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Hermanas que luchan contra el cáncer a sus 80 años, dirigen un restaurante en Buenos Aires

Hace unos años, a Teresita y a mí nos diagnosticaron cáncer. Ella se enteró primero y tuvo que ausentarse del trabajo para recibir quimioterapia. Entonces sucedió. Un día, me dediqué a mis actividades habituales. De repente, sentí algo extraño y encontré un pequeño bulto en mi pecho.

  • 2 años ago
  • octubre 29, 2022
4 min read
Maria and Teresita are sisters who run a family restaurant El Pasaje together | Photo courtesy of the sisters' family
Interview Subject
María del Carmen la Paz is 86 years old. She was born in Montevideo, Uruguay and since 1983 she has been in charge of her Restaurante El Pasaje in Buenos Aires, Argentina.
Background Information
Breast cancer is a disease caused by the abnormal multiplication of cells in the breast that form a malignant tumor. It can affect any woman. The chances of it appearing increase with age, especially after the age of 50. Although the causes of breast cancer are unknown, it is recognized that some factors increase the risk of becoming ill.

BUENOS AIRES, Argentina ꟷ Abrimos nuestro restaurante El Pasaje un sábado de hace cuarenta años. En aquel luminoso día de febrero, decidimos cocinar ñoquis, un clásico de la cocina porteña. El aroma inundó todo el restaurante. Ese día vino mucha gente a sentarse y disfrutar del ambiente.

Oía el tintineo de los vasos entre risas y veía a los clientes deleitarse con la comida que probaban. Cuatro décadas después, mi hermana Teresita y yo seguimos cocinando en El Pasaje. Yo tengo 86 años y ella 82. No hemos parado ni un minuto.

Una mujer llega de Uruguay a Argentina y encuentra su pasión en la cocina

Mi vida no siempre se desarrolló en torno al restaurante. A los 14 años empecé a trabajar en una empresa de transportes en mi país, Uruguay. Recién en 1983, a los 43 años, me mudé a Argentina.

El Pasaje se encuentra en Rojas 2050, C1416CPV CABA, Argentina | Foto cortesía de la familia de María y Teresita

Mi marido tenía un bar en Montevideo, así que cuando emigramos, vendió el negocio y utilizamos el dinero para abrir nuestro nuevo restaurante. Nos enamoramos de la primera propiedad que vimos en Buenos Aires. Desde el momento en que cruzamos las puertas, supimos que era lo correcto. Regresamos a Uruguay para terminar de cerrar y el 24 de febrero de 1983 nos instalamos en Argentina.

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Los anteriores propietarios del restaurante nos presentaron a nuestra clientela, que con el tiempo se convirtió en nuestros amigos. Esos primeros días estuvieron marcados por la buena suerte. Comenzó como un negocio familiar y sigue siéndolo. Mi madre cocinó hasta que murió, y luego Teresita tomó el relevo. Nunca cociné para nadie más que para mi familia, pero cuando mi marido falleció, encontré mi lugar en el restaurante. Hoy, nunca salgo de la cocina de El Pasaje. Incluso cuando me pusieron un stent, ¡volví a trabajar a los pocos días!

Una muestra de la comida que las hermanas cocinan en El Pasaje | Foto cortesía de la familia de María y Teresita

Aprendimos sobre la marcha para sacar adelante el negocio. nos abrimos paso en el complejo rubro de la gastronomía porteña. Muchas cosas la pedimos para que lo traigan por encargo, como la carne, los huevos u otras materias primas. También nos ayuda mi hijo con algunas compras de verduras y frutas en el Mercado Central. Toda la comida de El Pasaje es casera. Hecha como si fuera para nuestra familia.

Las hermanas trabajan, viven y se enfrentan juntas al cáncer

Hace unos años, a Teresita y a mí nos diagnosticaron cáncer. Ella se enteró primero y tuvo que ausentarse del trabajo para recibir quimioterapia. Un día, me dediqué a mis actividades habituales. De repente, un día, sentí algo extraño y encontré un pequeño bulto en mi pecho.

Enseguida fui al médico, me detectan cáncer y al darme el diagnostico me dicen que no tenía muchas esperanzas. Aunque que tenía cura, el tratamiento iba a ser muy largo, estaba muy grave. “Tal vez te tengan que sacar el seno” Me dijo el médico, no sé si vas a quedar pelada, por la quimioterapia.

Una imagen del interior de El Pasaje | Foto cortesía de la familia de María y Teresita

Y así fue, quedé pelada y la lucía sin inconvenientes ya que nunca le tuve miedo al cáncer. Creo que las actividades físicas y mentales curan las enfermedades. Ir al médico y hacerse revisiones sigue siendo necesario, pero ser activa ayuda a la recuperación. Mi enfermedad me ayuda a seguir, ya que cuando estoy en movimiento y trabajando no pensás en tu enfermedad pensás solo en salir adelante, es importante que estemos activas y no pensar en cosas feas o en la muerte.

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Con mi hermana vivimos juntas al lado del restaurante y compartimos todo el día. casi no nos peleamos, apenas algún debate por una receta nueva, somos optimistas en cuanto a mantenernos muchos años más al frente de nuestro restaurante.

Mientras nos dé el cuerpo, no vamos a abandonar la cocina por nada.

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