Los movimientos de mis manos son lentos y espasmódicos, pero hago música con los pies. Hago de todo, desde seleccionar canciones hasta mezclar y hacer scratching en lasbandejas.
NAIROBI, Kenya — Mi nombre es Winnie Wanjiku y tengo 27 años viviendo con parálisis cerebral.
Soy DJ y mi nombre artístico esDJ Wiwa. Quizás se pregunte cómo llegué a ser DJ con mi condición. La gente a menudo se sorprende cuando comparto mi ocupación.
Los movimientos de mis manos son lentos y espasmódicos, pero hago música con los pies: desde seleccionar canciones hasta mezclar y hacer scratching en las bandejas.
Nací con parálisis cerebral y mi madre no se dio cuenta de que tenía esta afección hasta que cumplí los seis meses. Ella enfrentó muchos desafíos al criarme debido a mi condición, pero estoy muy agradecida de que nunca se diera por vencida.
Mi madre decidió criarme como cualquier niña o niño. Ella siempre estuvo a mi lado para darme apoyo, incluso cuando me enfrentaba a la discriminación y a la estigmatización de mi comunidad.
En casa, no había diferencias. Con mis hermanos, fuimos criados de la misma manera. Tuve las mismas oportunidades que ellos.
Al asignar tareas en la casa, yo también tenía responsabilidades. Mi tarea era manener la casa limpia y ordenada.
Si bien mi condición me impedía hacer algunas tareas, mi familia siempre estuvo conmigo para cumplir con mi objetivo. Todos estaban allí para ayudarme y apoyarme. Así cumplía mis objetivos.
Este apoyo incondicional me ayudó a creer en mí misma y en mi capacidad para aceptar quién era.
La vida era divertida y disfruté cada momento porque nunca tuve que preocuparme por lo que decían las personas que no me importaban.
Jugué con mis amigos con un espíritu libre a pesar de mis limitaciones.
Me inscribí en la escuela primaria Joytown en Thika, Kenia, que se enfoca en niños con necesidades especiales.
Allí, la vida era diferente porque mis interacciones eran con niños con discapacidades físicas como yo. Nos enseñaron nuevas habilidades para adaptarnos según nuestras necesidades.
Más tarde, fui a Joytown High School, con las mismas caraterísticas que la anterior.
Durante todo el proceso de escolaridad, no me di cuenta de lo difícil que era vivir con parálisis cerebral.
Me trataron por igual a los demás, por lo que nunca noté la estigmatización en mi contra hasta que completé mis estudios secundarios en 2014 y comencé a buscar trabajo.
Cuando comencé a buscar trabajo, las cosas cambiaron. Fue una época oscura para mí.
Los posibles empleadores me preguntaban indirectamente sobre mi dificultad para hablar. Ellos me miraban las manos. Se me rompía el corazón cada vez que sentía la discriminación en un mundo que, hasta ese momento, sólo imaginaba como un lugar seguro. Me pregunté qué podía hacer a pesar de que todos me vieran como alguien incapaz de trabajar.
Me di por vencida después fracasar en varias pruebas. Me preparé para una vida sin empleo, pero pronto mi mente comenzó a trabajar por su propia cuenta. Comencé a vender joyas con mi madre en mi ciudad natal y en los vecindarios aledaños.
Realizamos entregas y ventas puerta a puerta. El negocio iba bien y yo estaba contenta con todo lo que estábamos ganando.
Mucha gente me tomó cariño y pedía que yo hiciera las entregas.
Pero en el 2018, mi madre me pidió que volviera a la escuela ya que habíamos ahorrado lo suficiente gracias a este negocio.
Mi mamá reconoció mi amor por la música y me impulsó a convertirme en DJ.
No recuerdo mi respuesta exacta, pero me reí. No hubiera esperado tal sugerencia.
Sólo conocía a unas pocas DJs en Kenia pero ninguna con mi condición. En ese momento, mientras estaba sentada mirando a mi madre con incredulidad, me permití imaginar la vida como DJ.
Como disfruto y amo tanto la música, acepté su propuesta. Ese año, en junio, acompañada por alguien que me ayudara, viajé por primera vez a la capital de Kenia para comenzar un curso de DJ en Talanta Institute.
