La primera vez que vi a estos bebés, sentí que me iba a estallar el corazón. Allí de pie, con total incredulidad, me pregunté cómo era posible que tan poca gente supiera lo que estaba pasando realmente. La situación parece grave, pero se hace poco para ayudar. Mi indignación crece cuando pienso en todas las personas que siguen sufriendo viviendo en el vientre de esta tenería.
NONOGASTA, Argentina – Al acercarse a Nonogasta, un pueblo de la región argentina de La Rioja, un fuerte olor a podrido te invade. Aunque te vendaras los ojos, sabrías que has llegado a la zona sólo por el olor. En ciudades pequeñas como ésta, el trabajo sigue siendo escaso. Las empresas llegan con la promesa de proporcionar ingresos a las familias y luego operan con impunidad. Durante mi estancia en Nonogasta, fui testigo de cosas espeluznantes que parecían más ciencia ficción que realidad.
[Los expertos han documentado una gran contaminación en Nonogasta, causada por una gran fábrica de curtidos llamada Curtume CBR SA, dirigida por el grupo brasileño Bom Retiro. Los hallazgos alegan que el gobierno hace la vista gorda].
Lee más artículos sobre medio ambiente de Orato World Media.
En Nonogasta, muchos de los más de 12.000 habitantes sufren algún tipo de trastorno de salud, que se cree que es consecuencia de la horrible contaminación de la curtiembre Fui testigo de bebés que nacían con todo tipo de malformaciones. Las madres daban a luz a niños con dos cabezas, sin ano, sin cerebro o con deformidades en las manos, la columna vertebral y los pies. Estos niños padecen cáncer y graves problemas renales, hepáticos y cutáneos.
La primera vez que vi a estos bebés, sentí que me iba a estallar el corazón. Allí de pie, con total incredulidad, me pregunté cómo era posible que tan poca gente supiera lo que estaba pasando realmente. La situación parece grave, pero se hace poco para ayudar. Mi indignación crece cuando pienso en todas las personas que siguen sufriendo viviendo en el vientre de esta tenería.
Mis ojos se fijaron en una zanja abierta de residuos asentada en un terraplén. Los días de lluvia, el agua arrastra la contaminación hasta el río. En Argentina, la Ley de Residuos Peligrosos nº 24051 prevé penas de 10 a 25 años de prisión para quienes envenenen, adulteren o contaminen de forma peligrosa para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el medio ambiente en general. Sin embargo, ninguna de estas sanciones se materializa.
El pueblo sufre las consecuencias mientras los dirigentes hacen lo que les da la gana. El pueblo sufre las consecuencias mientras los dirigentes hacen lo que les da la gana. Cerca hay cuatro kilómetros de piscinas llenas de residuos, ya que tratan el cuero con agua dulce del Cerro Famatina, además de kilos de productos químicos como cromo, arsénico, pinturas y sulfuros. El proceso de filtración pasa por la arena de una piscina a otra, y el residuo final contiene una contaminación por cromo muy superior a los límites legales.
Durante incontables noches sin dormir esperé que alguien hiciera algo. Me desconcierta que estos crímenes permanezcan impunes en Nonogasta. Sólo soy una persona, y veo lo poco que significan las vidas de estos niños frente a los beneficios. Con unas tasas de cáncer muy por encima de la media, veo a niños recién nacidos portando crueles enfermedades en sus cuerpos. Veo una comunidad devastada por los productos químicos.
El cromo, el agente utilizado para el curtido del cuero, no sólo afecta al agua, sino que se propaga con el viento que sopla alrededor de la gente como una nube de muerte. Cuando visito las casas del barrio, me parece encontrar un enfermo de cáncer en cada hogar. La desgarradora realidad me desgarra y me resulta insoportable presenciarla.
Protestamos constantemente, sin retroceder nunca. Se me caen las lágrimas al saber que nuestra oposición sigue siendo una empresa grande y poderosa. Mientras nos levantamos día tras día, mutilados y doloridos, nuestras posibilidades de éxito parecen escasas. Suplicamos que se nos escuche mientras los productos químicos tóxicos devoran todo lo que nos rodea.
Mi mente grita: «¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Alguien escucha nuestros gritos?» Mientras persistimos en nuestra lucha, espero que otros se unan a nosotros y denuncien las horribles acciones que están teniendo lugar en Nonogasta. Mi lucha incluye una llamada a la acción: ayúdenos a sobrevivir.