mirar las filas de automóviles en medio del tráfico y no ver más que sonrisas me llena de alegría.
Aunque no fue fácil ese día pasó algo que nunca habría imaginado, una chica me sacó una foto que mando al momento a un diario local. Al día siguiente vi esa misma foto junto a un título que lograba reflejar el propósito que tenía mi vida desde hace muchos años: ser un motivador. Dicho titular decía “el motivador del nudo vial”.
Aunque volví a ser un hombre optimista que ama la vida, no siempre fue así. Viví momentos horribles e intenté suicidarme nueve veces. Sin embargo, sigo vivo, luchando y feliz. Hoy me siento optimista. Quiero ser una voz constante para la gente, para recordarles que aunque la vida tiene una forma de derribarnos, somos mucho más que nuestro pasado. Las personas cambiamos y evolucionamos constantemente. Lo que elegimos hacer con el «ahora» importa. Para mí lo es todo si mis palabras curan a una persona.
Concientización y charlas TED
Hemos podido recaudar dinero y ayudar a causas y comedores comunitarios, además de abrir nuevas escuelas y lo más reciente: viajar a España para dar una charla TED sobre aquello que me permitió llegar a donde estoy hoy en día, después de haber vivido una infancia complicada.
Mi objetivo es concientizar sobre el suicidio, el acoso y la violencia. Quiero enseñar a los demás la importancia de hablar de salud mental. Eliminar el estigma y liberar a los demás se convierte en mi objetivo más importante. Espero poder organizar más charlas de este tipo en otras ciudades y países del mundo.
Muchas personas luchan sus batallas solas, con miedo a hablar. Se aíslan y se dejan ir lentamente. Tenemos que hacer saber al mundo que está bien hablar de estas cosas.