Ese fue el comienzo de mi viaje como DJ con parálisis cerebral en Kenia.
Durante las primeras semanas de formación en el instituto, me preguntaba cómo manejaría el hecho de ser DJ con mis dificultades.
Decidí trabajar duro en mi carrera y adecuarme para triunfar.
Con el apoyo de mi familia, compañeros y tutores, me gradué en octubre, luego de cuatro meses de arduo entrenamiento.
Comencé a buscar conciertos y a grabarme mezclando música en las redes sociales. Poco a poco, fui llegando cada vez a más personas a lo largo de todo el país.
Mezclo música con mis piernas, mis manos en el aire y mis pies en el equipo que hace la mezcla.
Controlo mi equilibrio desde el asiento y con las bandejas en el suelo.
Pongo un pie en mi computadora portátil y el otro en las bandejas. Con el dedo del pie, presiono reproducir e Internet se acelera. No es difícil de hacer porque es un proceso al que ya me acostubré.
Es mi terapia para el alma, allí lo doy todo.
No me siento como una DJ más. Soy una sensación en Internet y mis habilidades como DJ impresionan a miles de personas en todo el mundo a pesar de la discriminación que he enfrentado.
La comunidad de DJ en Kenia me ha abrazado y apoyado en mi viaje desde que comencé en 2018.
Mis badejas son un regalo de ellos, así que les debo mi arduo trabajo y éxito.
Como DJ, doy alrededor de tres conciertos en un buen mes, cada uno paga alrededor de $ 100. Hay meses en los que no consigo ni uno, pero sigo adelante porque confío en el futuro. Siempre hay luz al final del túnel.
No todos los meses serán buenos ni todos los meses serán malos.
La industria es algo difícil de controlar.
Aún así, soy proactiva en la búsqueda de trabajos y en la comercialización de mis redes sociales como YouTube, Facebook y Twitter.
Siempre hago videos en las bandejas mezclando música para promocionarme y compartir mi potencial con el mundo, con la esperanza de que los clientes potenciales noten mi estilo.
Hay momentos en los que no consigo conciertos, pero todo el mundo está de acuerdo en que soy talentosa y que estoy a la altura de otros artistas musicales del mundo.
Algunos toman mi condición como una razón para no darme oportunidades. La principal pregunta que me hacen es cómo puedo ser DJ cuando la parte superior de tu cuerpo es inestable.
No dejo que eso me afecte porque sé que miles de personas creen en mí, así que estoy aquí para avanzar y hacerlos sentir orgullosos con dosis de mi entretenimiento.
Ser DJ es divertido. Puedo disfrutar y conocer gente nueva en cada evento al que asisto. Disfruto de cada momento, a pesar de los desafíos que encuentro en el camino.
Me inspira ir por metas grandes: mi objetivo es ser DJ para una multitud en los conciertos que se llevarán a cabo en el país después del Covid-19.
Siempre me animo a mí misma susurrando: «Tú eres la reina de las bandejas».
Mi madre era mi fan número uno, pero murió en 2019 el día de Navidad. Eso fue desgarrador.
Ella era mi animadora número uno. Nunca olvidaré su apoyo y su aliento.
Mis mayores fans ahora son mis hermanos y mis amigos más cercanos.
Tengo mucha esperanza de lo que vendrá cuando la pandemia termine y las cosas vuelvan a la normalidad. Espero volar a conciertos más lejanos.
Principalmente, ahora estoy haciendo eventos virtuales, que me han vinculado con nuevas personas y me dan esperanzas para el futuro.
Planeo trabajar más duro para conseguir programas corporativos para ampliar mi base de seguidores.
Mi objetivo es ser una DJ internacional porque nada me limita. Creo que todo es posible.
Animo a todos a perseguir sus sueños sin importar la situación que enfrenten. Quiero animar a todas las personas con discapacidades físicas y mentales a que crean en sí mismas.
Discapacidad no sinónimo de incapacidad. Haga todo lo que crea que es bueno para usted y no permita que las opiniones de los demás o su estado de salud lo desanimen.
Soy un ejemplo de que la discapacidad no es incapacidad, así que úsame como inspiración y sigue adelante.